Afganistán, Iraq y los tontos de la platea – por Edmundo Fayanás

Tras la muerte de los diecisiete soldados españoles en Afganistán, hemos estado asistiendo al espectáculo teatral de la justificación de la presencia del ejército en ese país centroasiático. Tanto Zapatero como Bono han hecho ímprobos esfuerzos para demostrarnos las diferencias existentes entre Iraq y Afganistán.

En este sainete, al cual asistimos sentados en nuestras cómodas butacas de la platea comprobamos como el Partido Popular no hace más que ahondar en sus propias contradicciones. Como actor principal destaca el ministro de defensa, José Bono, que con esa cara de chico bueno y opusdeistica nos lanza un montón de argumentaciones a cual más falaz y engañosa..

En primer lugar, nos dice que estamos defendiendo la legalidad internacional y que estamos bajo el manto protector de a ONU. Se puede decir que la intervención norteamericana en Afganistán viola la Carta de las Naciones Unidas. Ésta reconoció de forma generosa a Estados Unidos su derecho a intervenir, pero éstos se atribuyeron un derecho ilimitado de intervención e injerencia, que no tenía ningún tipo de restricción ni en el tiempo, ni en el espacio, conculcando así el espíritu y la letra de las Naciones Unidas.

Estados Unidos consiguió el no veto de la Rusia de Putin a la intervención en Afganistán, a cambio de dejarle las manos libres en el tema de Chechenia, todo un ejemplo de lucha por la libertad y los derechos humanos..

La segunda argumentación que utiliza Bono es que el ejército español ha ido a Afganistán con la finalidad de mejorar las condiciones de vida y seguridad del pueblo afgano. No deja de sorprenderme lo mal que lo estamos haciendo, pues no sólo los españoles, sino la benéfica OTAN y los propios Estados Unidos, porque nada de eso se ha obtenido. Los índices de seguridad en Afganistán son nulos, ni siquiera la hay en la capital Kabul. Los derechos de la mujer no han mejorado con la salida de los talibanes y el burkha sigue siendo prenda imprescindible en la mujer afgana. Las condiciones de vida son infrahumanas y el respeto de los derechos humanos nulos. Los señores de la guerra siguen campando a sus anchas en este Afganistán feudal. Se ha incrementado el número de refugiados en Pakistán y la propia ONU reconoce que la producción de opio ha aumentado 44 veces desde la caída de los talibanes. Esto, señor Bono y Zapatero es para morirse de éxito.

Muchos de los espectadores de la platea, somos muy acríticos pero no tanto. Estamos cansados que nos vendan tanto los del PP como los del PSOE al ejército español como una ONG humanitaria. Es hora, de que nuestros clarividentes políticos, no publiciten al ejército por lo que no es.

Bono dice que los soldados españoles tienen que estar en Afganistán porque es desde donde se ordenaba el terrorismo. Éste, es el mismo argumento que utiliza Bush para justificar la guerra de Afganistán e Iraq. Uno no se explica, siguiendo con la misma argumentación de Bono porqué no estamos en Pakistán o Arabia Saudí.

En su “ingenuidad” Bono nos dice, que en Afganistán no hay petróleo por el que combatir. Afganistán juega hoy un papel central en la geoestrategia que desarrolla Estados Unidos en centro Asia con dos finalidades; la primera es remodelar todo el mapa del Oriente Medio y Próximo para hacerles seguidores de su política. En segundo lugar, utilizarlas de tapón en el posible desarrollo de otras potencias que le puedan hacer sombra al Imperio, caso de chinos y rusos.

El argumento de que no hay petróleo, utilizado por Bono es una “ingenuidad más”, que produce dolor de cabeza. Afganistán juega un papel fundamental para sacar al mercado las riquezas petroleras y de gas de las repúblicas centro-asiáticas y ex-soviéticas, siendo su territorio necesario e imprescindible para los oleoductos y gaseoductos que lleven estos productos al mar. Ya la petrolera norteamericana UNOCAL, en tiempos de los talibanes, negociaró la construcción de tales infraestructuras, tal como se está haciendo actualmente. El diseño del ejército afgano está pensado más en la defensa de estas infraestructuras que en garantizar la seguridad de sus habitantes.

Si eran claras las argumentaciones para retirarnos de Iraq, lo son igualmente de Afganistán. La causa de Zapatero para intentar diferenciar ambos conflictos y la presencia española en territorio afgano es la de congratularse con Estados Unidos tras el gran enfriamiento en las relaciones bilaterales, después de la retirada de Iraq. Si se criticaba la sumisión de Aznar y el PP a la política de Bush, no hay porqué no criticar esta nueva sumisión que presenta el gobierno de Zapatero.

Quisiera destacar el papel acrítico y complaciente con el gobierno socialista de algunos medios de comunicación, que hicieron bandera contra Iraq y se callan sobre Afganistán. Lo mismo cabe hablar de esos intelectuales “orgánicos del poder”, que ahora callan, como antes hicieron con la Constitución Europea. Gritaban y criticaban en la oposición y cuando llegan los socialistas, callan y miran hacia otro lado. No debe extrañarnos fiascos como el de Lula. Interesantes deben ser las prebendas que se reparten desde el poder. Uno como ven debo de pertenecer a esos tontos de la platea que sólo sabemos aplaudir, cuenten lo que cuenten.

Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 18 Septiembre 2005.