Blair ¿el reformador europeo? – por Edmundo Fayanás

Tras el NO francés y holandés a la constitución europea, los políticos se encuentran absolutamente desconcertados, sin saber que hacer e intentando buscar las causas del porqué del NO. Todas estas explicaciones buscan argumentaciones sociológicas, algunas basadas en tintes de xenofobia, pocos análisis políticos, pero en ninguno de ellos se cuestiona el gran problema que tiene Europa que no es otro que el neoliberalismo impuesto.

Los políticos europeos se han dejado llevar por las corrientes neoliberales y globalizadoras que provienen del mundo anglosajón, sin darse cuenta que mayoritariamente ese modelo es rechazado por el europeo medio.

En esta catarsis en que se encuentran los políticos europeos, aparece la figura de Tony Blair, político oportunista donde los haya, coincidiendo además con la presidencia semestral británica. La falta de un liderazgo fuerte europeo y el cuestionamiento del proyecto en su estado actual, hace que Blair se presente como el salvador europeo proponiendo el modelo británico como ejemplo a seguir.

Nunca me ha gustado Blair, pues en su intento de modernizar la clásica socialdemocracia se ha ido al campo del neoliberalismo puro y duro. Éste que se ha unido a Bush en su cruzada neoconservadora, tanto en Iraq como en Afganistán, recurriendo sistemáticamente a la mentira como arma política, presentando rasgos claramente autoritarios. Tras los acontecimientos del 7J de Londres, su reacción no se ha diferenciado a la de Bush y Aznar, y como conclusión propone un nuevo recorte de las libertades a favor de la seguridad, sin perder un segundo de reflexión sobre el fenómeno del terrorismo, las causas y sus soluciones, salvo el empleo de la fuerza.

Para que Blair pudiera tener alguna influencia en Europa sería necesario, que los británicos resolvieran de una vez por todas el binomio Estados Unidos – Europa. Muchos ciudadanos vemos la política británica como un “caballo de Troya” que no hace otra cosa que entorpecer el proceso europeo, estando al servicio norteamericano. Blair y los británicos deben decidir si quieren ser europeos con todas sus consecuencias, ello conllevaría su integración en el euro, la participación en una política común de defensa y de relaciones exteriores alejada de los planteamientos norteamericanos, así como la aplicación de un proyecto social más de corte europea.

Blair tiene razón cuando plantea que debe cambiarse la política agraria común y que ese dinero debe invertirse en políticas de I+D. Pero deja de tener razón cuando se agarra a la defensa del cheque británico. Europa debe intentar aumentar el presupuesto comunitario del 1,24 % de su PIB al 1,4-1,5 % para desarrollar proyectos estimuladores del desarrollo y no reducirlo como se pretende actualmente.

¿Qué nos propone Blair? La adopción de aquellas políticas económicas que nos llevan al modelo norteamericano, que éste considera que tiene una mayor eficiencia económica. Desregularizaciones de mercados favoreciendo los despidos, buscando menores costes laborales y por supuesto con una disminución de la protección social. Las pensiones que nos propone serían mucho más reducidas que las actuales. Si el ejemplo a seguir es el británico, el propio Financial Times, en un artículo de febrero de este año, tacha como mezquinas las pensiones británicas. Este es el modelo que Tony Blair nos pretende vender tras su grandilocuente palabrería.

Da por hecho la superioridad del modelo norteamericano sobre el europeo, pero esto no es cierto, como lo demuestra la comparación del crecimiento económico por habitante, pudiendo comprobarse que en los últimos veinticinco años sus indicadores son muy parecidos.

La superioridad del neoliberalismo es uno de los ‘Mitos’ que sistemáticamente nos venden porque la realidad es otra. Su constatación la encontramos en la propia Europa, con países económicamente más eficientes y competitivos y que representan a la perfección el modelo social europeo, con mercados de trabajo muy regulados y con gastos públicos mucho mayores que los que se dan en Estados Unidos y Gran Bretaña. Estos países europeos son Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca.

The Economist muestra su oposición a estas soluciones de Blair, al analizar que las políticas monetarias junto con el neoliberalismo no son la solución al elevado desempleo en Europa, mediante la aplicación de la desregulación laboral y la reducción del gasto público, entiende que esto representa un ataque claro al mundo laboral europeo considerando que “las clases financieras y empresariales europeas están absorbiendo un excesivo porcentaje de las rentas nacionales a costa de los trabajadores”.

Lo que Europa necesita no es la política que nos ofrece Blair que ya está fracasada en la Constitución sino un cambio de la construcción europea, con una recuperación del modelo social, con marcos comunes de negociación colectiva y el desarrollo de políticas expansivas y de armonización fiscal, siendo el Banco Central Europeo quien las facilite así como programas de creación de empleo, todo ello bajo control democrático.

El futuro de Europa para mi, pasa por más Europa. Una Europa perfectamente delimitada geográficamente, más social y más democrática, donde los políticos representen claramente los intereses de todos los europeos. El papel que debe jugar Blair es exclusivamente el de aclarar cual debe ser el papel de los británicos en Europa.

Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redacción. El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 2 Agosto 2005.