El pasado sábado se produjeron tres grandes atentados en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí en costa occidental del Mar Rojo. Dos importantes hoteles y un viejo mercado fueron los objetivos que se saldaron con al menos 90 víctimas mortales, más de 150 heridos, e importantes daños materiales. Egipto y su turismo con estos atentados vuelven a ser golpeado por el terrorismo de cuño islámico.
Al menos dos firmas de autoría – (No obstante las autorías de los supuestos grupos egipcios, –o con operatividad en este país–, algunas fuentes apuntan que los atentados los podrian haber efectuado personas de procedencia exterior.)
Todo empezó a las 22:00 horas cuando las calles estaban repletas de gente. El primer atentado se produjo en el viejo mercado de Sharm, cuando una camioneta cargada de explosivos estallo matando al menos a 19 personas. Quince minutos después otra camioneta cargada de explosivos se saltó la barrera de seguridad del hotel Ghazala Gardens, y se dirigió hacia la recepción, donde estalló por los aires.
Una ultima explosión, perpetrada también por un suicida, se produjo en un aparcamiento cercano al hotel Moevenpick, cuando éste se inmoló al verse rodeado por una docena de policías.
El número de víctimas mortales según las fuentes de un hospital de Sharm al Sheij, que se encargo de atender a los más de 150 heridos, ascendería «al menos a 90 personas». Sin embargo, fuentes del gobierno egipcio –dos días después de los atentados–, hablan de «unas sesenta víctimas mortales».
Al menos dos firmas de autoría
A través de una página web islámista, «las Brigadas de Abdullah Azzam en Siria y Egipto» emitieron un comunicado en el cual se adjudicaban la autoría de estos atentados en Sharm el Sheij. Según este grupo armado los atentados por un lado serian una respuesta a «los crímenes de las fuerzas del mal contra los musulmanes en Irak, Afganistán, Palestina y Chechenia»; y por otro lado, como una respuesta al propio gobierno egipcio –calificado por dicho grupo armado como «apóstata régimen egipcio»–, por la «represión ante los beduinos del Sinaí» tras los atentados de Taba.
Precisamente, los atentados perpetrados en las localidades de Taba y Ras Shitan el 7 de octubre de 2004, con un saldo de 34 víctimas mortales, fueron reivindicados por este mismo grupo armado vinculado con Alqaeda.
Otro grupo armado, hasta ahora desconocido, llamado «Mujahedi Masr» –Combatientes Sagrados de Egipto– también ha reivindicado los atentados, asegurando que «cinco de sus integrantes han muerto al llevar a cabo siete explosiones en Sharm al Sheij».
Los atentados, que para el presidente egipcio Hosni Mubarak «no llevaran a su país a cambiar su política en favor del desarrollo de Egipto y la estabilidad en Oriente Próximo», se producen unos días antes de la celebración del juicio a los detenidos por –los antes mencionados– atentados en Taba.
Mubarak hablando en nombre del gobierno ha sentenciado que «No cederemos ante el chantaje de los terroristas y actuaremos con toda nuestra fuerza para erradicarlo».
A este respecto la policia ha desencadenado una extensa operación en la que ya lleva 100 detenciones de sospechosos. No obstante las autorías de los supuestos grupos egipcios, –o con operatividad en este país–, algunas fuentes apuntan que los atentados los podrian haber efectuado personas de procedencia exterior.
Sharm el Sheij
Los atentados en Sharm el Sheij se producen en un lugar de suma importancia económica, por representar como Taba –la otra ciudad golpeada de la península del Sinaí– uno de los puntos turísticos más solicitados por turistas europeos, israelíes y jordanos.
Sin embargo Sharm el Sheij también en un símbolo político. Fue en el año 2000 la sede de la reunión de emergencia entre los presidentes Clinton, Barak y Arafat, entorno a las «conversaciones de paz para Palestina e Israel». Ésta ciudad también ha sido la sede habitual de otro tipo de cumbres, como las de la conferencia sobre Iraq en el año 2004.
El régimen egipcio, procedente del denostado panarabismo árabe empezó a ser golpeado por este tipo de acciones de cuño islámico en la década de los noventa del pasado siglo, siendo en 1997 cuando en un atentado, en el Templo de Hatshepsut en Luxor, se produjo con 62 víctimas mortales la sangría más grande. Desde entonces el régimen ha ejercido una dura represión con dos vertientes claramente definidas: contra cualquier tipo de grupo armado de cuño islámico, y contra cualquier tipo de activismo político integrista islámico.
Sin embargo la extrema pobreza de amplias capas de la población –que contrasta muy duramente con los lujosos complejos hoteleros como el de Sharm el Sheij–, la falta de plenas libertades políticas que conlleva el régimen, y el distanciamiento del presidente Hosni Mubarak del conflicto palestino-israelí –cuando no acercamiento de las tesis estadounidenses–, se convierten en una serie de motivos que pueden provocar que muchos egipcios se acerquen a la política de los integristas islámicos. Este acercamiento al integrismo islámico, o al simple descontento laico panarabista, que en otras circunstancias podría representar un serio problema para el régimen de Mubarak, es hábilmente instrumentalizado por las organizaciones armadas que de una u otra manera están ligadas a Alqaeda. Organización de organizaciones que desde su aparición intenta desestabilizar el mundo árabe haciendo uso del terrorismo indiscriminado.
Redacción / Internacional. El Inconformista Digital.-
Incorporación – Redacción. Barcelona, 24 / 25 Julio 2005.