África se muere de sed – por Edmundo Fayanás

Tiene un potencial de agua para sus 850 millones de habitantes de 6.460 m3 por persona/año, cifra muy importante pero que se da por el efecto del río Congo y los humedales de los trópicos.

En África, está el mayor desierto del mundo con 8.600.000 de km2. Hay otros dos muy importantes, el de Kalahari y el de Namibia. La desertización está aumentando continuamente, sobre todo en la desembocadura del río Senegal, en Somalia y en la franja que abarca desde Mozambique hasta la zona costera de Sudáfrica.

Según las estadísticas proporcionadas por la ONU, en el año 2002, se aseguraba que 258 millones de africanos no tenian posibilidad de acceder al agua potable. Prácticamente todos sus ríos y lagos están contaminados por la sobreexplotación humana sobe todo por razones económicas.

La utilización de aguas contaminadas se ha revelado en África como uno de los mejores aliados para la expansión del SIDA, pues contribuye a quebrar la inicial y precaria inmunidad de estos enfermos.

En 1985, hubo una sequía que duró cuatro años, en la que murieron varios millones de personas, debido a las malas políticas del agua, así como también por la falta de cosechas.

Los enormes ríos de África Occidental han empezado a perder caudal, lo que está provocando que la economía de los países ribereños haya entrado en crisis. Ghana depende para su desarrollo del suministro eléctrico de la presa de Akasombo, sobre el río Volta. Malí uno de los países más pobres del mundo, depende del río Níger para su alimentación, transporte y agua, pero tiene en un riesgo alto de una catástrofe medioambiental, debido al alto nivel de contaminación que presenta. En Nigeria, país con más de 127 millones de habitantes, la mitad de su población no tiene acceso al agua potable.

La cuenca del río Zambeze, ubicado en el sur de África, es uno de los sistemas hídricos más sobreutilizados del mundo. Los países que la componen compiten por sus aguas y se han producido graves conflictos. Estos países han sufrido inundaciones y lluvias torrenciales, como la de marzo del año 2000, que estuvieron a punto de provocar una guerra entre Mozambique y Zimbawe, porque este último abrió la presa de Kariba aumentando la catástrofe.

África dispone de tres grandes acuíferos, el de Nubia (Sudán) con un volumen de agua de 75.000 km3, el del norte del Sahara con 60.000 Km3 y el de Karoo (Sudáfrica y Namibia).

La cuenca del Nilo es muy compleja porque atraviesa nueve países, siendo su trayecto uno de los más largos del mundo. Recorre desde las áreas húmedas del sur a las zonas áridas del norte. Su presencia representa un recurso irremplazable para las poblaciones de Sudán y Egipto.

Las lluvias no exceden en Egipto los 100 mm3 anuales, siendo el Nilo su único recurso hidríco importante. Su población cercana a los 70 millones de habitantes se sitúa mayoritariamente en las orillas del Nilo, donde se encuentran sus ciudades, pueblos y su agricultura, concentrándose todo en unos 40.000 km2 de su llanura aluvial.

Según el acuerdo de 1959 con Sudán, los egipcios tienen derecho a 55.000 millones de m3 de agua del Nilo al año, mientras que Sudán tendría 18.500 m3/año. El total de agua que se utilizó en Egipto, en el año 1990, era de 63.500 millones de m3, pasando en el año 2000, a casi 70.000 millones de m3, con una clara tendencia alcista.

A Egipto lo han salvado hasta ahora, que tanto Sudán como Etiopía son demasiado pobres, estando en continuas guerras civiles como para pensar en extracciones de agua suplementarias.

El presidente libio Gadafi planteó una revolución verde, pero ante sus limitaciones hídricas, propuso traer agua desde el gran acuífero de Kufra por medio de un trasvase hacia la zona costera que es donde vive mayoritariamente la población libia.

Tras diez años de construcción, se acabó el trasvase de agua teniendo una longitud de 1.900 km por medio de tubos con un diámetro de cuatro metros que conectan con una red de tuberías y canales en tierra. Puede transportar dos millones de toneladas de agua al día. Con este gigantesco trasvase se lleva agua para la población y para desarrollar grandes plantaciones agrícolas.

Se está produciendo un desastre medioambiental de grandes proporciones en el lago Chad. Con una cuenca de tipo endorreico que se extiende por unos 2.700.000 km2 ocupa las regiones áridas y semiáridas del Sahara y del Sahel. En la década de 1960, se aprobó un plan de desarrollo con apoyo internacional, para conseguir que todas las zonas del lago Chad tuvieran agua y lograr una fuerte expansión agrícola. Su planificación se inició en 1962, pero todo el proyecto fue un auténtico despropósito. El estudio hidrológico se hizó en tres semanas, suponiéndose que este proyecto se realizaría indiferentemente del nivel del agua del lago.

En el año 1992, grandes zonas del lago están ya sin agua y muchos barcos yacen abandonados a más de sesenta kilómetros de la costa y algunas zonas están ya completamente secas. El lago pierde dos metros anuales por evaporación y los caudales de los ríos Logone y Chari han reducido a la mitad su caudal. El problema del lago Chad no está en las lluvias o en la evaporación de la zona sino en la irresponsable planificación con que fue realizado este proyecto; ocasionando que su agricultura en vez de mejorar esté destruyéndose.

Sirvan estas pinceladas hídricas para ver la problemática de agua existente en el continente africano así como los niveles alarmantes de contaminación, debido a un uso irresponsable de las multinacionales que hacen prever un futuro muy oscuro.

Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 2 Julio 2005.