Señor director:
En mis visitas a Cataluña me admiraba e indignaba el constatar sobre el terreno cómo, en vez de enfrentarse los graves problemas económicos y sociales: el alojamiento, la inmigración, y tantos otros, muchos políticos catalanes distraían la opinión pública con groseramente exageradas reivindicaciones pseudonacionalistas. En particular, la del lamentable, pero tan lejano y nimio expolio de documentos durante la guerra civil, para el archivo de Simancas, del que forman menos del tres por ciento (sí, 3%) y son de una importancia cualitativa también casi nula, pudiéndose además hoy reproducir sin problemas con los actuales medios técnicos.
Ahora estoy doblemente triste, porque veo que también aquí algunos políticos han emprendido el camino de la manipulación nacionalista centralista, para que medre su respectivo partido, y no el conjunto de los ciudadanos. Ese tema parecería ridículo comparado con los grandes problemas generales y particulares que nos preocupan, si no nos llenara de indignación que su descaro les lleva a perder los papeles hasta el punto de intentar conectar esos pobres papeles con el problema de la unidad de España, soñando quizá provocar así un Alzamiento, al menos político, que vuelva a colocarles en el poder, como ya estuvo el fundador de su movimiento: Fraga. Enviemos a todos esos interesados y peligrosos ultranacionalistas del centro y de la periferia a donde debieran estar, a sus casas, y pongamos unos administradores racionales y democráticos, que nos sirvan y no se sirvan de nosotros para enfrentarnos, arruinarnos y dominarnos como en el pasado.
Alfonso Prada Cano. Madrid.
Cartas de los lectores. El Inconformista Digital.-
Incorporación – Redacción. Barcelona, 22 Junio 2005.