Desde hace meses se han dado unos significativos pasos por parte del gobierno español y de la izquierda abertzale para terminar con el terrorismo de la banda armada ETA. Este proceso propulsado por el presidente José Luís Rodríguez Zapatero, en el que Arnaldo Otegi ?líder de la ilegalizada Batasuna? ha ejercido hasta la fecha de pretendido interlocutor, y que cuenta con el amparo del Congreso, hoy todo parece indicar que podría encontrarse obstaculizado por los últimos acontecimientos.
Negociar con ETA: La confusión reinante
Teresa Galeote ~ «Loable es que cualquier gobierno quiera acabar con la lacra que supone ETA, organización que ha pasado por diferentes etapas desde su escisión del PNV. Loable es querer evitar más víctimas y el miedo de no saber cuál será la próxima.» – leer más
Una serie de atentados de la organización ?el ultimo el 25 de Marzo en Madrid?, y la detención momentánea de Arnaldo Otegi (*1) ?el mismo día, cuando fue a declarar a la Audiencia Nacional?, son los hechos más representativos de lo que para algunos podría representar «una ruptura del proceso», y para otros «una negociación difícil». No obstante mucho peor han estado las cosas.
De la contundente acción policial a «la ilegalización de las ideas»
En el terreno que corresponde estrictamente a las acciones de la banda armada y a las labores policiales, ya desde los tiempos de Aznar, ETA ha recibido duros golpes: desarticulación de diferentes cúpulas directivas, y detención de decenas de integrantes. La banda armada ?bien por cambio de planteamientos o por encontrarse demasiado copada por las fuerzas policiales? durante los dos últimos años ha disminuido su actividad.
Ésta dinámica ha mostrado un claro debilitamiento de la organización para realizar atentados con su metodología tradicional sin ser detenidos por las fuerzas policiales.
En el terreno de la coacción judicial contra la izquierda abertzale, durante los gobiernos de Aznar se estableció con el PSOE el llamado «Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo». Con él se pretendía ilegalizar a la organización política Batasuna por considerarla «parte integrante de la banda armada», por su cohabitación política ?afinidad en los fines y en la ideología? , y por «representar ?para la banda armada? una vía de financiación» (*2).
Con estos presupuestos se estableció la ilegalización de Batasuna, efectuándose la clausura de sus sedes. Ésta ilegalización, para la izquierda abertzale, sumada al cierre del periódico «Egunkaria», y al hostigamiento policial al entorno afín a la banda armada, representó ?y representa? «una dura represión por parte del Estado Español».
Sin embargo, aún existiendo la ilegalización de Batasuna por «ser homologada a la banda armada», los diputados de ésta organización política en el Parlamento Vasco no fueron detenidos, no perdieron su escaño, y ?por desobediencia del presidente de la cámara vasca Juan María Atutxa (*3) ?tampoco perdieron su grupo político.
La dura política de Aznar pusó en duros aprietos a la banda armada, pero no logró terminar con ella; en contrapartida el hostigamiento a la izquierda abertzale hizó aumentar la tensión política entre las diferentes fuerzas políticas en Euskadi.
Significativo cambio y circunstancias optimas
La situación cambia después de los atentados del 11 de Marzo en Madrid, en medio de la confusión y con el gobierno Aznar atribuyendo la autoría del golpe terrorista a ETA, Arnaldo Otegui «niega que la banda armada esté detrás de esos hechos». Poco después, y de forma inedita, la izquierda abertzale se manifiesta en Bilbao para repudiar ese atentado.
Con la llegada al poder del partido socialista, la izquierda abertzale ?aunque tímidamente? empieza a dar muestras «de querer terminar con el terrorismo». Es en estas muestras de querer cambiar de planteamientos en donde se enmarca el mitín de Batasuna en Anoeta de Noviembre: la izquierda abertzale no se desmarca de ETA, ni le pide expresamente que deje de matar, pero muestra sus ansias por apostar por la política, y el diálogo con las demás fuerzas políticas. Con estos presupuestos Anardo Otegui envía una carta al presidente Zapatero.
Paralelamente, el PNV ?bien sin constatar la nueva realidad política española y de la izquierda abertzale, bien por querer hacerse con los votos de las izquierda abertzale? no solo no modifica su dinámica ?la que mantenía en los tiempos de Aznar? si no que se radicaliza en sus aspiraciones nacionalistas. Juan José Ibarretxe, el lehendakari del momento y líder también del partido, lleva adelante una propuesta estatutaria que realiza su partido. Ésta propuesta que en la cámara vasca cuenta solo con el apoyo de su partido y EB, el llamado «Plan Ibarretxe», es presentada, debatida y rechazada contundentemente, en el Congreso de los Diputados.
El 17 de Abril se realizan las elecciones autonómicas, las gana de nuevo el PNV pero sus apoyos han descendido significativamente; lo mismo sucede con el Partido Popular, y EB. En cambio el PSE, y el PCTV ?formación política sin ningún peso político significativo hasta entonces, y por la que Batasuna pide el voto? crecen con fuerza, marcando «un movimiento del voto hacia posiciones alejadas del inmovilismo».
La tensión entre el PSOE y el Partido Popular se incrementa, rompiendo «de facto» pero nunca oficialmente «el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo». Todas las fuerzas políticas del Congreso ?a excepción del Partido Popular? apoyan la iniciativa del presidente Zapatero para establecer un diálogo y unas negociaciones con la banda armada, siempre y cuando ésta se decida a dejar las armas. El gobierno, y en principio también la izquierda abertzale, tienen una clara intención de terminar con el terrorismo, y establecer una nueva etapa política en Euskadi.
Sin embargo los últimos acontecimientos parecerían mostrar que hay elementos que no quieren solucionar el conflicto, bien por unas exigencias que se alejan de la realidad, bien por oscuros intereses que aún no se han dilucidado plenamente.
(*1) Analdo Otegui después de dos días de prisión ha sido puesto en libertad condicional tras haberse depositado una fianza en los juzgados de 400.000 euros. Al salir de la cárcel de Soto del Real ha manifestado que «su encarcelamiento no será un inconveniente para seguir con el diálogo, y las negociaciones, en sus aspiraciones para conseguir la paz».
(*2) El requerimiento de Arnaldo Otegui en la Audiencia Nacional se produce cuando éste pierde «su aforamiento político» ?como resultado de la ilegalización de Batasuna, y la imposibilidad de presencia del partido del que Otegui es líder en las ultimas elecciones autonómicas?, y obedece por un lado a la relación que Batasuna podría tener con el financiamiento de la banda armada, y por otro lado al establecimiento ?por el Tribunal Supremo? de considerar a Batasuna como parte integrante de ETA. Ambas cuestiones fueron establecidas y propulsadas durante los gobiernos Aznar con el apoyo del PSOE, en el «Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo». Fruto de dicho pacto se modificó la Ley de Partidos Políticos, estableciéndose la posibilidad de ilegalizar a las formaciones políticas que apoyasen o financiasen de algún modo a organizaciones terroristas.
(*3) El gobierno Aznar, apoyándose en la sentencia del Tribunal Supremo y la nueva Ley de Partidos Políticos, pretendió encarcelar a Juan María Atutxa por no deshacer el grupo político de Batasuna en el Parlamento Vasco.
Redacción / España. El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 27 Mayo de 2005.