Chesterton escribió una magnífica novela titulada, El hombre que fue jueves; novela trepidante que nos introduce en un mundo donde lo aparente y lo real se entremezclan de tal forma que la confusión reina por doquier. Ya se sabe que en las organizaciones puede haber infiltrados, aunque no tantos que las hagan peligrar. Sabemos que Chesterton hizo ficción, aunque también hay ciertas realidades que más parecen ficción por la confusión que generan en donde al arte está ausente.
Hace tiempo me enteré de que en algunas células clandestinas de un determinado partido había casi tantos infiltrados como militantes; aunque parecía mentira era verdad. ETA también ha contado con filtraciones importantes; existe una película reciente, Lobo, que nos habla de ello, y en el atentado de Carrero Blanco hubo rumores sobre la complicidad que tuvieron los servicios de inteligencia de EE.UU. Lo aparente y lo real se superponen de tal forma que nos confunde y hay que hacer un verdadero ejercicio de lógica para discernir entre el trigo, la paja y los efectos colaterales que todo ello origina.
Loable es que cualquier gobierno quiera acabar con la lacra que supone ETA, organización que ha pasado por diferentes etapas desde su escisión del PNV. Loable es querer evitar más víctimas y el miedo de no saber cuál será la próxima. El Parlamento hace unos días sacó adelante una propuesta, apoyada por todos los grupos de la Cámara, con excepción del PP, para entablar diálogo con ETA si ésta deja las armas. Hace unos días, El Estado de la Nación discurrió por los mismos derroteros cuando se habló de terrorismo y las acusaciones de Rajoy fueron más allá de lo permitido en cualquier debate político. La Asociación Víctimas del Terrorismo está dividida entre la necesidad y la propia tragedia vivida, aunque hay indicios de que ciertos hilos se mueven entre bastidores. ETA también está dividida y puede que más debilitada de lo que aparenta. No cabe duda de que es buen momento para negociar, aunque al PP no le guste dicho propósito; como de costumbre, demonizan aquello que se mueve o pretende moverse.
El atentado del miércoles, día 25 de mayo, en Madrid pone el propósito de diálogo al borde del abismo, aunque no por ello debe desistirse del propósito emprendido. No sabemos si todo es una coincidencia, una incidencia o una acción premeditada con alevosía para que dicho encuentro no se dé. También ha puesto su granito de arena las declaraciones de Savater diciendo que ETA es la que quiere pactar, que lo ha manifestado en una carta; el gobierno lo desmintió horas más tarde.
Lo dicho, estamos en el reino de la confusión porque sabemos lo que se nos cuenta, pero no lo que se nos oculta, aunque cualquier intento de acabar con el terrorismo, del signo que sea, debe hacerse. A los muertos no podemos resucitarlos, lamentar su pérdida y compadecer a sus familiares es obligado, pero si se puede evitar otras víctimas, otros miedos, es de obligado cumplimiento intentarlo.
Teresa Galeote. Alcalá de Henares, Madrid.
Redactora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 26 Mayo 2005.