Las izquierdas que apuestan por el cambio «ganan moralmente» las elecciones – por Francesc Sánchez

Un primer análisis que podemos hacer ante estos resultados electorales es que los partidos políticos que no se han movido un ápice de sus posiciones han obtenido un estrepitoso fracaso.

La coalición PNV/EA que tenia intenciones de sacar más escaños y más votos que el PP y PSE juntos, no sólo no ha logrado su objetivo si no que ha perdido serias posiciones con respecto a las elecciones del 2001. El descenso en votos ha sido tan importante que esta vez el apoyo el Ezker Batua no le será no solo insuficiente para obtener la mayoría absoluta, si no que ni siquiera le servirá al PNV, éste único apoyo, para disponer de una amplia mayoría con la que poder gobernar sin tener en cuenta a las demás formaciones políticas.

La apuesta de Ezker Batua por la estabilidad gubernamental después de las ultimas elecciones al Parlamento Vasco, que tantas paradojas y discusiones internas trajo en el seno de Izquierda Unida, hoy puede quedar en aguas de borrajas. El apoyo al gobierno de derechas, y a las intenciones de crear un nuevo Estatuto —el famoso Plan Ibarretxe— sin contar con las demás fuerzas políticas, quizá le han costado a Ezker Batua algunos votos.

El otro gran perdedor de esta contienda electoral ha sido el Partido Popular. Pese a la joven nueva cara de la formación política de derechas, su más que necesario talante, y sus lecciones morales con respecto al terrorismo, no han sido meritos sufiencientes para convencer al electorado. Más bien lo han asustado —si hemos de tener en cuenta la radicalización del partido en otras latitudes del país— y sobre todo, hastiado por el «más de lo mismo», que representan las líneas ya puestas en practica en el 2001.

En la otra orilla, tenemos que el PSE ha conseguido no solo mantenerse, si no que ha conseguido aumentar en algunos miles de votos. Esto con el descenso del voto en las fuerzas de derechas le ha otorgado un número de escaños muy significativos. Pese a la indefinición de las iniciativas que tienen que ver con la búsqueda de un nuevo Estatuto para Euskadi, los socialistas han sabido «vender» bien el modelo catalán. Han creado con ello una nueva vía que podría sacar a la autonomía vasca, después de muchos años, del lodazal político, social y económico en el que se encuentra. Esta nueva forma de hacer política, que ha marcado Zapatero desde la presidencia del gobierno central, es la que ha permitido que «la otra izquierda significativa de Euskadi» haya podido presentarse a las elecciones.

El Partido Comunista de las Tierras Vascas irrumpe en la política institucional vasca con fuerza. Apareciendo de la nada política, esta formación ha conseguido movilizar el voto de la ilegalizada Batasuna, y de otras sensibilidades abertzales afines. Han obtenido unos resultados que podrán ser clave no sólo para la creación de un nuevo Estatuto, la formación de un gobierno o en —su defecto— una gobernabilidad con sus apoyos, si no para erradicar de una vez por todas la violencia.

La ausencia de ETA durante la campaña electoral ha podido ser significativa para los buenos resultados de PCTV-EHAK. No obstante está por dilucidar si la nueva formación esta plenamente desvinculada de la banda armada, y sobre todo —existan o no afinidades ideológicas— en que grado el partido abertzale tendrá una verdadera independencia para poder «cambiar» la situación política en Euskadi.

El «Plan Ibarretxe» si hemos de atenernos a que era la apuesta estrella del lehendakari ha recibido un suspenso por las urnas. Lo mismo ha sucedido con la posición inflexible del Partido Popular.

Ibarretxe en su comparecencia ante los fieles ha hecho referencia a las dos orillas que representan las posiciones constitucionalistas del PSE y el PP, y las posiciones nacionalistas extremas de Batasuna, mostrando al PNV como la isla capaz de aglutinar y liderar a los vascos. Quizá Ibarretxe no es consciente que las urnas esta vez precisamente han señalado que las orillas opuestas hoy son los partidos que han perdido más votos. El PNV podrá mandar y quizá gobernar, pero moralmente hoy quién lidera la sociedad vasca es la izquierda.

Para muchos los resultados de estas elecciones serán más de lo mismo, o una bajada más enfatizada a los infiernos, yo por el contrario creo que han habido cambios significativos, que de saber leerse muestran una negación rotunda a las posiciones inmovilistas, a la división entre vascos, a la no solución de los problemas económicos, laborales y sociales. En fin, vislumbradonse una apuesta por una nueva forma de hacer política. En su mano esta aprovecharla o echarla a perder.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 18 Abril 2005.