Si hay algo que han aprendido los líderes de PP de su alter ego es: es tergiversar hechos, difundirlos y repetirlos hasta la saciedad. Conclusión: confundir y desviar la atención. No pueden admitir que perdieron las elecciones generales y tratan, por todos lo medios, de crear confusión sobre la tragedia sucedida el 11 de Marzo de 2004; lo hicieron desde el primer momento y como no les dio resultado lo siguen haciendo, por ver si a fuerza de perseverancia les salen las cuentas.
Se está llevando a la política a un grado de bajeza que da espanto. Se están creando espectáculos similares a los ofrecidos en los programas de televisión donde «todo vale» para dar carnaza a la audiencia. Pero si es grosero y obsceno ofrecer rumores, desmentidos, montajes a buen precio y otras miserias de personajillos que se ganan la vida vendiendo sus intimidades y miserias, ofrecer las mismas vías para asuntos políticos de gran trascendencia es deleznable; asuntos que merecen un tratamiento riguroso, certero y totalmente alejado de la espectacularidad. Por el contrario, se lanzan acusaciones al contrario para desviar la atención, o para no asumir las responsabilidades que tuvieron otros en su día.
El militante socialista, Fernando Huarte, según el periódico El Mundo, es un probable agente del CNI que visitó en la cárcel en tres ocasiones al terrorista argelino, Abdeklin Bensmail, condenado por otro asunto ajeno a los atentados del 11M. A partir de esa primicia informativa, Mariano Rajoy se rasga las vestiduras, comienzan a lanzar conjeturas y rumores dejando caer una nebulosa de insinuaciones, para después solicitar que el asunto se lleve a la Comisión del 11M. Ante el cúmulo de insinuaciones por parte del PP, José Blanco, secretario de organización del PSOE, ha solicitado al gobierno que se faciliten las cintas de las conversaciones que mantuvieron, Fernando Huarte y el argelino, dos de ellas realizadas en el año 2002, y solicitadas al Ministerio que dirigía Angel Acebes, no así la tercera visita que se realizó en octubre del 2004.
Pero para mayor esperpento ibérico, al PP le sale un abogado en sus filas que mantuvo una entrevista, en su despacho de Valencia, el mismo día de los atentados con los hermanos Chadadi, clientes suyos y, más tarde, acusados de haber colaborado en el comando que asestó el trágico atentado terrorista del 11M. Por si esto no fuese suficiente, las cintas de las conversaciones del año 2002 (gobierno del PP) fueron destruidas meses más tarde por no considerarlas de interés.
Procede recordar los montajes de Bush, para justificar la invasión de Irak y otras, para establecer ciertos paralelismos entre los alumnos aventajados del PP y su alter ego, aunque lo de fabricar mentiras al gobierno estadounidense le viene de largo. Recordemos el hundimiento del Maine, les sirvió de justificación para declarar la guerra a España en las tierras colonizadas de Cuba; el control de la isla y de su comercio lo querían para la administración norteamericana. Se realizan montajes y se venden, a través de los medios de comunicación afines, se difunden en cascada hasta erosionar al contrario; «Yo pondré la guerra» es un magnífico libro de Manuel Leguineche que trata sobre los medios de comunicación y el hundimiento del Maine.
Hay que chillar muy fuerte y crear embrollo, eso es lo que procede en estos tiempos de confusión reinante, en donde la realidad preocupante se nos oculta cual arcano y las mentiras, vestidas de verdades, se airean para distraer al personal del futuro que se nos viene encima. El debate argumentado, sereno y riguroso no interesa.
Todavía está en el recuerdo lo sucedido en las elecciones de la Asamblea de Madrid. Soltar el poder les impedía seguir con su política de urbanismo; para ello tenían bien pensadas las jugadas, varias por si alguna fallaba. A la primera les salió bien, pero no se puede ganar siempre, aunque piensen que la calle es suya, como solía decir el ínclito don Manuel, presidente de la Comunidad gallega y político camaleónico que sirvió fielmente al franquismo. Hasta se sumergió en la playa de Palomares para demostrar que sus aguas no estaban contaminadas por una supuesta bomba caída, accidentalmente, de aviones norteamericanos; hay que reconocer don Manuel sabía echarle «calzones».
Ahora, las cosas se hacen de otra forma mucho más prosaica.
Teresa Galeote. Alcalá de Henares, Madrid.
Redactora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 29 Marzo 2005.