La Cumbre de la Ausencia de las Causas – por Talal Salman

Traducción de un artículo de Talal Salman publicado en el diario libanés Assafir. En él se crítica al papel desempeñado por los líderes árabes en la ultima cumbre de la Liga Árabe celebrada en Argel.

Traducción – Cumbre de la Liga Árabe en Argel
La Cumbre de la Ausencia de las Causas
por Talal Salman

La cumbre árabe ya no es ninguna “noticia” sobre la cual habría que parase ni darla importancia, no lo es para “el responsable” árabe, ni para “el ciudadano” de a pie, ni siquiera lo es ya, para “el periodista» o “el informador” en general, a no ser, por algunos escándalos o anécdotas que pudieran reconfirmar el desmoronamiento de ésta institución, con la cual, se quiso intentar reanimar, para no decir resucitar o renacer, a la Liga de Estados Árabes que, sin la vitalidad de su Secretario General y su obstinación (y tal vez su orgullo), se hubiera quedado en el olvido.

A pesar de la obstinación del presidente argelino en afirmar su éxito en convocar la cumbre en el palacio del Pinar (Alsnóbar), que es un bello complejo con una elegante construcción, amplio con varios chalets que rodean como satélites la Sala Central de Conferencias, los resultados esperados, no serán “menos” de los resultados de las cumbres que la precedieron, ya no queda “menos”; puesto que cada país organizador, se alegra por inaugurar una cumbre con el mayor número de presencia de los Jefes de Estado, clausurándose, con el menor número de diferencias y de hondas expansivas producidas por las convulsiones. ¡A Dios rogamos, un Buen Final! Este es el eslogan “político” divulgado en cada cumbre. Y un Buen Final, es un comunicado escrito con ésta mágica lengua que incrementa los vocablos, para hacer perder completamente al significado.

Lo que importa es, mantener los asuntos que pueden dañar la imagen de la cohesión fuera de la cumbre, así pues, evitar su dinamitación antes y, particularmente, durante su celebración. Por eso, se les encarga a los especialistas, seleccionar de las palabras lo que se quiere insinuar y no lo que se quiere aclarar, y de los titulares, lo que muestre el empeño de los líderes en el presente, en el futuro y en lo que hubiere entre ambos. En recordar, las causas que importan a toda la Nación, las antiguas permanentes como Palestina, las nuevas y emergentes como Sudan, las antiguas y renovadas como el conflicto del Sahara, más el de Somalia y la cuestión de las tres islas emiratíes ocupadas por Irán…etc. Sin embargo, ésta imagen de las cumbres árabes, no es del todo precisa: Con la celebración de cada cumbre, se renunciaba a algún fundamento sobre las causas básicas expuestas, cuidando las formas para no provocar al “público” y así evitar su animadversión hacia la cumbre, hacia los Jefes de Estado y hacia los líderes elaboradores de ésta paradójica historia.

Hoy, estos líderes únicos, tiene una nueva excusa para renunciar al fundamento y guardar las formas sin provocar (es factible hacerlo con la flexibilidad del idioma y la brillantez de las declaraciones): La excusa es la tiranía de la administración estadounidense y su monopolio de la decisión internacional. Está vinculado a ésta excusa, por supuesto, la advertencia sobre la fuerza legendaria de Israel, ante el estado de descomposición, dispersión y debilidad de los árabes, así pues, entre una cumbre y otra, se pierden más fundamentos de la causa palestina, que ya no es, “la Causa Universal de los Árabes”, tampoco es, un tema de consenso árabe, ni siquiera es una causa, sino, es casi ya una cuestión de disputas sobre competencias (y tierras) entre la “Autoridad Palestina” y entre el omnipotente estado de Israel, donde algún líder árabe, podría jugar el papel del “honesto”, trabajando en reunir a las dos partes, siempre bajo los auspicios de EEUU para resolver la disputa pacíficamente… y siempre, a cuenta del pueblo palestino, a cuenta de su causa y a cuenta de su sueño en un estado.

Ya no está en la agenda de ninguna cumbre árabe una causa bajo el título de Palestina, se fragmentó la causa, perdiéndose su base y quedándose tan solo, algunos detalles: Los asentamientos, el muro, la retirada de Jericó, la entrega de los accesos de la ciudad de Tulkarem a la “Autoridad Palestina”, la discusión sobre la posibilidad de librar a algunos cientos de presos palestinos de las cárceles israelíes (la mayoría escogidos por el gobierno de Sharon de entre los delincuentes e infractores de tráfico). La Liga Árabe, y como consecuencia, la cumbre, ya no son el lugar adecuado para discernir las diferencias bilaterales entre los estados árabes; tampoco es la fuente de esperanza para elevar las interrelaciones, aunque sea, para un mínimo grado de coordinación para no decir cohesión. Es decir, que la institución en sus dos niveles, es impotente para proteger la esperanza en lograr para los árabes lo que les pueda guardar el mínimo nivel de unión, corresponsabilidad y solidaridad, asegurándoles, sus intereses comunes. Los vientos de los conflictos, ahora son más fuertes que los esfuerzos por la pacificación, y los estados no son capaces de reencontrarse, si no es por la intermediación del americano y su reorientación, asumiendo de antemano, sus instrucciones. La palabra de los “árabes”, ya no es realista. Las entidades ahora son más fuertes que los sentimientos, los deseos y las ambiciones, y cada una de ellas, ya tiene una función dentro del proyecto americano, donde su gobierno no puede rechazarla, ni tampoco quiere “librarse” de ella, siguiendo a la caravana arabista que se ha perdido en el desierto de la frustración, las derrotas y el descosido de los eslóganes.

Israel, se ha convertido en una parte decisiva en los asuntos árabes. Israel ya tiene el derecho a “veto” sobre la reunión de los estados árabes en una cumbre, ya no es secreto que, participa en admitir o rechazar la fecha de su celebración y, en su agenda, aunque utilicen bocas americanas. Y puesto que esto es así, no se le puede reprochar nada a la cumbre de Argel por su negligencia a la hora de conseguir logros, ni por ignorar la cuestión iraquí, por ser ésta, una especialidad de la administración norteamericana, tampoco se le puede reprochar su no intromisión en los detalles de la relación entre la Autoridad Palestina e Israel, ya que, es un “asunto interno” del estado que fue “el enemigo nacional” de todos los árabes, pero que ahora, su ministro de asuntos exteriores se mofa diciendo que diez países árabes hacen cola en la puerta de su ministerio…

Tampoco se le reprocha, ignorar los problemas que convulsionaron Sudan, y que están a punto de convertirlo en varios estados, ya que se pusieron a mirar al otro lado mientras éste país árabe se descosía ante los ojos de los árabes impotentes, despedazando su entidad política, impulsando sus elementos fundadores hacia la lucha y inundando a su bondadoso pueblo con su derramada sangre. Luego, al final, acusan al Sudan de lanzar una guerra racista, es más, una guerra de exterminio contra unas minorías que los americanos acaban de descubrir recientemente.

Se podría proseguir hasta el infinito, para describir la impotencia de la cumbre, en transformarse en una institución habilitada y capacitada para reunir a “los árabes” y resolver los problemas y las problemáticas que se incrementan, creando más razones para la desunión y el desmoronamiento. Así que, no es probable que la cumbre de Argel rete a la “realidad objetiva” de los estados árabes, logrando, lo esperado, deseado o necesitado por “los árabes”, admitiendo que el vocablo de “los árabes”, ya no significa lo que significaba en el sentido de una sola Nación con intereses en común, y con una ambición común por un futuro mejor.

Lo que importa es especificar las pérdidas, tal vez, el contener del concurso jordano dentro de la cuestión palestina, se le puede inscribir dentro de ésta casilla, también, el ignorar de la cuestión iraquí y el dejar de la cuestión libanesa para los consejos suspirados por quienes les pueda interesar, para que así, puedan resolverlas entre ellos y con prontitud. Así, la cumbre de Argel tendría un éxito completo, a pesar, de la ausencia del presidente libanés, a quien se le puede considerar como “el creativo”, a la hora de transformar un éxito, en un fracaso. De ahí, su nombre fue inscrito en la casilla de “los distinguidos” que, podrían ser seleccionados para los “Guiness” por su record de éxitos.

A pesar de ello, queda una pregunta: ¿Cómo puede celebrarse una cumbre y acabar con una declaración sin sentido, y el presidente libanés, que explota como un volcán por rechazar la realidad y la insistencia por el cambio, está tan ausente de ella como lo está de su patria?

Talal Salman. Artículo publicado en el diario libanés “Assafir” el 22 de Marzo de 2005.

Traducido del árabe por Jamal Halawa. Olias del Rey. Toledo.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 29 Marzo 2005.