Si hacemos caso a nuestros políticos y economistas oficiales, nos dicen que si queremos ser competitivos, debemos aplicar siempre las teorías neoliberales que nos llevan a la desregulación laboral, bajada de impuestos, menos Estado, menos derechos sociales, más individualismo, menos salario, etc.
El todopoderoso The Economist argumenta que cuanta más libertad das al rico mejor están los pobres (no se rían). Así sin las ligaduras de los impuestos los ricos tienen un mayor incentivo para generar crecimiento. Para esta revista, los países que tienen elevados impuestos, muchos gasto social y público, que regulan el mercado condenan a la gente a seguir siendo pobres y no avanzando social y económicamente.
¿Es posible otra política económica?
Sí. Los neoliberales tienen obsesión por la socialdemocracia. Los neoliberales destacan por el fomento del individualismo y el favorecimiento del rico, mientras que la socialdemocracia hace de la distribución su eje político fundamental.
El mejor camino para saber que modelo nos interesa, es comprando el Reino Unido cuna y estandarte del neoliberalismo thacheriano con Suecia, uno de los países emblemáticos de la socialdemocracia. Utilizaré estadísticas del propio The Economist.
En los últimos cuarenta y tres años, el PIB sueco ha sido superior durante treinta y seis años al del Reino Unido. En el año 2002, el PIB sueco per cápita fue de 27.310 dólares y el británico de 26.240.
Siguiendo la lista de The Economist, que mide la calidad de vida, Suecia alcanza el tercer puesto mundial, mientras que el Reino Unido ocupa el onceavo. En esperanza de vida, los suecos siguen ocupando el tercer puesto mientras que los ingleses ocupan el veintinueve. En Suecia hay 74 líneas telefónicas y 62 ordenadores por cada cien personas, en el Reino Unido, 59 y 41, respectivamente.
La ONU en su informe sobre el Desarrollo Humano, publicado en el 2004, señala que el 6,3% de la población sueca vive por debajo del umbral de la pobreza (situado en once dólares diarios), mientras que la población inglesa afectada es del 15,7%. El 7,5% de los suecos son analfabetos funcionales, mientras que la cifra de británicos es del 21,8%. Sobre igualdad de clases, los británicos tienen tres veces más posibilidades de permanecer en la clase económica en la que nacieron que los suecos. Esto es reflejo del clasismo y conservadurismo de la sociedad británica, haciendo desaparecer el MITO de que el neoliberalismo con sus desregulaciones fomenta las oportunidades humanas.
En cuanto a la distribución de la riqueza, según la ONU, el 10% de la población más rica posee 6,2 veces más que el 10% de los más pobres. En el Reino Unido es 13,8 veces. Como podemos ver, Suecia es un modelo que se acerca a la justicia social mientras que los británicos se alejan, con el añadido (esto produce dolor, mucho dolor al neoliberalismo) que la economía sueca es mucho más competitiva que la británica y la norteamericana.
La mayor parte del siglo XX, en Suecia se aplicaron políticas socialdemocratas, cuya finalidad era disminuir las desigualdades sociales, buscando la felicidad de la gente. Esta política es lo que The Economist llama “impuestos de castigo” y “grandiosos gastos sociales”, en definitiva que son políticas que van en contra del desarrollo humano, ¿Se lo creen Vds?
El neoliberalismo, parte de una serie de MITOS, como la superioridad de lo privado sobre lo público. Esto no es así, ejemplos hay, la privatización de los ferrocarriles ingleses teniendo que ser devueltos al sector público por la mala gestión privada, la caída de empresas norteamericanas emblemáticas como Worldcom, Enron etc., los desastres en las privatizaciones de los sistemas públicos de aguas, el hundimiento de los sistemas privados de jubilación de los chilenos y argentinos, etc.
El neoliberalismo hace afirmaciones como si fueran verdades absolutas cuando no lo son y muchas veces ni las cuestionamos de tantas veces que nos las dicen. Hay una realidad que siempre debemos defender, y es que existen una serie de servicios públicos que deben estar garantizados por el Estado (sanidad, educación, pensiones…), pero reclamando y exigiendo su buen funcionamiento, que estén dirigidos por profesionales y no como ha sucedido hasta ahora que son utilizados como premios a políticos ya caducos y sin conocimientos.
Es hora, más que nunca de valorar el papel de la socialdemocracia y descubrir los cantos de sirena que muchas veces nos proponen sin fundamento económico serio el neoliberalismo.
Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 18 Febrero 2005.