El caos económico chino – por Edmundo Fayanás

Se acaban de conocer los datos de crecimiento chino del 2004, del 9,5% del PIB. En los últimos 26 años, la economía china ha crecido a un promedio del 9%. Esto ha permitido que haya duplicado su PIB cada siete años, mientras que Estados Unidos ha necesitado veinte y la Unión Europea veinticuatro.

La estabilidad política, económica y monetaria es lo que intenta conservar el gobierno chino, con el objetivo de mantener el ritmo de crecimiento económico evitando algunos riesgos emergentes como el recalentamiento y la debilidad de su sistema financiero.

China se ha convertido en el tercer importador y exportador del mundo por detrás solamente de Estados Unidos y la Unión Europea. Por su extraordinario crecimiento y su peso en el comercio, se ha convertido en la locomotora del desarrollo mundial, aportando el 11%, sólo por detrás de los norteamericanos.

Según diversos análisis económicos, va a perder algo de crecimiento aunque continuará aportando una parte importante del comercio y del desarrollo mundial. Pero hay algunos aspectos económicos que llaman la atención. Veamos.

Las reservas de divisas han alcanzado a finales del 2004, la cantidad de 610.000 millones de dólares, con crecimientos anuales espectaculares. Nunca una economía emergente ha mantenido una asimetría tan acusada entre sus necesidades de financiación y sus reservas de divisas.

Este crecimiento de reservas se explica por la fuerte atracción de flujos de inversión extranjera hacia China, superando en el año 2003, a Estados Unidos, con una cuantía de 53.000 millones de dólares, estimándose en 62.000 millones, los del año 2004.

Su banco central interviene en los mercados de divisas, con el fin de evitar la excesiva depreciación del dólar frente al yuan. Constituyendo un poderoso financiador del déficit público norteamericano.

Tiene planeadas fuertes inversiones en algunos países sudamericanos, productores de materias primas, así como la compra por parte de empresas chinas de otras extranjeras, como la división de ordenadores personales de IBM, debiéndose ser vistas en el proceso de fortalecimiento del actual sistema de relaciones económicas y financieras internacionales marcadas por la globalización.

La actual situación bancaria china constituye un obstáculo para el crecimiento, donde las empresas estatales acaparan una buena parte del ahorro interno y la agricultura carece de los fondos financieros para modernizarse.

Como vemos, los economistas avisan de los problemas que presenta la economía china en un ámbito tradicional, siendo en general muy optimistas, calculando un futuro prometedor. Lo que nunca analizan, son otros aspectos que inciden fuertemente en la economía y en la vida de los chinos. Este modelo económico es un error a medio y largo plazo con consecuencias imprevisibles.

La elección de su modelo de crecimiento y desarrollo sigue el norteamericano, sin darse cuenta que es irrepetible e insostenible tanto económica como medioambientalmente.

El desarrollo medioambiental es tan desastroso como el que se daba en la Europa comunista. Se calcula su coste en el año 2004, en más de 65.000 millones de dólares, con grandes emisiones de CO2, con todo tipo de gases contaminantes, etc., que están produciendo una cantidad de enfermedades increíbles y donde su sistema sanitario, que es viejo y muy deteriorado, no puede dar respuesta.

El agua empieza a escasear, no porque no haya, sino por el mal uso y despilfarro con que se usa, con unos niveles de contaminación de la misma alarmantes y la carencia total de reciclaje de las aguas fecales. Es previsible a corto plazo una crisis hídrica en toda la zona norte de China, con sus 500 millones de habitantes, lo que será una de las causas del creciente malestar social que va a surgir.

La situación social es altamente preocupante, apenas sostenido por un régimen policial, con un sistema económico que prácticamente se basa en la explotación humana, con nulos derechos laborales, sueldos de miseria (un euro y medio por día trabajado), con jornadas laborales largisimas, sin apenas descansos semanales y por supuesto vacaciones. ¿Hasta cuando aguantará esto?

China podía haber elegido un modelo social de desarrollo quizá más lento pero mucho más justo social y medioambiental pero sobretodo sostenible en el tiempo. Estamos en tiempos en los que se producirán grandes acontecimientos en China, los que a su vez provocarán en general grandes cambios mundiales.

Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 13 Febrero 2005.