En estos días se ha conmemorado el 60 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, localidad polaca donde el horror nazi instaló un lugar del horror, un centro de exterminio y aniquilación de seres humanos, una caricatura grotesca de la dignidad del genero humano.
He esperado unos días para realizar, de manera pausada, un análisis de los actos programados para tal efeméride y de una serie de cuestiones que han circulado alrededor.
Después del acto en las Naciones Unidas, el Congreso de los Diputados promovió la primera evocación oficial que se realizaba en nuestro país sobre el holocausto. Me parece importante que se recuerden las atrocidades cometidas por el régimen nazi, pero no solo como acto institucional, si no que debe ser materia de conocimiento desde la escuela para que se tome conciencia de lo que representa el fascismo pasado, lo que puede significar en el presente y para que no se vuelva a repetir en el futuro.
Según leo durante las alocuciones tomó la palabra un superviviente del campo de concentración de Flossenburg, el catalán Enric Marco *. Las palabras sobre sus vivencias y la denuncia de los actuales campos de concentración de Palestina y los que se extienden por el planeta (Guantánamo, Irak Ruanda, Sierra Leona etc.) parece que ofendieron a los representantes judíos y en especial al embajador de Israel. Comentan que al final le pidieron explicaciones. Te pebrots el asunto. Con que altura moral y ética pueden pedir explicaciones a un superviviente del horror, horror compartido por muchos de sus antepasados, y que ahora aplican al pueblo palestino. ¡Qué malo es el olvido parcial!. Como dijo Marco “Al final tendremos campos de concentración aquí cerca, porque alguien inventará una guerra preventiva”.
Muchos fuimos los que reclamamos al presidente del Congreso y representantes de los grupos parlamentarios que se hiciese especial mención a los más de 10.000 republicanos españoles que fueron deportados y asesinados en los campos de concentración. Aquellos que tras ser “vencidos” por la sublevación franquista, fueron represaliados por la continuación del terror en tierras francesas.
Ese día se convirtió en noticia de primera página en todos los medios de comunicación. Dignatarios de todo el mundo se “unieron” en el lugar del terror para hacer un canto a la libertad. Algunos de ellos les debió costar lo suyo, pero total eran pasar el trago y mañana a seguir con sus campañas militares invadiendo tierras y pueblos. Para que dar nombres, solo baste con ver la relación de asistentes.
Algunos periodistas se interesaron por saber si, dentro de las poblaciones cercanas, había algún superviviente. Los editores querían tener noticias de primera mano. La verdad es que mi conocimiento de personas en el ámbito de la comunidad donde vivo se refieren a supervivientes que tienen la residencia en Francia. Pocos son los que superaron la prueba del espanto y el paso de los años ha ido menguando de manera notoria los que aún viven.
Por otro lado es de resaltar que los que fueron liberados, además de no poder volver a España, por motivos obvios, fijaron sus vidas en el país vecino que, aunque no de manera totalmente satisfactoria, les atendieron como víctimas de la guerra. Ni que decir tiene que en nuestro país seguimos mirando a las nubes y elucubrando sobre los derechos de los perseguidos, encarcelados y asesinados, actuando de manera cicatera sobre pensiones (ahora se ha conseguido elevar la pensión a los niños de la guerra), poniendo trabas a la recuperación de los restos en fosas, etc.
Decía al principio que me había dado unos días para escribir estas impresiones porque hay momentos en que me parece que se quiere hacer espectáculo de todo. La noticia era el día 27, después a otra cosa. Y lo hago ya que la noche del viernes emitían un programa en Tele 5 sobre los nazis y sus secuaces, que fueron acogidos (y de manera muy cordial) por el régimen de Franco, y en nuestro país asentaron sus ocios y negocios de manera muy floreciente. Aquí tenían cobertura del sistema, nadie les molestaba y así han estado y siguen estando sus generaciones posteriores. El espacio se titula TNT y acoge, junto al dedicado a los “turistas” de la Gestapo & Cía., otro sobre las relaciones sadomasoquistas, esto da una idea de la parte de espectáculo o morbo de estos late night show, donde cabe todo, un “todo vale”.
Mi aguante ante la pantalla es poco cuando veo quienes van a ser las personas que van a iluminar mis entendederas con sus sabios discursos. No pongo en duda la sabiduría de las periodistas y sus trabajosas horas de indagaciones sobre las andanzas de aquellos que después de asesinar y exterminar a tantos seres humanos encontraron cobijo bajo las capas protectoras del caudillo, de las sotanas de la iglesia oficial o los gabanes y tricornios. Pero que sean las mismas que salen a menudo en los programas de la “víscera” y del cotilleo, vendiendo la vida privada propia o ajena, no me da la mínima confianza, y decido apagar la televisión y dedicarme a oír música que me diga cosas y me alivie el “alma” ante tanta cochambre.
La memoria de aquellos que dieron sus años de juventud, que dieron sus vidas, que perdieron todo por el afán de los señores de la guerra y del imperio, se merecen otra cosa.
Salud, libertad y República. No os olvidamos.
Emilio Sales Almazán. Talavera.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 2 Febrero 2005.
* —Nota de Redacción— Enric Marco, hasta hace bien poco presidente de la Asociación Amical Mauthausen, no estuvo en ningún campo de concentracción. Por lo tanto, pese a ser gran conocedor de la deportación de prisioneros españoles, y de los crímenes perpetrados en los campos de exterminio nazis, mintió acerca de sus vivencias personales. [19 Mayo 2005]