Traducción de un artículo del escritor libanés Elias Sahad en donde se habla de ese pedazo de tierra allá en Oriente Próximo siempre conocido como Palestina, y hoy dividido entre dos intentonas de estados diferentes.
Traducción – Ese pedazo de tierra
Palestina, Israel y Mr. Fisher – por Elias Sahab
Entre Egipto por el sur, el Líbano por el norte, en la costa oriental del mediterráneo, se ubica el país que se conocía desde hace miles de años por el nombre de Palestina, hasta que, y desde hace tan solo cincuenta y siete años, se convirtió en “Israel”. El pueblo que habitaba dicho país, evolucionaba a lo largo de miles de años, según las leyes de la naturaleza sobre la formación y el desarrollo de los pueblos, incluso, durante las sucesivas apariciones de las religiones en la zona, llevaba el nombre de Palestina.
Sin embargo, en el año 1948 hubo un golpe contra la historia en este país, cuando se transformó el nombre de Palestina, a “Israel”, cuando el proyecto sionista expulsó a la mayoría autóctona de su población y comenzó a recomponer el pueblo de dicho país y sus comunidades, según la teoría racista de dicho proyecto, unida a la teoría colonialista que se basaba en redibujar los mapas políticos de los países, desmontando la composición de sus elementos demográficos, independientemente, de la magnitud de la tragedia humana que ello supusiere.
Desde entonces, cosas insólitas y asombrosas empezaron a formar parte de los elementos que componen la población del país, una de ellas, fue la aparición de Mr. Fisher en la Jerusalén ocupada hace unos días saludando a Sharon y a Netanyahu. Mr. Fisher es un ciudadano norteamericano que, confiesa la religión judía y es un experto financiero. Su nombre completo es Stanley Fisher y, el último cargo que tuvo en su país de origen fue en una institución financiera conocida por “City Group”. La razón del traslado de Mr. Fisher a Israel es para asumir el cargo de, gobernador del Banco Central de Israel, siendo la legislación israelí contraria a que los binacionales ocupen cargos gubernamentales de alto rango, Mr. Fisher tenía que renunciar a su nacionalidad de origen (estadounidense), para poder ocupar con su nueva nacionalidad israelí, el nuevo cargo. Para que Netanyahu (actual ministro de finanzas israelí), pueda desmentir la existencia de estímulos codiciosos por parte de Fisher, tuvo que reconocer el verdadero estímulo: el estado de pasión perceptiva y la fe en el proyecto colonialista de Israel, hasta tal punto que, aceptó un sueldo mensual de ocho mil dólares, en lugar del que recibía en EEUU y que alcanzaba los doscientos mil dólares anuales (es decir, el doble). Y para que se complete la puesta en escena mediática, se dirija y se proyecte la operación de “arrancar” a Mr. Fisher de EEUU y “plantarlo” en Israel, expresó (Mr. Fisher) su alegría con una frase en hebreo, que no sobrepasó los diez vocablos.
No sabemos con exactitud, si la transformación de Palestina (después de llevar el nombre de Israel) en tierra comunal y en un proyecto de colonialismo mundial, donde se invita a todo aquel que cree en ello, para apuntarse, independientemente de su etnia, raza o religión, no sabemos, si esta transformación, pasará desapercibida por los sionistas integristas que consideraron la importación desde el exterior de un gobernador para el Banco Central, un asunto humillante. Fuere como fuere, este desarrollo, es lo más reciente sobre el fenómeno de las transformaciones que empezaron a aflorarle al proyecto sionista en la palestina ocupada, desde finales del siglo pasado. Incluso, se adhirieron a él (proyecto sionista), los rusos ortodoxos, tan solo, porque el proyecto colonialista necesitaba de sus habilidades, bastando con su adhesión política al sionismo, en lugar de su conversión al judaísmo.
Todas estas transformaciones están sucediendo desde hace más de medio siglo, ante los ojos y las miradas de la comunidad internacional, con su absoluto apoyo en los momentos más cruciales, acompañado de un desistimiento mundial y rechazo tajante, a la probabilidad de retorno de la población autóctona, con el pretexto de, “la estrechez del lugar.”
Bienvenido Mr. Stanley Fisher, como nuevo emblema del más horrendo y espantoso crimen cometido por la comunidad internacional en la era moderna, quien a su vez, no hace más que repetir sus desesperados intentos de eliminar sus huellas y, lavar sus manos de la sangre de sus víctimas.
Elias Sahab, escritor libanés. El artículo fue publicado el 28 de Enero el diario libanes Assafir.
Traducido del árabe por Jamal Halawa. Olias del Rey. Toledo.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 29 Enero 2005.