Futbolistas: deportistas y/o trabajadores – por Emilio Sales Almazán

La última jornada dominical de la liga de fútbol nos deparó la triste noticia del fallecimiento de la pequeña hija del jugador del Valencia, Marco Caneira. Se especuló con la suspensión del partido entre Osasuna y el equipo “che”, ya que al parecer estaban de acuerdo directivas y plantillas, pero la imposibilidad de conectar con alguien de la “jefatura” federativa impidió al arbitro la tomar decisión consensuada.

Hace un mes, aproximadamente, sucedió un hecho similar en un encuentro de segunda división “b”. El partido entre Talavera y Jaén se suspendió por la muerte del padre de un jugador jienense. Hubo cruces de opiniones en el ámbito de la localidad sobre la conveniencia de la suspensión. Voces a favor y en contra, y un sentimiento de que el partido se suspendió ya que los clubes esperaban la llegada de refuerzos en el “mercado” (nótese como el traspaso de jugadores se denomina de esta manera, pura mercancía) de invierno. En definitiva esta noticia tuvo muy poca repercusión en comparación con la de ayer, publicada en primera página en informativos, y es que en los fallecimientos también hay divisiones como en el deporte.

Analizando estas noticias no tuve más remedio que pensar en las relaciones laborales y en el rey de los deportes.

Los futbolistas, centrándonos en los profesionales, tienen reconocidos ciertos derechos y deberes laborales, tienen sus representantes “sindicales”, tienen, en definitiva, un convenio. No voy a entrar en la conveniencia o no de la suspensión de un partido de fútbol que, a priori, no es una actividad de primera necesidad. Es cierto que hay una carga emocional ante la noticia luctuosa, sobre todo entre los compañeros del futbolista afectado, pero en mi dilatada vida laboral no he conocido ningún caso en donde la empresa haya cerrado por la muerte de un familiar de un trabajador o trabajadora. Es más, en alguna ocasión (o en varias) se han puesto multitud de impedimentos para que el afectado haya tenido permiso si no es un familiar muy directo.

La duda queda aquí, en cuanto a la exigencia de suspender tales eventos. Lo que me queda muy claro es que el deporte en general y el fútbol en particular, cuando nos referimos a profesionales, es más un negocio que un deporte y los sentimientos quedan enseguida aparcados ante el puro y duro negocio.

Emilio Sales Almazán. Talavera.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 17 Enero 2005.