Muros / III (fin) – por Jamal Halawa

Faltando dos días para las elecciones palestinas, por fin arranco pedazos de mi voluntad para escribir unas líneas sobre el acontecimiento. Asqueado y cansado de la evolución de la situación política en el Oriente Árabe, en Europa y en España, redoblo el ánimo para teclear las letras de mi desordenado ordenador. La muerte del Rais Arafat, sin duda alguna, tuvo mucho que ver, pero no porque esté convencido como muchos millones de que ha sido asesinado vilmente por el Estado Mayor de las Acciones Criminales (EMAC = Israel), como antes lo fue, el secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina Abu Ali Mustafa, el Cheij Ahmad Yasin del movimiento de resistencia Hamas, el Rantisi… etc., o los miles de niños, mujeres y civiles, sino, por esta gran nube negra de indiferencia con que el mundo “civilizado” o no, asiste al drama de este mi gran pueblo batallador y combatiente por la esencia del ser humano, ¡LA LIBERTAD!

Soy consciente de la gran crisis de valores, acaecida tras la caída del bloque socialista y sus nefastas consecuencias sobre el movimiento de lucha internacional por la libertad de los pueblos que combaten, aun, el viejo/nuevo colonialismo, pero lo que no entiendo ni acepto es que este estado de demagogia y hipocresía política y social en occidente, trate de invertir los términos y los conceptos que, tanto el derecho internacional como todas las leyes y convenciones acreditadas y firmadas por la mayoría de las naciones que forman la ONU han legitimado, transformando la realidad de los hechos, al tratar de convertir a los que luchan por su libertad en terroristas y a los invasores, agresores y colonialistas, en victimas. Como consecuencia, asistimos a la gran confusión e indiferencia, y en distintos planos, de todas las estructuras de poder políticas, sociales, diplomáticas, mediáticas, judiciales y a la parálisis total de la decencia dentro y fuera de occidente, ante tanto atropello ilegal del “EMAC”. Sino, ¿cómo se explican las sucesivas matanzas de niños? ¿Cómo se explican los sucesivos asesinatos extrajudiciales de líderes políticos electos (entre ellos Arafat, no os quepa la menor duda), llevándose por delante, en muchas ocasiones, la vida de muchos civiles? ¿Cómo se explican las destrucciones sistemáticas y metódicas de casas, infraestructuras de uso civil, campos de cultivo… etc.? ¿Cómo se explica la continua usurpación y construcción de asentamientos en territorio palestino? ¿Cómo se explica la continuidad de la construcción del muro del apartheid en Palestina a pesar de la sentencia condenatoria del TIJ? En fin, la lista de interrogantes que evidencian la poca credibilidad y decencia de occidente “civilizado” o no, se haría interminable. Si no son (los políticos occidentales en el poder) capaces de respetar y cumplir con las propias leyes que ellos mismos legislan, ¿cómo esperan y con qué valor, que lo hagan los demás? Pienso con franqueza, que el muro de la vergüenza en palestina no se derribará, mientras esté erigido dentro de la moralidad de occidente, este gran, invisible y vergonzoso muro que divide las razas, las culturas y el mismo concepto universal de la ética.

Volviendo a las elecciones en mi tierra Palestina, planteo esta primera pregunta ¿por qué yo no puedo votar? ¿Por qué cerca de cinco millones de palestinos entre expulsados, desplazados, refugiados, exiliados, renacionalizados, presos… etc., no pueden votar? El otro día, creo que fue ayer, leí en un chat el comentario de un palestino exiliado, decía que las papeletas ya estaban dentro de las urnas en un banco suizo y que fueron depositadas por EEUU. Me dio risa, no por el comentario, sino porque enseguida pensé, como si las condiciones actuales de las elecciones palestinas, las que vemos, las que nos proponen, pudieran ser más legales o justas que el mencionado comentario. En Palestina asistimos a la democracia en su versión más trágica, a la democracia a punta de pistola, a la democracia empapada de sangre, a la democracia made in USA e Israel, a la democracia donde solo puede salir elegido, el que quiera EEUU, Israel, UE, FMI y el mercado, en fin, es la democracia del invasor impuesta a sangre y fuego, patrullando los soldados y las fuerzas ocupantes, ante las narices de los posibles electores. ¿Os recuerdan estas elecciones a otras que quieren celebrar cerca de ahí? Espero equivocarme, pero tengo serias dudas en que pueda haber un proceso democrático en Palestina bajo estas condiciones, y que conduzca, al triunfo final de la legítima resistencia palestina y su derecho a construir su estado independiente y soberano. En Palestina, pienso, será muy difícil repetir la experiencia de Karzai (Afganistán) o Alawi (Irak), tampoco conseguirá el dúo sanguinario (EEUU e Israel) un enfrentamiento armado inter-palestino (guerra civil), ahora si, el muro, los muros, el visible y el invisible, ya se han levantado, y tengo la convicción y la certeza de que solo podrán ser derribados, si se unieran las voluntades de todos aquellos que aun creen en la justicia como una virtud perdurable. Las nuevas dinámicas que se van a crear, permitirán a las resistencias en Irak y Palestina acumular logros y a asentar nuevas realidades sobre el terreno, que junto al esfuerzo de los pueblos occidentales contrarios a la guerra y a las agresiones asesinas del mundo de la economía globalizante, serán decisivos para el ineludible triunfo de la humanidad, y por ende, para el reencuentro.

Jamal Halawa. Olias del Rey, Toledo.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 8 Enero 2005.