El ínclito Sr. Fraga Iribarne no ha salido del armario, se sobreentiende, ha sido siempre igual. Por ello no es de extrañar su última versión sobre la homosexualidad declarada ante los medios de comunicación.
En una noticia aparecida en un periódico, y bajo el título de ‘Fraga dice que ser gay es una “anomalía” de los cromosomas’. ¡Que bueno es este tío!. No solo demuestra que es “puro macho” (a pesar de sus siglos), sino que realiza un despliegue de sus conocimientos en medicina.
Quizás se base en los “estudios” que prestigiosos psiquiatras del régimen franquista, al cual dio muestras de inquebrantable acatamiento, como Vallejo Nájera* (aquél coronel que aplicó excelentes teorías para torturar a mujeres presas o que “demostró” que el marxismo era una tara ideológica y que tenían inferioridad mental) o de otro “adicto” como López Ibor.
El caso es que no profundiza en tan interesante hipótesis. Alega que cuando una persona tiene tendencias homosexuales, es porque sus “cromosomas se equivocan” y producen “anomalías”. No profundiza sobre cual cromosoma es el acusante, alguno de los 46 que contiene cada célula, o son todos o son todas las células. En fin, que para rematar definió que los homosexuales son personas (menos mal) que “nacen así por acci…”, debiéndose dar cuenta (alguna neurona le funcionó en ese momento) que estaba empeorando su apoteosis.
En su afán estudioso de los elementos biológicos de los seres humanos, y ya que nunca es tarde para aprender, se podía dedicar al estudio de cuales son los genes que puedan ser los causantes de que una persona (y le doy también la condición) sea una asesina, que permita que su mano, sin titubear, firme sentencias de muerte, que ordene a las tropas policiales a su mando, el masacrar a trabajadores, en definitiva, si siguiendo los pasos de aquellos maestros fascistas, resulta ser que puedan ser anomalías genéticas.
Claro que así nos luce el pelo. En las estructuras del Estado siguen habiendo personajes que “se han adaptado” estéticamente a esto que llamamos democracia. Padres (no hubo madres) de la Constitución que elaboraron para que quedara “bonita” y nos siguieran engatusando para que seamos buenos y dóciles.
¿Dónde está esa aconfesionalidad del Estado? Mentira. ¿Cuándo se aprenderá a respetar a la sociedad civil? Difícil.
La última versión de la homofobia en la jerarquía eclesiástica católica ha demostrado que es cuestionable la separación entre la iglesia y el Estado.
El obispo de Castellón dice, en otro medio de comunicación, que los homosexuales “no promueven el bien común”. Al no vincularse con la procreación son ajenos al bienestar de la sociedad. Creo que, si mis noticias no son engañosas, que sus honorables, tanto curas como monjas, tienen prohibido amancebarse y, por lo tanto, ser procreadores. ¡Eh aquí que monseñor Juan Antonio Reig Plá me ha explicado, de una vez por todas, el sentido de la existencia de los obispos, cardenales, etc.! Sólo tengo palabras de agradecimiento ante su sabia exposición, me confirma que no estaba equivocado.
*Antonio Vallejo Nájera fue coronel del ejercito y jefe de los Servicios Psiquiátricos Militares de Franco. Entre otras “lindezas profesionales” y que son de muy extensa exposición, se podría enumerar que se convirtió en director de las Investigaciones Psicológicas de los Campos de Concentración. Según cita el historiador Ricard Vinyes, su primer trabajo se centró sobre dos grupos de detenidos: brigadistas internacionales y 50 presas malagueñas. Es aterrador una parte de sus análisis en los que pronuncia que: “El medio más sencillo y fácil de segregación consiste en internar en penales, asilos y colonias a los tarados, con separación de sexos”. A estas mujeres les correspondía este diagnóstico.
Emilio Sales Almazán. Talavera.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 18 Diciembre 2004.