Vemos, una vez más, al filósofo Fernando Savater, titulando “La resistencia democrática” en toda la página de opinión de El País de 20-N, que, con motivo de una conferencia suya en Utrech y hablando del asesinato de Theo Van Gogh, se extendió, como viene siendo habitual, sobre su tema doméstico favorito: el terrorismo de ETA, aunque también alcanza a hablar del de Al Qaeda, para que se vea que es hombre viajado. En toda su gran página, tenemos que agradecerle además, que afirme en una línea: “Ni es antiamericano visceral quien critica la política del actual Ejecutivo norteamericano..” Hombre, muchas gracias por la ayuda. Algo es algo, dijo un calvo, que se encontró un peine sin púas. Aunque algunos estábamos esperando del filósofo alguna orientación magistral sobre cómo calificar lo que los estadounidenses están haciendo en Irak o los israelíes en Palestina. Pero se ve que las decenas de miles de vidas y los millones de vidas destrozadas, no merecen mayores comentarios. Esto es lo que se llama filosofía de andar por casa y moral de cuarto de estar. Antes se llamaba aburguesamiento. Otra vez ha perdido el filósofo y catedrático la oportunidad de completar el catálogo de terrorismos, incluyendo los de Estado, que suelen ser los más terribles, aunque mi amigo conservador siempre me reprende, y con razón, por mi nefando vicio de evaluar y dar prioridad a los crímenes por sus magnitudes numéricas o lugar de procedencia. De nuevo debo pedirle disculpas y criticar y condenar aquí y públicamente, una vez más, los crímenes de ETA y de Al Qaeda con firmeza y convicción y apoyar a las víctimas, perseguidos y amenazados, entre los que se cuenta Savater. No puedo hacer distingos. Pero parece que filósofos tan distinguidos como Savater o escritores de relumbre, como Vargas Llosa, estrictos defensores de los derechos humanos y grandes luchadores democráticos, sí se pueden permitir, sistemáticamente y teniendo acceso tan frecuente a tan grandes medios, filtrar o ignorar algunos genocidios, que, por ejemplo, en una semana han sido capaces de multiplicar por cien todos los crímenes de ETA, desde que hace más de 30 años comenzaron a asesinar personas. A veces el olvido de los pocos que tienen voz, es peor que el insulto y el silencio, el más brutal de los cómplices. Decía una noticia de la época franquista que un tren había descarrilado en algún sitio, pero que “afortunadamente” todas las víctimas eran de tercera. A algunos filósofos de cuarto de estar, algunas decenas de miles de víctimas les deben parecer de tercera, por sus onerosos silencios, cada vez que hablan de terrorismo. O quizá es que no merezcan la pena, porque no hay nada que decir más allá de las molestias existentes alrededor de la confortable mesa camilla del cuarto de estar, objeto del debate cotidiano; o quizá porque los muertos que mata la democracia, bien muertos están. O a lo peor es que para algunos, como decía la señora del chiste famoso, “nada, nada, la guerra es la guerra” y eso todo lo justifica.
Pedro Prieto. Madrid.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 21 Noviembre 2004.