Apreciado director:
Gracias a las piadosas advertencias de algunos obispos, muchos estadounidenses no han cometido el pecado mortal de votar a Kerry. Así Bush podrá continuar tranquilo y confirmado en su cruzada mundial por la fe, rebautizada con el título de «lucha por la civilización»; exactamente las mismas palabras con las que cardenal Spellman bendecía la guerra de Vietnam, otro genocidio del que acabó renegando hasta el general McNamara.
Algún ingenuo creerá que esto se debe a una confusión, porque el Papa actual condenó la guerra. Pero, siguiendo la santa tradición de un cercano predecesor, Pío IX, que por un Concordato ya bendijo los cañones de Mussolini contra la pagana Abisinia, este Papa, tras clamar por la paz, se apresuró a bendecir a Bush y hacerse una foto de familia con Aznar. Todo sea en beneficio de la Iglesia, y hasta, dicen algunos predicadores, «en defensa de la vida», si no del Evangelio y de los cien mil (100.000) muertos, por ahora, de Iraq.
Martín Sagrera Capdevila. Madrid.
Cartas de los lectores.
El Inconformista Digital.-
Incorporación – Redacción. Barcelona, 4 Noviembre 2004.