La consolidación de la hegemonía neoliberal mundial pasa por el control y dominio de aspectos económicos fundamentales como el petróleo, el agua y el dólar, entre otros. En este artículo, solo voy a tocar el tema del dólar. La pregunta es ¿Qué pasa con el dólar?
Al final de la II Guerra Mundial, en la conferencia de Bretón Woods se fijó el valor del oro en 35$ la onza, convirtiéndose en el estándar internacional de mediciones de las divisas. En 1971, el republicano Nixon saca al dólar de patrón fijo oro. A partir de entonces, el dólar ha sido el único instrumento monetario global, ejerciendo los Estados Unidos el patrimonio de poder imprimirlos en exclusividad, haciendo de su moneda una moneda mundial. Esto ha llevado a que no haya una relación entre el valor del dólar y su economía.
El valor de la moneda está en función de la economía de cada país, no puede utilizarse “la máquina de hacer dinero” sin alterar su valor. Esto no sucede con el dólar porque es la moneda mundial del comercio, adquiriendo así un valor fiduciario basado en la garantía que se supone que le da la solidez económica norteamericana.
El poderoso dólar ha reinado en la cumbre desde 1945, en los últimos años aún ha ganado más terreno, por el dominio de la economía y por su tecnología.
Desde 1945, la fuerza del dólar reside en ser la divisa internacional para las transacciones petroleras globales. Los cientos de billones de dólares que imprimen los Estados Unidos, sin respaldo económico alguno, los usan los países para comprar petróleo y energía a los productores de la OPEP. Estos petrodólares son devueltos nuevamente por la OPEP hacia los Estados Unidos, vía letras del Tesoro u otros activos denominados en dólares, tales como acciones o bienes inmuebles.
El poderoso dólar ha reinado en los últimos años, antes de la llegada del euro, ganando cada vez más poder. A finales de la década de 1990, más del 80% del comercio en moneda extranjera y el 50% de las exportaciones mundiales se hacían en dólares.
La deuda norteamericana, en abril del 2002, era de 6.021 trillones de dólares, cuando su PIB anual es de sólo 10,5 trillones de dólares. Esta relación entre lo que se produce y lo que se debe significaría la ruina en cualquier otro país, o de cualquier empresa. ¿Cuanto puede durar esto?
Estados Unidos se beneficia de está función, por ejemplo, si el petróleo se vendiera en euros, pagarían un 20% más por su factura petrolífera. El dólar está cuestionado actualmente porque le ha salido un competidor fuerte de referencia, el euro, que poco a poco le va ganando terreno. Irán en el 2002, pasó el 35% de sus reservas financieras de dólares a euros. Según el Financial Times, los saudíes ya han retirado más de 100.000 millones de dólares de los casi un billón que tienen invertidos en Estados Unidos. El bocado que el euro puede quitar al dólar de los 9 billones de dólares en activos dolarizados de extranjeros en Norteamérica puede ser muy importante. Últimamente el billete de 500 euros se utiliza más debido a su mayor uso internacional, así como empieza a ser una fuente de blanqueo del dinero negro mundial.
El déficit corriente alcanzó el 5,7% del PIB en el segundo trimestre del 2004. Su déficit fiscal supera también el 5% del PIB, provocando una situación gravísima, requiriendo actuaciones de política económica con carácter urgente, si no queremos que aparezca la primera gran crisis financiera mundial del siglo XXI.
Los especuladores monetarios internacionales decidirán en cualquier momento que ha llegado la hora de beneficiarse de la situación del dólar, provocando un descenso continuado de éste, y ni siquiera todos los bancos centrales asiáticos juntos podrán mantener el precio del dólar. Sólo la Reserva Federal podría hacerlo, pero es improbable pues supondría una reconversión de amplios sectores de la economía norteamericana con un coste social y laboral muy elevado para una sociedad con fuerte desprotección social del estado del bienestar.
En la medida que el déficit comercial y fiscal sigan creciendo, provocará que los inversores bursátiles empiecen a vender acciones denominadas en dólares, y le seguirá una estampida provocando el hundimiento del dólar y desencadenando una crisis de consecuencias imprevisibles.
¿Cuánto caerá el dólar?
Dependerá de quién gane las elecciones. Si gana Bush y continua con su política económica, el desastre será rápido y generalizado, provocando una crisis que nada tendrá que envidiar a la de 1929, con una relación dólar euro de 2 a 2,5 dólares. Si gana Kerry, éste inmediatamente modificará la política fiscal, haciendo pagar más a los ricos y disminuyendo el déficit fiscal a niveles soportables. El dólar tendrá una caída lenta y suave, que puede ser asimilado por la economía mundial. Esto provocará un ascenso del euro que irá ganando peso como moneda mundial, es fácil que sin tardar mucho veamos un dólar a 1,5 euros.
Hay muchos que quieren que gane Bush, siendo conscientes de que nos lleva al desastre. Particularmente no me gustan ninguno de los dos, pero los desastres los pagaremos todos con costes altísimos para el 90% de la población norteamericana y por efecto arrastre de todo el mundo. Como mal menor, que gane Kerry, pues la caída del dólar será lenta y asimilable. Estados Unidos con su dólar ha estado viviendo del resto del mundo, teniendo esto ya fecha de caducidad. Ya que va a suceder, que sea con el menor coste posible.
Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 29 Octubre 2004.