La educación esta otra vez en el candelero y la causa es la reforma educativa planteada por el gobierno socialista. Han paralizado la LOCE y por supuesto intentan presentar la suya. Debe saberse, que los profesionales de la educación estamos hasta “el gorro” de estos procesos de cambio, que finalmente nos van a volver locos.
Las leyes educativas deben lograrse a través de amplios consensos, no solamente políticos sino sobre todo sociales. Debemos estar a salvo de las elucubraciones del ministro y del partido de turno.
Aunque a muchos no les guste oírlo, los sistemas educativos están al servicio de los sistemas productivos del país. Un buen sistema de enseñanza es aquel capaz de responder a las demandas de técnicos y profesionales que necesita nuestro aparato productivo, ofreciendo la mejor preparación técnica y científica.
La Ley General de Educación era la respuesta que el franquismo daba al proceso de desarrollo que el país estaba teniendo, a pesar de todos sus “peros”, cumplió con sus objetivos. Esta afirmación no quiere decir que estuviera de acuerdo con ella.
Con la llegada del PSOE al poder, se implantó la LOGSE, que intenta adecuar el sistema educativo, de la década de los ochenta, a las nuevas necesidades que el aparato productivo generaba, provocando grandes cambios y muy rápidos ante el avance tecnológico. La LOGSE teóricamente puede definirse como una buena ley, pero su puesta en practica ha dejado mucho que desear, porque sistemáticamente ha faltado dinero para aplicarla. Una ley de educación sin dinero es una pérdida de tiempo y un engaño.
La educación en España se ha tenido siempre como un GASTO y nunca como una INVERSIÓN. Mientras en la OCDE, en 1995, se gastaba el 6,2% del PIB, en España era el 5,4% del PIB, si miramos la diferencia con la media de la Unión Europea la situación aún es peor, con un déficit que ronda el 1,5% del PIB.
En el año 2001, la OCDE sigue gastando el 6.2% del PIB mientras que en España ha descendido al 4,9%. Los demás mantienen o aumentan su gasto en educación, en nuestro país cada vez se gasta menos, la llamada MODERNIDAD de la que hablan unos y otros políticos, se ha quedado en música celestial.
Con el Partido Popular se han producido dos fenómenos preocupantes, se ha gastado cada vez menos en educación, aumentando la brecha que nos separa de Europa y en segundo lugar, se ha producido un trato de favor a la educación privada, abandonando la educación pública, cuestión importante en los movimientos neoconservadores.
El Partido Popular ha planteado la llamada LOCE o de “calidad de la enseñanza”, música que suena muy bien, como dice el dicho “dime de lo que luces y te diré de lo que careces”. Lo único, que han planteado, es una ideologización increíble de la educación, con unas actuaciones fuera de la realidad y de la mínima prudencia. Sirva como ejemplo, el programa de HISTORIA de segundo de bachiller. En esta ley, lo único importante ha sido la idea de “más religión” y del concepto de “España, una, grande y libre”. Esta reforma del PP se aleja muchisimo de las necesidades demandadas actualmente por nuestro sistema productivo, calificándola de una mala ley de educación.
La nueva reforma, que plantea el PSOE, es tímida, muy tímida, y desde mi punto de vista no abarca temas fundamentales que deben resolverse con carácter prioritario. Veamos algunos aspectos.
Es necesario que entendamos la educación como INVERSIÓN y no como GASTO, esto sigue sin verse. Tenemos un déficit presupuestario respecto a la Unión Europea muy importante. Debe plantearse un calendario concreto y preciso, del dinero que se pretende invertir para superar está diferencia. Sin dinero suficiente no hay reforma educativa que valga, no sirviendo el anunciado de aumento en educación del 7.9 % de los presupuestos del 2005.
Mejorar e invertir más en la Formación Profesional, haciéndose un marco estable de financiación de la Universidad. Los centros educativos tienen que tener mucha más autonomía y unas normas claras para los equipos directivos de los centros. Replantearse los conceptos de diversidad, no sólo en programas sino en un aumento importante de profesores para evitar el llamado fracaso escolar, que se debe entre otras causas a la falta de inversión. Se podrían añadir muchos más aspectos.
Me preguntarán ¿Qué pasa con la religión? Es el tema estrella de los políticos para tener entretenidos al personal. La religión en el mundo educativo es un tema muy menor. Con esto no quiero desmerecer a mis compañeros de religión a los cuales respeto profundamente su labor. Nuestro país es un estado aconfesional, mi opinión es que debería estar fuera del mundo educativo y la Iglesia lo debería aceptar con toda la naturalidad.
No quiero olvidarme de la educación en Navarra, que si ya era un desastre con la anterior administración de UPN, con la actual de Campoy y sus “mariachis” es un caos total. Haciendo unos programas que serían propios de programas televisivos de ficción, sirva como ejemplo el programa de inmersión lingüística para extranjeros.
Nos dicen, que se han mejorado los ratios profesor-alumno, los centros están bien atendidos etc. Estos hombres con sus sueños nos cuentan el mundo al revés, estando tan alejados del mundo de la tiza que no entienden la dura realidad que cada día vivimos los profesionales de la enseñanza.
Hagan leyes reales y posibles que sirvan a “la educación” de este país, todos lo necesitamos y lo demandamos.
Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 11 Octubre 2004.