Santiago y Bin Laden: santa guerra antiterrorista – por Martín Sagrera

Apreciado director:
El rey invoca al «señor Santiago», complaciéndose, añade, en una «noble y entrañable tradición», asombrosamente idéntica a la de hace cuatro siglos, terminando la plegaria real con una invocación para que Santiago cierre España a todo terrorista. El Gobierno de izquierdas se hace también presente como un solo hombre en esa Ofrenda Nacional a Santiago. Y los de derechas, que están siempre allí, miran con sospecha, como hombres de poca fe, a los canónigos de Santiago que han suavizado el carácter marcial del Santiago Matamoros. Les huele directamente a traición el que hoy, cuando de nuevo han surgido cruzadas, dirigidas por Bush y Aznar, se intente debilitar así nuestras convicciones, como si el «Matamoros» pudiera justificar un «Matacristianos» y, en un blasfemo relativismo cultural, los calificativos de santo salvador y malvado terrorista, digamos un Santiago y un Bin Laden, dependieran del lugar desde donde se mira.

Contra todo relativismo, aquí seguimos impertérritos con esa costumbre de cuatro siglos, algo recortada, eso sí, en los referente a la quema de herejes y otras minucias antaño indispensables en esos festejos del siempre oficial y universal Patrón de España. Sólo por envidia me podía comentar un extranjero: «Si así se respeta la laicidad del Estado ¿que podemos esperar del cumplimiento de los demás artículos de la Constitución? Y ¿para que se preocupan algunos por cambiarla cuando se puede interpretar de un modo tan libre?».

Martín Sagrera Capdevila. Madrid.

Cartas de los lectores.
El Inconformista Digital.-

Incorporación – Redacción. Barcelona, 27 Julio 2004.