Presentamos un artículo del director del periódico Alquds Alaraby, donde nos da su visión sobre el fallo condenatorio del Tribunal Internacional de Justicia acerca del muro que el Estado de Israel esta construyendo en los Territorios Ocupados en Palestina.
Traducción – Condena al muro de la vergüenza
El racismo israelí en frente al mundo – por Abdel Bari Atwan
Presentamos un artículo del director del periódico Alquds Alaraby, donde nos da su visión sobre el fallo condenatorio del Tribunal Internacional de Justicia acerca del muro que el Estado de Israel esta construyendo en los Territorios Ocupados en Palestina.
El Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), la instancia judicial más suprema, honesta y neutral que hay en el mundo, falló con una sentencia clara y contundente: El muro es ilegal, el gobierno israelí debe paralizarlo, derruir lo que haya construido y el Consejo de Seguridad Internacional de la ONU debe hacer cumplir esta resolución.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad, no ejecutará dicha resolución por estar bajo el dominio de EEUU, estando su veto, siempre preparado para ser accionado a favor de la protección del estado hebreo y consagrar así, su estatus de “estado fuera de la ley”, ya que, está por encima de la misma y de cualquier otra norma. La administración americana que utilizó el derecho internacional como tapadera para justificar su agresión contra Irak e imponer un embargo injusto que, condujo al martirio de un millón y medio de sus hijos, dijo que no reconocerá al fallo del tribunal, porque no le ve competente para tratar dicha cuestión. Ha sido lamentable que el único juez, el americano, de entre quince magistrados, fuera quien rechazó criminalizar la construcción del muro racista, oponiéndose a su desmantelamiento, lo que deja en el aire varias interrogantes sobre la justicia norteamericana y su credibilidad.
La resolución es una victoria para el mundo libre, para la justicia internacional y una clara derrota para EEUU e Israel, siendo su importancia más destacada, la que nace de su cronometría en primer lugar y, de lo que podría acarrearse de resoluciones, pasos políticos y jurídicos en un futuro próximo. La cronometría del fallo que llega en un momento en que los informes de las comisiones formadas por el congreso, afirman que la guerra de EEUU sobre Irak carece de cualquier base legitima o moral por la ausencia de pruebas, sobre la existencia de las armas de destrucción masiva o, de cualquier relación entre Alqaeda y el anterior régimen de Irak, lo que añade más motivos para incrementar el aborrecimiento hacia EEUU en todo el mundo.
En cuanto a los procedimientos legales, el fallo será el prólogo de unos pasos jurídicos de mucha importancia, como la denuncia de cuestiones como los asentamientos, los refugiados, las detenciones arbitrarias, los juicios injustos, la demolición de casas, el asesinato de seres humanos inocentes y la usurpación de los acuíferos y de los recursos naturales, así como, podría servir para reclamar indemnizaciones, ya que, el último fallo del TIJ, ha marcado un precedente en el derecho internacional, puesto que, no demandó tan solo el desmantelamiento del muro, sino indemnizar a todos los perjudicados por su construcción también. Se calcula que hay alrededor de un cuarto de millón de palestinos entre los que algunos perdieron sus tierras, huertas, pasaron por episodios psíquicos y en algunas ocasiones, se enfrentaron a la muerte, cuando intentaban agarrarse a sus tierras e impedir el avance de las escavadoras israelíes.
No creemos que Israel, el único estado democrático en la zona, como les gusta recordarnos a menudo Bush y Blair, puede ignorar esta legitima y clara resolución internacional. Porque si de verdad es un estado democrático y representa a la civilización occidental, entonces debe respetar el fallo de un Tribunal Internacional establecido por el victorioso mundo occidental, para ser la suprema autoridad legal y moral en todo el mundo. Los portavoces israelíes, ya no pueden escudarse con falsos pretextos que repiten como papagayos ante las cámaras de televisión, afirmando el derecho de Israel a la auto defensa y repitiendo lo mismo, sus colegas norteamericanos. El fallo del TIJ, resuelve que el derecho de Israel a la auto defensa, no puede justificar las flagrantes violaciones del derecho internacional que la construcción del muro consagra.
Si el Consejo de Seguridad, es sometido al veto terrorista de EEUU, entonces la Asamblea General de Naciones Unidas que representa a la conciencia de este mundo y a sus valores éticos, está llamada a aplicar el fallo del Tribunal Internacional de Justicia a través de la retirada del reconocimiento al estado de Israel y, a considerarlo como un estado fuera de la ley internacional, imponiéndolo un bloqueo económico, de la misma manera en que se actuó contra el régimen racista de Sudáfrica.
Fue la Asamblea general quien hizo caer al aborrecido régimen racista en Sudáfrica, y es ella, quien debe hacer caer su actual prolongación en la Palestina ocupada. Porque el muro encarna, al racismo israelí, a la mentalidad del veto sionista y refleja los valores de la aborrecida superioridad étnica y religiosa sobre la cual se estableció el estado hebreo. El muro racista es un crimen de guerra que, habría que añadir a los demás grandes crímenes de guerra cometidos por Israel, empezando por los asentamientos, pasando por la limpieza étnica y terminando por las matanzas colectivas en Rafah, Jenin, Beit Hanoun y Nablus.
Israel se convirtió en el estado más aborrecido del mundo y, cada día añade un motivo más para profundizar en este odio. Cuando el 60% de los europeos lo consideran fuente de amenaza para la seguridad, la paz y la estabilidad en el mundo, los gobiernos europeos, si de verdad son democráticos y representan los deseos de sus pueblos, deberían tener en cuenta esta realidad. La enemistad creciente hacia los judíos en el mundo, tiene su principal fuente en las prácticas terroristas que ejecuta el gobierno israelí en su nombre, y que algunos judíos callan sobre ellas, mientras otros, alardean por su apoyo, soporte y justificación de sus crímenes, como cuando se centran en las operaciones de martirio, considerándolas como las mayores de todos los pecados, como si el asesinato de los niños palestinos con misiles lanzados por los apaches y los obuses de los tanques, fuera lícito y una eutanasia.
El fallo del TIJ, ha colocado al mundo occidental, democrático y libre ante un nuevo examen, o se somete al derecho internacional y al tribunal que fundó para protegerlo y dar justicia a los oprimidos en el mundo, o se suspende en el examen, reafirmando su hipocresía y su tratamiento de doble rasero.
Lo decimos con toda confianza, este mundo democrático y libre, caerá esta vez en la hipocresía como ya había caído todas las veces anteriores, y es por ello, por lo que se ensanchará el hueco que hay entre él y el resto del mundo y se incrementarán las amenazas terroristas en su contra. Si no se consigue la justicia para los pueblos y la ley no se aplica sobre todos por igual, avanzaremos hacia un mundo confuso e inestable, dominado por la anarquía y el terror.
Abdel Bari Atwan es director del periódico palestino Alquds Alaraby, el artículo originariamente fue publicado el día 10 de Julio del presente año.
Traducido por Jamal Halawa. Olias del Rey. Toledo.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 12 Julio 2004.