La cumbre del G8 y las modificaciones sobre la inciativa del Gran Oriente Medio – por Auny Farsakh

Presentamos una traducción de un artículo del escritor árabe Auny Farsakh, publicado en el periódico Alquds Al-Araby. Nos realiza un análisis de las posibles implicaciones que van a tener en Oriente Medio y el Magred las resoluciones tomadas en la ultima cumbre del G8.

Traducción – Reparto del mundo árabe
La cumbre del G8 y las modificaciones sobre la inciativa del Gran Oriente Medio – por Auny Farsakh

De lo que se filtró de información sobre las reuniones preparatorias para la cumbre de los ocho países industriales en Sea Island (Georgia) entre el 8 al 10 de junio, queda claro que los socios de EEUU, van por el buen camino hacia la modificación de la iniciativa de los norteamericanos, reconociendo estos últimos, los intereses del resto del grupo del G 8, especialmente los de los europeos. Al modificar el titulo de la iniciativa llamándola “iniciativa del G 8 para El Gran Oriente Medio y Norte de África”, los estadounidenses aceptan el papel de los europeos y sus intereses en los países del Gran Magreb Árabe, al considerarlo el jardín trasero de Europa. A cambio, los europeos admiten el papel y los intereses norteamericanos en el Oriente Árabe y el Asia Central Islámico. Además, parece que se ha tomado en consideración la opinión de los regimenes árabes, apoyados por Europa, en cuanto a lo que se llamó las reformas democráticas, dejando el asunto para los regimenes y pueblos árabes en aras de resolver sus divergencias, de manera que, correspondan a las especificaciones culturales, así como, las acumulaciones históricas, que ahora si, habría que respetar, fortaleciendo de esta forma, a los regimenes árabes. Ahora se dice que no es seguro el establecimiento de una institución democrática, en su lugar, se tiene la intención de establecer un foro por el futuro, lo que indica la poca credibilidad que tiene el llamamiento norteamericano para el cambio democrático, irradiar la transparencia y respetar los derechos humanos en el mundo árabe e islámico. Además, ello reafirma las dudas de los políticos vanguardistas árabes, sobre los impulsos del llamamiento norteamericano para las reformas democráticas, y los fines de su coparticipación en lo que se llama, El Gran Oriente Medio que, el presidente Bush junto a miembros destacados de su administración y demás medios de comunicación americanos y americanizados, vaticinaron hace poco. Los vanguardistas árabes basan su concienciación, en la contradicción que existe entre los intereses de cualquier fuerza que codicia la explotación de los demás, con la irradiación de la democracia, la transparencia y el respeto de los derechos del hombre, aunque este esté, dentro de su casa.

Históricamente está demostrado, que los estados europeos habían empleado sus recursos más los recursos que expoliaron de sus colonias, con eficacia, consiguiendo un desarrollo económico, modernización social y progreso científico y nocional, de manera que, facilitó la aparición de las circunstancias idóneas para un desarrollo democrático, alcanzando sus objetivos, en cuanto a derechos de los trabajadores y de las mujeres a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Sin embargo, ninguno de estos estados trasladó su ejemplo democrático y modernista a sus colonias en ultramar, evitando interaccionarse positivamente con los pueblos del tercer mundo, como lo hicieron los árabes con los pueblos conquistados, integrándose entre ellos y, trasladándoles no solo sus convicciones religiosas, sino también sus creaciones teóricas, científicas, culturales, más lo que comprendieron y asimilaron del patrimonio cultural persa, griego e indio. De hecho, no existe ni una sola experiencia colonial europea que no haya desgastado las riquezas de los pueblos colonizados, ni que haya tratado sin racismo extremo, todo lo que concierne a sus convicciones y sus legados culturales y cívicos, retardando así, el crecimiento económico independiente de los países colonizados y, ligando sus mercados con los mercados de los países colonialistas, impidiendo su evolución social y progreso nocional al convertirse en países anexos, con resultados muy negativos para los intentos de algunos de ellos, para establecer regimenes liberales.

El estudio objetivo, sobre la impotencia de todas las experiencias democratizadoras, en todos los países árabes y a lo largo de décadas que van desde el establecimiento en Egipto del Consejo Consultivo allá por el año 1866, revelan que, las acumulaciones de la etapa colonialista y las interferencias exteriores posteriores a ella, forman la delantera de las trabas para el desarrollo democrático en la nación árabe.

En cuanto a las experiencias de las distintas administraciones norteamericanas fuera de sus fronteras, se calcula que han acumulado unas doscientas experiencias a lo largo del siglo XX, siendo todas ellas, para apoyar regimenes dictatoriales y/o para derribar a regimenes democráticos y sustituirlos por otros dictatoriales, siendo Irán en 1951 y Chile en 1973, los ejemplos más destacados. Las únicas democracias que se pudieron desarrollar bajo la ocupación norteamericana, fueron las de Japón y Alemania Occidental, pero ambas experiencias estaban condicionadas por unas circunstancias históricas, ya que Japón y Alemania eran potencias económicas, científicas y culturales antes del comienzo de la guerra donde en Alemania por ejemplo, ya habían sobrepasado socialmente, las lealtades pre-nacionales (tribales), lo cual, facilitó el establecimiento y el desarrollo del sistema democrático. Además, en Alemania ya había un régimen liberal avanzado antes del ascenso del nazismo al poder, en 1933, sin embargo, la destrucción de ambos países durante la segunda guerra mundial, no acabó con lo que atesoraban sus pueblos de experiencia técnica, capacidad administrativa, desarrollo social y nocional, así que, y en cuanto tuvieron la oportunidad, volvieron a la vanguardia económica, científica y nocional, destacándose por delante incluso de los países vencedores como lo fueron Gran Bretaña y Francia.

Independientemente de lo anteriormente dicho (el nivel de desarrollo de Japón y Alemania y el haber sobrepasado la fase de lealtades infra nacionales), las circunstancias de la guerra fría, facilitaron a Japón y Alemania una oportunidad de oro para su desarrollo democrático, ya que, la ubicación geográfica de ambos países, Alemania Occidental limítrofe a la Alemania Oriental y Japón a Corea del Norte y la China comunista, evitó las intervenciones norteamericanas para impedir su desarrollo democrático, todo lo contrario, impuso a las diferentes administraciones norteamericanas y a sus aparatos, apoyar todas las tendencias democratizadoras en ambos países, para mostrarles como ejemplos capitalistas muy atractivos ante sus vecinos comunistas. Sin embargo, la metodología democrática que la administración norteamericana quiso divulgar en su Gran Oriente Medio, es bien distinta, muestra de ello, es el Consejo de Gobierno Provisional y el ministerio que emana de la Carta Constitucional para la transición, donde se reniega de la identidad iraquí y su pueblo, trastocando peligrosamente la unidad de su tejido social, ya que, además de ignorar la identidad árabe de Irak, el ministerio y el Consejo, no fueron establecidos según criterios nacionalistas, sino étnicos y taifitas, dando prioridad a la ascendencia tribal, lo que significa, tomar en consideración a las lealtades infra nacionales, dando legitimidad constitucional a la división social y consagrarla, en un ejercicio infractor de las bases democráticas más elementales que, instigan a la plena igualdad entre ciudadanos sin ningún tipo de distinción.

Si el titulo de la iniciativa del Gran Oriente Medio quedara con el actual nombre, o se modificara para incluir “y Norte de África”, ello mostraría el acuerdo de los elaboradores de la decisión dentro del G 8, tratando la zona como un espacio geográfico y no como una circunscripción civilizada, con una identidad y cultura árabes, unas convicciones religiosas islámicas y que atesora un patrimonio específico. Siguiendo con la tradición ideológica y método de trabajo euro-colonialistas, junto a sus herederos norteamericanos, derriban las tesis orientalistas sobre la realidad objetiva en la “nación árabe”, la cual, posee todos los elementos de la existencia reconocidos en el pensamiento político europeo, con un alto índice de homogeneidad e integración sobre sus ejes básicos como son: descendencia, lengua, cultura, religión, valores y formas de conducta, todo ello, verificado a través de estudios sociológicos documentados y precisos. Además, la utilización del término Oriente Medio, desde que se comenzó a usarse allá a principios de los años cincuenta, no solo se pretendía con ello negar la “arabeidad” de la zona, sino también, introducir a Israel dentro de ella, normalizando las relaciones políticas, económicas y culturales, y donde se facultará a Israel, para liderar el nuevo orden que se pretende establecer, ya que, se distingue de las demás identidades políticas que se pretenden introducir, por ser una identidad híbrida, sin historia y anti natural dentro de la zona. Además, y entre las demás identidades, es la única que carece de profundidad estratégica en la zona, porque fue impuesta a la fuerza y en contra de la voluntad de los pueblos que la habitan. Podríamos afirmar que la profundidad estratégica de Israel, se ubica a ambas orillas de atlántico, porque es el único estado de la zona, cuyos intereses (los de la clase selecta y los de su público) no se contradicen con los intereses de las fuerzas sociales que elaboran las decisiones políticas en Europa y EEUU. Pasándonos en esta teoría, los colectivos coloniales sionistas, no tendrán esta vena de rebeldía contra sus protectores y fuentes de su seguridad y bien estar. Jamás conocerán un partido político de la clase del partido turco virtud y justicia, ni primeros ministros como Arbagán o Ardogán, a pesar de que Turquía es miembro veterano de OTAN. Un país musulmán, comprometido con el laicismo que se quiere propagar.

La celebración del G 8 en el trigésimo séptimo aniversario de la agresión sionista en 1967, muestra que la agresión con todas sus repercusiones a lo largo de 37 años, y con todos los acontecimientos y cambios que hubo en estos años a nivel árabe, regional e internacional, la agresión no consiguió realizar su objetivo de subyugar a la voluntad de la nación árabe y normalizar las relaciones a nivel popular con Israel, liquidar el conflicto árabe-israelí y consolidar la cultura de la derrota para apagar la llama de la resistencia en tierra árabe, bien sea a través de la destrucción de sus convicciones y el movimiento nacionalista árabe, demorando las ambiciones de libertad, unidad e independencia económica, o bien sea a través de la continuidad del desgaste de sus recursos y capacidades explotando geográficamente a la nación árabe, expoliando sus recursos naturales y dominando sus mercados para consagrar la hegemonía cósmica de los EEUU.

¿La administración norteamericana, hubiese lanzado una iniciativa cuyo principal objetivo es diluir la identidad nacional árabe en el espacio de Oriente Medio, si las campañas para fracturar el pensamiento y la acción nacional árabe, más las críticas subjetivas contra lo mismos, seguidas por varios participantes desde principios de los años setenta, hubiesen logrado sus fines? ¿O si los pronunciamientos regionalistas y las minorías que floraron durante los años de retroceso del movimiento nacionalista árabe, hubiesen demostrado a través de su experiencia, poseer los elementos necesarios para sobrevivir y crecer? ¿O si los políticos vanguardistas y pueblos árabes, hubiesen dejado de aspirar a una integración nacional que ponga fin, al estado de inmunodeficiencia regional y nacional?

¿La administración de los neo conservadores, hubiese dado prioridad a facilitar las garantías para la seguridad de Israel, lanzando iniciativas para liquidar la causa palestina, si la maquinaria de guarra israelí hubiese tenido éxito durante los 37 años, en subyugar la voluntad del pueblo árabe, en la Palestina ocupada? ¿Se hubiesen multiplicado las conferencias, foros y encuentros, gastando inmensas cantidades de dinero para sufragar sus costes, si el acuerdo de Camp David y los acuerdos, pactos y concesiones posteriores, hubiesen encontrado la aceptación por parte de los políticos vanguardistas y pueblos árabes, al proyecto sionista? Y la pregunta fundamental es: ¿La estrategia norteamericana, apoyada por Europa, conseguirá borrar la identidad nacional árabe a través del proyecto El Gran Oriente Medio?

Observo al contestar esta pregunta, después de leer la historia de la nación árabe (llamada Oriente Medio y Norte de África, en los medios de comunicación norteamericanos), que sus pueblos vivieron entre la invasión de Qampiz de Egipto en el año 525 AC, hasta la conquista árabe e islámica del año 642 DC, bajo dominio extranjero absoluto que ejercieron los imperios de Persia, Grecia y Roma. En casi doce siglos, ninguno de los tres invasores, pudo introducir su identidad sobre los pueblos de la zona, ni propagar su lengua entre ellos, lo que los árabes si consiguieron, en menos de dos siglos, a pesar de la caída de la soberanía política de los árabes en Bagdad durante la época del Almotasem, sustituyéndoles en la gobernación durante unos doce siglos, lideres de origen y cultura turcos, la zona mantuvo su arabismo, aflorándose en ella la cultura árabe e islámica, es más, la nación árabe que se forjó en el siglo X, integró en sus senos a los que quedaron de los pueblos invasores en la zona, como lo fueron los francos, hunos, tártaros y turcos. Que la identidad árabe, se haya mantenido a pesar de su ausencia política en algunos periodos de la historia, revela de forma irrefutable, que la identidad nacional árabe es el colofón de la interacción del hombre desde que comenzó en la zona la construcción del ser humano, siendo la única identidad coherente con las verdades históricas, por eso ha sido imposible arrancarla o difamarla. Una lectura sobre las experiencias colonialistas desde comienzos del siglo XVI, dilucida que la resistencia del pueblo árabe contra el colonialismo, ha sido la más destacada y atroz a la que los colonialistas, tuvieron que enfrentarse.

La realidad de los nuevos acontecimientos que divide a los países de la nación árabe, no sustituye lo que esta nación atesora de civilización arraigada dentro del ente árabe, en continua interactividad cuando ha de enfrentarse cualquier pueblo árabe a un desafío trascendental, muestra de ello, fue el éxito del pueblo argelino en arrancar el colonialismo francés después de 132 años de ocupación, o la continuidad de la resistencia del pueblo árabe en Palestina a la coalición colonial-sionista durante más de un siglo, o de cómo el pueblo árabe del Líbano, barrió al ejercito de ocupación sionista humillándole, a pesar del gran desequilibrio de fuerzas y de capacidades en los tres casos mencionados, lo que manifiesta la excepcional capacidad de esta nación con histórica tradición, a resistir y persistir hasta derrotar a los invasores y integrar los que queden de ellos, dentro de la tierra árabe.

La impotencia del pueblo árabe ante la realización de su unidad nacional y sobrepasar el estado real de división, retraso y seguidismo en que se encuentra, habría que adjudicarlo a tres factores según mi valoración. Cada uno de estos factores, multiplica el efecto del siguiente y se refuerza a si mismo, por el efecto del factor que le sigue.

Primero: Su cercanía a Europa y las acumulaciones de luchas históricas con este continente, lo que convirtió a la nación árabe, en continuo objetivo de las presiones e interferencias europeas, fortaleciendo su seguidismo a EEUU. El ejemplo de la unanimidad europea para abortar la experiencia de Mohamad Ali en Egipto, y la no injerencia, en la experiencia japonesa del Sr. Miji, aclara dicha exposición.

Segundo: El que el mundo árabe no haya caído en manos de una sola potencia colonialista, proporcionando las bases de la división, al contrario que en la India, por ejemplo.

Tercero: La alteración estructural que, representa la escasez en los países árabes de fuerzas sociales interesadas en la integración nacional y, el desarrollo económico independiente con capacidad de acción.

En cuanto a integrar al estado de Israel en la zona y normalizar las relaciones con él. Son asuntos que los impide la no naturaleza de este estado en su papel y en su nacimiento. Es una agrupación colonial y racista que fue impuesta a la fuerza sobre el Oriente Árabe, por unos fines coloniales. Es una agrupación habitada por la cultura talmúdica que, aborrece al otro (goim) y le rechaza provocando sus sentimientos. El pueblo árabe, que trató positivamente a sus judíos a lo largo de los siglos de dominio islámico, este pueblo árabe, reconocido históricamente por su apertura a los demás, no es que aborte los intentos de normalización por la contradicción del proyecto sionista con sus legítimos intereses, impidiendo la convivencia pacífica con los sionistas como individuos, sino es y sobre todo, el racismo arraigado de los sionistas, sus instintos agresivos y sus prácticas provocativas que, arrastraron a la mayoría de los que fueron engañados por los pregoneros de la paz y la normalización, hacia un grave perjuicio.

Cuando la realidad es así, sería lógico decir que lo que impidió a la agresión sionista apoyada por EEUU, realizar durante los últimos 37 años, impedirá al G 8 que adoptó la iniciativa estadounidense modificada, realizarlo, aunque se apoyen en la OTAN, cuya cumbre se celebrará próximamente en Estambul, la tierra seguirá hablando árabe, aunque aumente el número de los angloparlantes con acento norteamericano en ella y, el número de los que ahora van corriendo a aprender el hebreo, después de que Tel Aviv se convirtiera en la puerta de entrada hacia Washington.

Auny Farsakh es un escritor árabe que actualmente vive en los EE.UU, el artículo fue publicado el 9 de Junio en el diario londinense en lengua árabe Alquds Alaraby.

Traducido del árabe por Jamal Halawa. Olias del Rey. Toledo.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 17 Junio 2004.