¿Como enfocar un artículo sobre unas elecciones, que según tantas voces expertas han fracasado? ¿Tanto veneno… para qué?
Europa como conjunto de pueblos es la idea que debería prevalecer. Lograr más tarde que ese conjunto o unión de pueblos se extienda mundialmente, la meta ulterior. Esa es la idea de los partidos interesados en un desarrollo sostenible, en la igualdad de derechos y oportunidades, en el fin de la contaminación y el principio de una vida más social, agradable y segura en nuestro planeta.
En la última columna * de esta casa escribí que las elecciones europeas se ganaban en España. Quizá tendría que haber sido más concreto aún: se ganaban en Andalucía. Porcentualmente, es esa la comunidad que con más alegría y fuerza ha votado. Hubo más participación que en las pasadas elecciones incluso. El resto de España, con dignas excepciones, votó poco. Aún así, votó más que la media europea. Una media falseada, ya que en algunos países era obligatorio votar.
Ganar… ¿cuantas columnas tendrán que pasar hasta que ese simple mensaje se comprenda?
No se trata de ganar, se trata de participar. Cuando más voluntad para la participación exista, menos problemas vamos a sufrir, menos ganadores habrá, menos perdedores se tendrán que retirar, excusar o pasarlo mal.
En contra de esas elecciones europeas había una derecha firme en seguir envenenando al pueblo. Los últimos seis días antes del domingo de votaciones en España y sus comunidades y pueblos, las televisiones en mano de la derecha (Antena3, Tele5, CNN-España, privadas por doquier) se afanaban en mostrar a gentes de todas las edades totalmente desilusionados con el voto. También se sucedían las películas de guerras y talante patriótico-bélico sin cesar.
El montaje del conservador ‘monsieur privatiza todo’ Chirac del ridículo aniversario de unos sesenta años del desembarque en Normandía, amplia cobertura del entierro del terrorista medio-ambiental y máximo responsable del desastre en centroamérica Reagan, el cansino mostrar a la lucha del pueblo árabe por su propia libertad como acto terrorista… hicieron el resto.
Aún así, toda esa inversión no le sirvió de nada a la derecha española. Una inversión tirada por el retrete, si se me permite esa comparación. Se les está acabando el dinero y ese increíble montaje a nivel europeo y mundial para hacer fracasar la idea de una Europa de los Pueblos unida y dispuesta a encarar el nuevo milenio con ideas muy alejadas a la opresión… a la postre realmente sirvió para dejar a las fanáticos del pasado más perdidos que nunca. Ahora con deudas, y pocas ideas para recuperar la línea de flotamiento.
USA, con su déficit comercial que ronda ahora los 50 mil millones de dólares y con su necesidad absoluta de crear MENSUALMENTE 300.000 puestos de trabajo para frenar la oleada de paro lo intentó con todas sus fuerzas. La presión estadounidense sobre los pueblos europeos se asemejó ya parcialmente a esas maniobras de desestabilización de las Américas, de sus tácticas bochornosas para que no les saliese un competidor unido, sea dónde sea.
Inútil también. Aunque aquí en Europa haya sido un porcentaje bajo de votantes, ha sido más que suficiente como para hablar de que la mitad de los europeos con derecho a voto se ha pronunciado a favor de seguir adelante.
De aquí cuatro años, el panorama mundial será aún menos favorable a la derecha, tanto sea americana como europea. En primer lugar, porque las clases dirigentes conservadoras europeas dependen única y exclusivamente de una USA fuerte y ‘montada en el dólar’. No será así. USA está montada en las deudas, ya que el tema Iraq ha abierto más heridas que posibilidades de ganancias, la independencia de los países suramericanos será aún más clara y la oposición mundial al modelo americano habrá crecido hasta límites hoy insospechables.
Al mismo tiempo, la denominada ‘utopia’ de un mundo más social, de menor carga contra la vida se habrá transformado en otros tantos pasos más hacía ser tangible, real y comprensible. Los votantes habrán comprendido, que sus votos han servido y los que no votaron correrán hacia las urnas para rectificar su ausencia pasada.
Aquí en Europa ya hemos vivido varias guerras mundiales, civiles y de otros talantes no menos indeseables. Todas esas guerras, absolutamente todas han sido provocadas por ideologías y personas de talante no-europeo. Es muy probable que USA, completamente fuera de control ya, se proponga crear un nuevo escenario de guerra en nuestras tierras. No sería la primera vez, ni la quinta o sexta. Pero será la última, porque aquí en Europa ya no es posible esperar que nos destrocemos entre nosotros mismos para que el despilfarro del planeta modelo USA siga otros diez o veinte años en pié.
Las elecciones a la presidencia en USA cuentan con porcentajes de participación que rondan entre el 29 y 34%. Son elecciones llenas de manipulación, de compra de votos, de estafa de los ciudadanos y de engaños en los recuentos. No fueron capaces los americanos –con toda una sentencia contra Bush por haber accedido fraudulentamente al cargo de presidente– hacer valer la democracia por encima de los intereses desbocados e incultos. Tampoco lo harán en estas elecciones de septiembre, lo que dejará a USA aún más lejos de poder recuperarse dignamente.
Mientras tanto, Europa navegará con sólidas bases hacia esa unión que todos deseamos. No hablo de una unión por encima, si no de la realización de un proyecto que en los próximos 12 años enfilará a nuestras vidas hacía un cambio que ya se puede notar en aquellas comunidades españolas que sí votaron con entusiasmo.
Las elecciones europeas se ganaron en España. Concretamente en aquellas comunidades y pueblos que han visto el pasado como fue: un tremendo acto de opresión centralizada, injusta y llena de maldades de corrupción anti-democrático.
Esas comunidades ya no cambiarán su intención de voto. Tampoco se venderán al mejor postor, ya que ahora participan. Ese hecho de poder participar les ha abierto los ojos y los corazones.
Ahora saben, ahora comprenden. Costó decenios, pero fue la mejor inversión jamás realizada en nuestro país.
Así que, si han ido ustedes a votar, se pueden sentir orgullosos. Si no han ido, quizá deberían cambiar de canal de televisión o mejor aún, empezar a ocuparse de estudiar de nuevo como participar con su propia voz e ilusión en estas miles de sociedades que representa Europa.
Ir en contra de una Europa unida, es de hecho ir en contra de una nación, una comunidad, una región, una ciudad o pueblo unido. La abstención de voto no es nada más que una actitud americana. No es propia de quienes no nacieron en USA.
Quizá sea el momento de replantearse ciertas ideas. Un buen momento, porque los próximos años forzarán al más resistente a ese replanteamiento. Cuanto más tarde, más doloroso y difícil. La inevitable levedad del ser suele costar la inevitable admisión de la realidad cercana.
Votar es una forma de participar. Otra es trabajar activamente para que funcionemos aquí. Ser amables, ser responsables, ser pacíficos pero conscientes de nuestros deberes, obligaciones y derechos. Ridículo es pensar, que boicoteando, estafando, manipulando, engañando o vendiendo al prójimo se pueda seguir adelante.
Sé que de aquí cuatro años muy pocos apostarán por una Europa desunida, aunque sin duda habrá voces de sobra que intentarán que ustedes no vayan a votar. Voces que representarán una minoría, grupos de desestabilización y cuyos dirigentes habrán marchado sin excepción alguna a su exilio en USA.
Observen sino, cuantos han abandonado ya el barco hundido. Ex-presidentes, ex-gerentes, ex-periodistas, ex-políticos, ex-ministros, ex-embajadores, ex-generales, ex-editores, ex-…. ex-europeos en resumidas cuentas. De aquí tan sólo cuatro años podrán llenar un libro con sus nombres y apellidos.
¿Me comprenden, no?
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* Este artículo esta publicado también en el proyecto almas.tv, puede leerse en el siguiente enlace. La publicación en El Inconformista Digital es de mutuo acuerdo entre la publicación y el autor.
Miguel Furlock.
Colaboración. El Inconformista Digital.-
Incorporación – Redacción. Barcelona, 16 Junio 2004.