El conflicto judeo-palestino continua siendo una de las principales razones del caos y del sufrimiento en Oriente Próximo. Podemos decir que estamos asistiendo al holocausto de un pueblo a manos del fascista Sharon y con el beneplácito de Bush ¿Dónde está la Unión Europeo? Algunos pondrán el grito en el cielo por llamar fascista a Sharon. ¿Qué es el fascismo? Los historiadores estamos siempre discutiendo sin llegar a darle una definición exacta. Desde mi punto de vista, por supuesto subjetiva, fascismo es lo que hace Sharon con el apoyo de Bush y su comparsa de neoconservadores, que algún intelectual norteamericano denuncia por estar llevando a ese país a un camino cercano al fascismo.
¿Holocausto palestino? Evidentemente sí. No sólo con la aplicación de una violencia indiscriminada que vemos todos los días, sino confinándolos, destruyendo su modo de vida, trabajo, tierras, agua, destrucción de sus casas. ¿No hacían lo mismo los nazis? De los tres millones y medio de palestinos de Cisjordania, Jerusalén y la Franja de Gaza, casi el 60% de ellos están viviendo bajo el umbral de la pobreza, situado en menos de dos dólares diarios. Esta situación continua empeorando.
El Banco Mundial pone recientemente de relieve que se ha producido una caída en la mayoría de los indicadores económicos en los territorios palestinos. Más de la mitad de la población palestina está en paro y las inversiones se han reducido de los 1500 millones de dólares de 1999, hasta los 140 millones del 2002.
La ONU señala que los palestinos recurren para sobrevivir a una agricultura de subsistencia. Señalando como causa principal del estrangulamiento de la economía los cierres de los territorios y al bloqueo de las ciudades de Cisjordania y Gaza, que regularmente impone el ejército israelí.
Estos cierres y bloqueos han ocasionado que la mayoría de los 125.000 palestinos que trabajan en Israel, no puedan acudir de forma regular a su trabajo. Pero esto también tiene un coste muy importante para la economía israelí, pues ha visto cortada una de sus principales fuentes de mano de obra barata. Otros 60.000 palestinos que trabajan en los territorios ocupados han perdido sus empleos porque las empresas palestinas donde trabajaban han cerrado o recortado su producción.
Miles de huertos y frutales han sido arrasados por los israelíes, calculándose en un 10% el territorio devastado. Con sus guerras expansivas, han conseguido dominar el 88% de los recursos hídricos de la región. Un asentamiento judío en Gaza o Cisjordania tiene un flujo de 2. 500 m3 de agua por año, mientras que una aldea palestina cuenta con 90 m3. Existen 250 comunidades palestinas que no disponen del servicio ni de redes hidráulicas y solo dependen de los pozos de agua de lluvia o de manantiales en vías de agotamiento, como en Tumun (10.000 / habitante) o Jenin (30.000 / habitante). Israel desoye los convenios y las convenciones internacionales sobre la utilización del agua sin que ningún organismo ponga coto a esta actitud.
Para el Programa Mundial de Alimentos, el 51% de la población palestina necesita ayuda para poder sobrevivir. Más del 13% de los niños de Gaza y un 4% de los de Cisjordania sufren una malnutrición severa y crónica.
A partir de marzo del 2002, el ejército israelí ha matado a más de tres mil palestinos y herido a varias decenas de miles, muchos de ellos convertidos en minusválidos. Muchas localidades palestinas carecen actualmente de agua corriente, electricidad, teléfono, escuela y dispensarios médicos. A esto hay que añadir que centenares de pozos han sido contaminados o destruidos por el ejército israelí.
La ayuda internacional que le llega de la autoridad palestina asciende a unos 2000 millones de dólares al año, ha sido uno de los factores que ha salvado a la economía palestina de su completo colapso.
Una máxima sionista “es más fácil sacar a los judíos del interior del gueto que sacar el gueto del interior de los judíos”. Hoy el mundo judío se está aislando del mundo, encerrándose en su gueto. Israel en el 2004 es una sociedad paranoica dirigida por una fanática elite política, decidida a llevar el conflicto a su fin por la fuerza y la destrucción, sea cual sea el precio para su sociedad o sus potenciales victimas, sintiéndose apoyados por la neoconservadora administración norteamericana de Bush.
El objetivo del sionismo de Sharon es la creación del Gran Israel que incluirá la mitad de Cisjordania y una pequeña parte de la Franja de Gaza. Será un gran Israel sin presencia palestina, con altos muros que lo separen de la población autóctona de Palestina, que será comprimida en dos inmensos campos de prisión en Gaza y lo que quede de Cisjordania.
Como ya dije en anteriores artículos, la Hoja de Ruta sería un fracaso, porque no es un plan justo, donde se beneficia descaradamente a Israel y es un trágala para los palestinos.
¿Cuál sería un acuerdo justo? El elaborado conjuntamente en Ginebra por representantes de la sociedad israelí y palestina, en un gran esfuerzo por encontrar puntos en común, el cual viene desarrollado de forma clara y pormenorizada. Este acuerdo de Ginebra debe tomarse como base para las negociaciones entre palestinos e israelíes, donde Estados Unidos y la Unión Europea deben exigirles la asunción de este acuerdo. Ante el holocausto palestino, ya es hora de que la Unión Europea amenace a Israel a través de sanciones políticas y económicas, ejerciendo todo su poder para llevarlos a una mesa de negociación y a llegar a acuerdos justos para los dos pueblos.
Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 1 Junio 2004.