Hace aproximadamente un año (29 de febrero de 2003) el Sr. Rodríguez Ibarra, Presidente de la Junta de Extremadura, se descolgaba con unas declaraciones en las que venía a plantear como acabar con los partidos nacionalistas cambiando la Ley Electoral.
Desde esta mi modesta opinión expresé que era cierto que había que cambiar esa Ley, pero no para ir contra nadie sino para ir a favor de. Exactamente a favor de la democracia y aplicar un principio fundamental: un ciudadano o ciudadana, un voto. Que un elector, sea de donde sea, de Fisterra a la Isla del Aire, de la isla de Hierro al Porto de Bares, el voto sea igual. Que esta Ley es a todas luces injusta y discriminatoria por el simple hecho de la ubicación geográfica.
Una formula sencilla es la de aplicar la circunscripción electoral obedeciendo a la elección que se convoque. En el caso de las próximas elecciones generales el Estado sería la circunscripción única. La autonomía en el caso de las elecciones autonómicas, como es el municipio en las elecciones locales. Una aplicación de la proporcionalidad con un colegio de restos nos daría una muestra mucho más cercana a lo que los ciudadanos y ciudadanas han elegido.
Porque veamos como muestra las elecciones del año 2000. El partido Popular alcanzó el 44, 52% de los votos emitidos, pero su numero de escaños es muy superior a ese porcentaje, si aplicásemos la proporción directa no tendría 183 diputados, sino aproximadamente 126. Por su parte el PSOE alcanzó un 34,16% de los sufragios, con una cantidad de diputados de 125, frente a los 120 aproximadamente que tendría proporcionalmente. IU, que es la gran perjudicada por esta Ley, alcanzó un 5,45% y 8 asientos en la Cámara Baja, frente a unos 19 que le corresponderían. Convergencia i Unió, con el 4,19% tuvo 15 puestos que serían prácticamente igual en porcentaje. El PNV con un 1,53% obtuvo 7 por los 5 aproximados que tendría. Los demás partidos, Bloque Nacionalista Galego, Partido Andalucista, Coalición Canaria, Esquerra Republicana de Catalunya, Iniciativa por Cataluña, Eusko Alkartasuna, y Chunta Aragonesista , tendrían una horquilla cercana a lo mismo que tienen en la actualidad.
Sin ser unas cifras exactas en el reparto de escaños, puesto que habría que jugar con los restos, vemos como los que realmente salen favorecidos por la actual Ley son los llamados dos “grandes partidos” y a los partidos nacionalistas “mayores”.
Y como vemos también esa Ley perjudica a Izquierda Unida, como perjudicó al Partido Comunista en su día. En manos de una mayoría absoluta del PSOE tuvo la oportunidad de cambiar esa Ley, como también la ha tenido el gobierno del Partido Popular, pero no ha querido saber nada del asunto.
Pero como dice el Sr. Rodríguez Ibarra el centro del debate de las próximas elecciones generales se está poniendo en el tema del modelo de Estado y los nacionalismos, en vez de hablar de problemas que nos afectan como la vivienda, el empleo, el fraude fiscal, y otros problemas que afectan de manera directa a la mayoría. Es triste ver que él contribuye a ese reduccionismo planteando esta cuestión de ¿cómo acabar con los partidos nacionalistas?. Dejemos que sean los ciudadanos los que elijan las opciones, cambien la Ley para que sea justa y de oportunidad a las minorías. Nadie tiene la verdad completa ni aun teniendo mayoría absoluta.
Y por último a mí me producen pesadillas los que viven a costa del sudor y la sangre de los demás, los que proclaman guerras en nombre de patrias, dioses o tribunos, los ladrones (sobre todo de cuello blanco o alzacuello), los vendepatrias, los especuladores, los que consienten el hambre y la pobreza, etc… Sean o no nacionalistas.
Emilio Sales Almazán. Talavera.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 14 Enero 2004.