Actualmente solo unos pocos articulistas estamos analizando el papel del euro como un factor muy importante en los acontecimientos internacionales, pues entendemos que está en el origen de un enfrentamiento soterrado con el dólar. Espero que esta corriente de análisis se vaya abriendo paso y nos vaya dando una nueva perspectiva de los acontecimientos mundiales. Veamos.
El desarrollo europeo donde más ha progresado ha sido en el apartado económico con la creación del euro. En ningún otro aspecto, la cesión de soberanía ha sido más absoluta. Esa soberanía monetaria que es de los Estados se ha cedido al Banco Central Europeo, sin ningún tipo de control político y responde a los intereses del capitalismo europeo, principalmente financiero, operando al margen de cualquier consideración social y ecológica.
Haciendo un repaso histórico, vemos que después de la Segunda Guerra Mundial y ante la evolución del capitalismo, las elites económicas y financieras europeas se ven obligadas a promover una serie de reformas que adecuen los sistemas políticos a los nuevos tiempos, permitiéndoles mantener y acrecentar su dominio e intentar volver a jugar un papel central en el mundo.
Estas reformas intentan garantizar la creación de un Estado del Bienestar a escala de cada Estado-nación (en contraposición al modelo comunista) para implicar a las fuerzas de “la izquierda” en la gestión del capitalismo postbélico y desactivar la contestación social. Es un pacto entre el capital y el trabajo que lo hace posible por las circunstancias históricas que viven.
El poder político toma el control de un elemento clave del poder del capital financiero: los bancos centrales. La máquina de creación estatal del dinero se pone al servicio de la creación del “Estado social” y del crecimiento económico, mediante la aplicación de políticas económicas keynesianas.
Con el final del patrón dólar-oro decretado por Estados Unidos (1971) y el estallido del sistema de cambios fijos (1973), marca el inicio del neoliberalismo y la globalización. Distintos grupos de presión de las fuerzas económicas y financieras europeas (destacando el lobby “La Mesa Europea de Industriales”) plantea la reforma de la Comunidad Económica Europea, con la creación de un Mercado único europeo, la formación de una moneda única y el desarrollo de políticas estatales de privatizaciones del sector público, desregulación y liberalización de mercados y estructuras productivas.
Es el inicio del desmontaje del “Estado social”, la desregulación y precarización del mercado laboral, siguiendo los pasos marcados por Reagan y Thatcher.
La creación de un euro fuerte posibilita al capital europeo reforzar sustancialmente sus capacidad de emisión de dinero financiero, permitiéndole captar con mayor facilidad capitales mundiales para favorecer sus proyectos de expansión. Un euro fuerte incentiva la captación de capitales hacia los mercados financieros de la U.E., haciendo atractivo la inversión de éstos y generando cuantiosos beneficios. Por último, un euro fuerte puede actuar como divisa reserva mundial, beneficiándose los países del euro.
Actualmente el euro se ha convertido ya en un serio adversario del dólar a escala mundial, entrando éste en una crisis que se adivina profunda, debido a los enormes desequilibrios de la economía norteamericana. Ya se ha iniciado la fuga de dólares, pues se han retirado más de 800.000 millones de su sistema financiero. El ritmo de retirada de dólares nos marcará la gravedad de dicha crisis. Pero Estados Unidos va a intentar mantener como sea la primacía del dólar, aunque sea recurriendo a su enorme poder militar, como puede comprobarse en su nueva Concepción Militar Estratégica, aprobada en septiembre del 2002.
El dólar tiene un dominio mundial, lo que le permite tener capacidad para crear liquidez monetaria sin control. Esto no lo hace el euro pues su emisión está restringida por el Banco Central Europeo.
De las monedas con carácter internacional (dólar, euro, yen, libras esterlina y franco suizo), destaca el euro por su incipiente poder. A mediados del 2003, las reservas mundiales de los bancos centrales era del 68% en dólares, 20% en euros y un 5% en yenes. Pero un año antes, era del 78% en dólares y el 10% en euros. Esta claro el papel ascendente del euro y la pérdida del dólar. Igualmente el euro ha aumentado de forma muy importante su papel como moneda de pago en los intercambios comerciales internacionales.
Incluso el euro está empezando a disputar al dólar “los mercados negros” hasta ahora coto exclusivo del dólar, destacando el del narcotráfico. El Banco Central Europeo emite un billete de muy alto valor, el billete de 500 euros que está concebido con la finalidad de penetrar en la economía ilegal.
La disminución del papel del dólar como principal divisa de reserva mundial, provoca una pérdida de los privilegios económicos, haciendo que ya no pueda financiar si su déficit por cuenta corriente ni el fiscal, lo que puede conducirle a una quiebra del modelo económico.
Una forma de combatir el euro, es el intento norteamericano de dolarizar países completos (Ecuador, Guatemala,..) para garantizar que permanezcan bajo su patrón y así no perder los beneficios que comporta.
La guerra de Iraq, también ha respondido a estos patrones. Además de apropiarse de los recursos petrolíferos, era una forma de eliminar un régimen que había decidido hacer sus transacciones de crudo en euros y no en dólares, medida está que podía ser seguida poco a poco por otros países. La primera medida norteamericana en Iraq fue la dolarización de su economía. Lo mismo está sucediendo con Hugo Chávez en Venezuela, que ha planteado que el petróleo pueda ser pagado en euros o dólares, de ahí los continuos intentos por derrocarlo.
Vemos como el nuevo capitalismo camina hacia un mundo de tres o cuatro monedas ( dólar, euro, yen o el yuan chino) puesto que los demás países son incapaces de mantener sus monedadas ante la especulación.
La necesidad de dar un contenido político y militar a la Unión Europea, no es otro que respaldar al euro, de ahí la necesidad de la Constitución europea que nos proponen, siendo la plasmación de la doctrina neoliberal.
En el referéndum sueco sobre el euro, los partidarios del NO plantearon el debate con el lema fundamental “No es cuestión de moneda, sino de poder”. La moneda es el eje vertebrador actual del proyecto europeo, esto es debido a la gradual tendencia hacia la homogeneización monetaria mundial debido a la creciente centralización del poder. Es preciso que todos empecemos a discutir sobre el papel del dinero.
Como hemos visto, detrás del euro no hay un poder político y militar fuerte que lo sustente. Esto origina una cierta suspicacia en las grandes entidades financieras y en los especuladores, pues no acaban de ver al euro como alternativa fiable. Ante la debilidad del dólar y su cuestionamiento, las dudas que genera el euro, el oro está subiendo de cotización y se está volviendo a convertir en el dinero por excelencia.
Ante está situación, nos debemos preguntar ¿Qué hacemos los progresistas europeos? Mi opinión es clara, apoyar al euro como nuestra moneda, pero marcando un modelo económico, social y político diferente al neoliberal que nos proponen. Por eso el progresismo debe decir NO a la constitución europea, mientras ésta no recoja unos valores mínimos sociales, políticos y económicos similares a los que disponen los países nórdicos y que sea diferente del neoliberalismo de Bush y Blair.
Edmundo Fayanás. Pamplona.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 10 Mayo 2004.