Teotihuacán, el misterioso «Sitio de los Dioses» abandonado ya en los tiempos aztecas, floreció durante los primeros siglos de nuestra era, cayendo súbitamente alrededor del año 700 D.C. Se sabe ahora que durante el «Periodo Clásico» de las culturas amerindias, Teotihuacán funcionaba como el centro de gravedad para las distintas civilizaciones indígenas de los hoy en día México y Guatemala. Por mar y por tierra existía un circulo de comercio e intercambio cultural entre Teotihuacán en el centro del altiplano, las ciudades mayas, como Copán, en las selvas guatemaltecas, y el reino zapoteco centrado en las sierras de Oaxaca. No obstante, la hegemonía estaba en Teotihuacán y su caída (por causas todavía desconocidas) produjo un terremoto por todo el mundo indígena.
El centro ceremonial de Teotihuacán se formaba alrededor de un eje central, llamado la «Avenida de los Muertos», en realidad un boulevard bordado de palacios que pertenecían a las clases guerrera y sacerdotal. Pasando por la pirámide del sol, que se sitúa en medio, el eje conecta «La Ciudadela» y la pirámide de Quetzalcoalt hacia el oeste con la pirámide de “la Luna” hacia el oriente.
Fotografías realizadas por Kieran C Manjarez
Kieran C Manjarrez. Oaxaca, México.
Colaborador, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 2 Mayo 2004.