Iraq, el horror continúa( el negoció también) – por Emilio Sales Almazán

Se ha cumplido más de un año de la invasión de Iraq, se ha cumplido un año de la muerte de dos periodistas españoles, antes y después son miles las personas que han muerto en ese país que fue invadido en nombre de la democracia, la paz y la lucha contra el terrorismo. Se ocupó ante la amenaza de que el régimen de Sadam poseyera armas de destrucción masiva, cuestión que ha quedado suficientemente demostrada su falsedad. Se ha cumplido un año desde que el gendarme declaró el fin de la guerra. ¿De qué guerra?

Que solo les ha faltado a las tropas invasoras el llevar propaganda en sus uniformes de las multinacionales patrocinadoras es evidente. Los datos del contingente de mercenarios pagados por empresas estadounidenses dejan palmariamente a las claras que en esta zona se están jugando unos intereses económicos que se escapan al común de los mortales. Para muestra un pequeño balance de las cifras que se barajan.

Según noticias en la actualidad hay en suelo iraquí entre 15 y 20 mil soldados privados, que se ocupan de asegurar la “tranquilidad” de personas como el Administrador Civil, Paul Bremmer, de edificios y de convoys. Esto se debe unir a asegurar protección de los intereses de las multinacionales que están sacando el “jugo” al suelo del país. Está meridianamente claro que la inversión para pagar a este contingente de sicarios, todos ellos vinculados en el pasado a las Fuerzas Armadas, se debe tener en cuenta a la hora de cuadrar el balance de resultados económicos de las empresas. Estos “angelitos” tienen sueldos de cualquier trabajador normalito. Cobran un mínimo de 15.000 dólares al mes (unos 12.300 euros), aunque algunos consiguen pagas diarias de hasta 2.000 dólares por trabajos extras. Este negocio debe ser tan lucrativo que se piensa en aumentar el número hasta los 30.000 y conseguir lo que se denominaría el “mayor ejercito privado del mundo”.

Estas empresas de mercenarios (Blackwater, Smith Consulting Group o Armao Group International) van a “su bola”, y no tienen ni una coordinación con las tropas regulares. Hace unos días actuaron por su cuenta en la ciudad de Nayaf donde tienen su base las tropas españolas, salvadoreñas y hondureñas, y es palpable el malestar de los soldados de esta guarnición donde los chiíes les culpan de los desaguisados y muertes de sus compatriotas.

El administrador civil, en su tono de hipocresía habitual y como digno representante de la soberbia de la doctrina Bush, minimizaba la gravedad de la situación, decía con la altivez de cantina y matona: “tenemos problemas, no vamos a negarlo(Houston tenemos un problema) pero Iraq está en el camino para hacer posible el tipo de país que los iraquíes y los estadounidenses deseamos, que es un Iraq democrático”… “no es una insurrección“ sino que se trata de violencia vinculada a “una milicia ilegal dirigida por un grupo de gente fuera de la ley…”. En tanto decenas de personas morían, marines americanos, soldados ucranianos, italianos heridos, españoles, y como no, los menos importantes, cientos de iraquíes de toda condición, edad, sexo, o creencia.

La situación se agrava, la vietnamización de Iraq es un hecho. Los que negaban la evidencia siguen en sus trece. ¿Será que el número de muertos es todavía asumible en las cuentas del gobierno Bush? ¿Hasta cuando? ¿Y en las cuentas de los gobiernos títeres?

Sobre tanta sangre es imposible crear nada asequible a la convivencia. Hace tiempo argumentaba en otro artículo el “mérito” que habían tenido los ocupantes de unir a sunníes y chiíes, enemigos acérrimos (o no tanto), por cuestiones en muchos casos ajenas a ellos mismos, por odios alimentados desde los propios poderes y desde fuera, a esos chiíes que eran enemigos de Sadam, más por cuestionas religiosas, dado el carácter laico de su gobierno, y que ahora ven como sus “salvadores” les matan como matan a cualquiera que no se plega a sus intereses.

Con esta ceguera no se arregla nada. No lo arregla ni Dios, ni Alá, y creo que tampoco haría mucho ni la santísima paciencia de Buda.

Emilio Sales Almazán. Talavera.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. 10 Abril 2004.