Si leemos la mayoría de los medios de opinión pública y hacemos caso a las encuestas sociológicas, vemos que hay una coincidencia en que el Partido Popular ha hecho una buena política económica. Para basarse en esta afirmación analizan a grandes rasgos el cuadro macroeconómico de estos años.
La economía española ha crecido por encima de la media europea; desde 1997 al 2000 se creció por encima del 4% del PIB anual, pero a partir de la crisis del 2001 en que la economía mundial perdió fuelle también lo hizo la española, con tasas de crecimientos en estos tres últimos años de un 2% del PIB.
Del déficit del 5% del PIB de 1996 se ha pasado a un déficit cero. Se ha bajado la deuda pública por debajo del 51% del PIB. Se cumplió el tratado de Maastrich y la tasa de paro ha pasado del 22% que había en 1996, al 11% existente actualmente.
A mi modo de ver, cinco son los factores que han favorecido de forma decisiva este cuadro macroeconómico, que difícilmente se volverán a producir. En primer lugar, cuando llegó Aznar en 1996, el entonces ministro de Economía, Pedro Solbes había realizado una buena labor económica y hecho los cambios estructurales necesarios para que el país estuviera en la rampa de lanzamiento para un fuerte crecimiento. Partiendo de esta base económica y coincidiendo con el surgimiento de un excelente momento de la economía internacional, el Partido Popular se dejó llevar.
La aportación de la Unión Europea a España, a través de los diferentes fondos, ha sido muy importante, rondando los 50.000 millones de euros durante los ocho años de Aznar, que ha significado más de un 1% del PIB anual en cada uno de sus ocho años de gestión. A esto hay que añadir los ingresos provenientes de las privatizaciones de las empresas públicas durante sus dos legislaturas que han alcanzado más de 33.500 millones de euros. Como vemos son una aportación importantísima, que difícilmente se repetirán.
Además de estos tres factores ya analizados, hay que añadir dos más, por un lado, el aumento de la población en más de dos millones y medio de habitantes provenientes de la inmigración que ha provocado un dinamismo económico importante. El otro hecho transcendental es la bajada de los tipos de interés, consecuencia de nuestra entrada en la Unión Europea y la participación en el euro, que hace que hayan disminuido en siete puntos los tipos de interés, estando en el punto más bajo de nuestra historia económica, tres puntos más bajos que lo que sería necesario por nuestra inflación, contribuyendo muy activamente en los dos sectores que durante el gobierno del Partido Popular han dinamizado la economía, el consumo y la construcción.
Como podemos comprobar han sido factores exteriores, no provocados por el gobierno de Aznar, lo que han permitido este crecimiento económico en nuestro país, en un marco internacional que al principio fue favorable pero que en los tres últimos años han sido muy complicados.
Estamos viviendo una etapa de crecimiento artificialmente inducido por unos tipos de interés que son adecuados para estimular las economías francesa y alemana pero excesivamente bajos para España. El resultado es una burbuja inmobiliaria y un aumento desordenado del consumo.
Podemos decir que la política del Partido Popular en los últimos ocho años ha consistido en cebar la demanda interna con más hipotecas, más vivienda y más consumo pero no invirtiendo en tecnología, ni en formación, que es nuestro futuro. De ahí que pueda poner en duda el legado económico del Partido Popular, que ha mirado siempre a corto plazo pero sin una perspectiva económica a medio y largo plazo, que nos va a llevar a momentos económicos, en un corto periodo de tiempo, bastante complicados no siendo debidos a la política del PSOE sino a su legado económico.
Los productos españoles tienen dificultades en Europa debido al desinterés del gobierno popular por dotarles de capital tecnológico. Esto está en el origen de la deslocalización de inversiones industriales que no es compensado con productos de alto valor añadido, por carecer de ellos.
La industria ha sido la gran perdedora en la política de Aznar y el PP. Ahora estamos empezando a pagar estos costes. El problema radica en que hay muy poco margen para la rectificación por lo que será el PSOE quien deberá hacer frente a esta situación. Una vez más seremos los trabajadores los paganos por esta política irresponsable. Así se puede entender las palabras de Rajoy cuando decía “que la productividad es un invento de los técnicos”. Las consecuencias ya están a la vista, deslocalización industrial, pérdida de competitividad, falta de avances en el protocolo de Kyoto, pérdida de tejido industrial. Ya no podemos competir en productos que requieran mano de obra barata pero tampoco en productos de alto valor añadido, ese es el gran drama y el precio a pagar por la política económica de Aznar.
Nuestra balanza por cuenta corriente va de mal en peor y se produce un fuerte desinterés de la inversión extranjera por instalarse en España. Recordemos que la misma es el mejor método para financiar las necesidades de inversión de un país.
Se han hecho tres reformas fiscales, donde el tipo máximo pasó del 56% al 45%, es decir, se han rebajado 11 puntos a las grandes fortunas del país. Las plusvalías han visto reducirse su tributación del 45% al 15%. Así el 1% de los contribuyentes de las rentas más altas han concentrado el 20% de las rebajas tributarias. Mientras que los que ganan menos de 8.000 euros al año no han tenido ninguna ventaja fiscal. Se puede calificar a Aznar como “el Robin Hood de los ricos”, ha quitado a los pobres para dárselos a los ricos.
La otra cara de esta política es la reducción de los gastos sociales, pasando del 24% al 19% del PIB. Ocupamos el penúltimo lugar de la Unión Europea en gasto social. El gasto en educación ha pasado del 5,5% del PIB de 1996 al 4,4% en el 2003. A pesar del discurso de ayuda a la familia, ocupamos el último lugar europeo con el 0,5% del PIB, cuatro veces menos que la media europeas que es del 2%.
Puede decirse que se han desaprovechado años de bajos intereses, fácil endeudamiento y crecimiento del empleo gracias a la elevada tasa de temporalidad. El legado económico de Aznar, a pesar de los medios mediaticos no ha sido nada bueno y la labor del PSOE va a ser difícil y muy complicada.
No va a tener recursos procedentes de las privatizaciones, los fondos estructurales europeos van a disminuir drásticamente, los tipos de interés ya prácticamente no van a reducirse desde su nivel actual y nos encontramos con una economía muy desequilibrada y con un atraso competitivo y tecnológico evidente. Queda claro que el ciclo económico de Aznar ha terminado, que como dice el presidente del Banco de España por ser ya insostenible.
Tres deben ser a mi modo de entender los principios básicos, una reforma fiscal que equilibre el pago de ricos/pobres, actualmente muy favorables a los ricos por la política del PP. Un mayor gasto en políticas sociales que solucionen las desigualdades, que nos acerquen al modelo europeo. En tercer lugar, realizar reformas tendentes al aumento de la productividad y en la mejora de la competitividad. La única forma de progresar en el futuro es invertir en educación, intensificar el uso de la informática, avanzar en la sociedad del conocimiento, potenciar el I+D+I, evitar el desplome de la burbuja inmobiliaria con la potenciación del alquiler, introducir la competencia en los mercados regulados.
Estemos expectantes y críticos en el futuro, que se presenta complicado y difícil pero también ilusionante.
Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 30 Marzo 2004.