¿Debe reflexionar Izquierda Unida? – por Edmundo Fayanás

Las recientes elecciones han supuesto un duro golpe a las expectativas electorales y políticas de Izquierda Unida. Después de muchos años, esta fuerza política no acaba de cuajar como representación de la izquierda plural que quiere y dice representar.

El mapa electoral español hace tiempo que está consolidado, resumiéndose a grosso modo de la siguiente manera; los suelos electorales del PP y PSOE son de nueves millones de votos, hagan lo que hagan. El voto nacionalista tiene unos tres millones de votos y como están muy concentrados, les proporcionan una importante representación parlamentaria. A mi entender, hay tres millones de votos que se mueven en lo que denominaríamos la izquierda plural.

Siendo éste el comportamiento electoral de los españoles, tanto el PP, PSOE y los nacionalistas recogen perfectamente a su electorado. Sin embargo, el gran fallo de Izquierda Unida es que no sabe recoger esos tres millones de votos. Su suelo electoral como se ve reiteradamente oscila sobre los 1.200.000 votantes, pero queda una franja de 1.800.000 que sistemáticamente no le vota o lo hace de forma ocasional. Son votantes que política y sociológicamente están en esa izquierda plural y sin embargo, no les votan.

Uno de los argumentos que se utiliza desde Izquierda Unida es que la ley DHont les perjudica, eso es verdad y se ve claramente; así ERC con 600.000 votos tiene ocho diputados, mientras que IU con 1.300.000 tiene cinco diputados.

En estos momentos, que se está planteando la modificación de la Constitución para adecuarla a las realidades actuales, se debería aprovechar también para proceder a la modificación de la ley electoral, partiendo del principio de que todos los votos sean iguales y que se busque que nuestros representantes sean lo más democráticamente posible buscando la igualdad de todos los votos.

A mi modo de entender, dos serían las modificaciones a realizar: por un lado, pasar de la provincia como unidad electoral a la de la comunidad, eso evitaría ya en muchos casos la distorsión que provoca la división provincial. Por otro lado, se debería proceder a la aplicación de correcciones en el sistema de restos de la ley DHont. El objetivo de estas dos medidas es claro, que cada diputado/senador tenga un coste de votantes parecido, cosa que no sucede actualmente. También por un deber histórico y de justicia con esa izquierda plural que tanto luchó por la consecución de las libertades de las que actualmente disfrutamos y que éste sistema electoral castiga injustificadamente.

Me parece correcto que Llamazares pida la corrección del sistema electoral, pero esta debe ser asumida por toda la sociedad como justa, pues lo que en definitiva busca es una mejor representación democrática.

Pero la pregunta que Izquierda Unida debe hacerse es, ¿Qué pasa con IU que es la única fuerza política que no es capaz de aglutinar a su potencial electorado?

Evidentemente la respuesta es compleja y difícil de explicar en un artículo breve, pero sí me atrevo a señalar algunos puntos que le deberían llevar a la reflexión.

Para mi no es una cuestión de liderazgo, porque esté quién esté los problemas seguirían siendo los mismos o muy parecidos. Tampoco creo que éste sea una cuestión del programa electoral, aunque aquí ya les haría algunas matizaciones. IU debe de recoger todo tipo de reivindicaciones por más radicales que sean. Pero no debe quedarse en el slogan, sino que debe darles un contenido y una estructuración política a estas sabiendo graduarlas adecuadamente.

Algunos sectores de IU le acusan de ser poco radical, creo que este sector se equivoca. La única forma de transformar la sociedad no es en el radicalismo, sino que la izquierda plural debe tener capacidad política a través de saber presentar estas propuestas de forma y manera que puedan ser asumidas por amplias capas de la sociedad. Ese es el papel que IU debe realizar y que actualmente no hace. Mucha gente piensa que por ser más radical es más revolucionaria. La revolución y los revolucionarios son aquellos que transforman la sociedad, atrayendo al mayor número de personas posibles.

El segundo gran problema y para mí el más importante es ¿Izquierda Unida debe ser partido o movimiento? La respuesta es clara, cuando surgió era un movimiento que fue aglutinando a muchos sectores políticos y sociales, pero en la actualidad muchos de estos sectores se han marchado de él ¿Por qué? En su seno está como fuerza mayoritaria el Partido Comunista. Me parece que el PCE debe reflexionar seriamente sobre su papel en IU. Visto desde fuera, con el transcurso del tiempo, se han ido transformando de movimiento, en partido, trasladando a IU los vicios y limitaciones que como organización tiene el PC. Esto se ve claramente en Andalucía, donde IU empezó siendo un movimiento a través de “Convocatoria por Andalucía” integrándose numerosos colectivos y teniendo un amplio respaldo electoral, hasta llegar a lo que es hoy, no obteniendo ninguna representación en el parlamento de Madrid y quedándose casi exclusivamente en el PC.

Para mí es obvio, que debe refundarse Izquierda Unida, integrando a la gente del PC pero pidiéndole a éstos participación y colaboración que sumen en vez de ser un corsé. Debe reintegrarse Izquierda Republicana, los verdes, partidos de tipo local o regional y todos aquellos movimientos sociales y antiglobalización que se dan en la sociedad española. Este país necesita a una Izquierda Unida transformadora que aporte al sistema su radicalidad y en la que amplios sectores veamos en ella una capacidad política de influencia que no tiene y que podría tener. Para ellos debe ajustar sus estructuras políticas, programas, alianzas, etc.

Junto a este cambio de partido a movimiento, hay otro aspecto que desde mi punto de vista es muy importante, la política de alianzas. Haciendo una reflexión de la actual campaña electoral es difícilmente entendible algunas cosas. Veamos algunos ejemplos, en Navarra se niega a entrar en Nafarroa Bai ¿por qué? En esta misma comunidad existe Baztarre, porque no se trabaja para integrarla en IU, cuando hay muchas coincidencias. ¿Por qué no se han desarrollado candidaturas conjuntas al Senado? En Aragón existe la Chunta Aragonesista ¿por qué no se hizo una coalición? O es que la Chunta no es de izquierdas; su candidato Labordeta lo fue anteriormente de IU. En Euskadi no se ha trabajado con Aralar.

Evidentemente hay diferencias, pero son más las cosas que unen que las que separan. Por eso si IU se transformara en movimiento, con capacidad de unificar todos los planteamientos de esa izquierda plural existente en todo el Estado, empezaría a tener el peso político que le corresponde por ese electorado potencial en el que se mueve.

Al mismo tiempo, sería la mejor manera de poder luchar contra el llamado “voto útil” que elección tras elección sufre por parte del PSOE, indistintamente de la situación que se dé en el país. La mejor forma de lucha contra ese tipo de voto es presentar candidaturas de amplia base de la izquierda plural y que tengan posibilidades electorales de sacar representación.

Animaría desde éstas líneas a que Izquierda Unida inicie un periodo de análisis y reflexión, que vaya adaptando las estructuras necesarias para que sea capaz de aglutinar mayoritariamente a esa izquierda, pues actualmente no lo hace. Este país necesita una izquierda plural transformadora y fuerte políticamente que vaya marcando el paso modernizador y de justicia social que se necesita. Les deseo acierto.

Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 27 Marzo 2004