“Vaya por delante mis condolencias a las familias de las victimas del 11M y mi alineación con los representantes de las comunidades palestinas, árabes y musulmanas en España, condenando los sangrientos atentados de Madrid.”
No hay ninguna duda de que el asesinato vil que cometió el criminal de guerra convicto, jefe de la mafia (sionismo) más poderosa que existe sobre la tierra, el general Ariel Sharon, fue cometido previo aviso y visto bueno de los EEUU. Un crimen de tal calibre y con repercusiones locales, regionales e internacionales de altísimo voltaje, necesitaría la luz verde de EEUU y su explícita aprobación.
Iniciamos pues una nueva fase de esa guerra que los hijo del olvido nos han impuesto a los palestinos, a los árabes, a los musulmanes y a todos los pueblos que aspiran a ocupar su legitimo espacio en un mundo en libertad y en paz, siendo dueño a través de su libre elección, de las pautas históricas de su propia evolución cultural, de su aire, de su cielo, de sus recursos naturales, de sus recursos sobrenaturales, de sus fobias, pero y sobre todo, de su dignidad, en igualdad de condiciones con los demás pueblos que habitan esta tierra. Si matando a un líder espiritual se pretendía darle una vuelta más a la espiral de violencia, para justificar en un futurible la expulsión de todos los palestinos, como reacción a la más que previsible respuesta de Hamas y demás grupos de la legítima resistencia palestina a la acción criminal israelí, esta pretensión habría conseguido su objetivo más inmediato, pero y como siempre, las estúpidas políticas sionistas avaladas por la extrema derecha estadounidense, junto a los sectores más reaccionarios de la iglesia anglicana, errarían en el análisis y en la consecución de ninguno de sus objetivos. Dicha administración que está siendo rehén de la agenda política sionista, bajo la batuta del poderoso lobby judío-sionista en EEUU, conducirá irremediablemente a dicha administración y a sus aliados a un suicidio político, debilitando su credibilidad aun más, tanto en el plano político, económico como el militar, lo que según todo indica, está siendo uno de los objetivos primordiales del sionismo, para perpetuar su dominio y monopolio de las políticas de EEUU en oriente medio, en aras de fortalecer la hegemonía regional e internacional de Israel.
Otro objetivo no declarado por el general y criminal de guerra Ariel Sharon, sería la posible provocación de una guerra civil palestina, una vez abandonada la franja de Gaza, lo que le serviría al jefe del ejército terrorista israelí para anunciar la imposibilidad de abandonar Cisjordania, por que los palestinos no sabrían autogobernarse. El papel del Cheij (jeque) Ahmad Yasin en amortiguar los efectos de cualquier tensión Inter-palestina, oponiéndose siempre al enfrentamiento armado con la ANP o con cualquier facción de la resistencia palestina y abogando siempre, por la unidad nacional entre islamistas, nacionalistas e izquierdistas, marcando como línea roja infranqueable el enfrentamiento entre grupos de la resistencia palestina, este papel moderador, es el que quiso aniquilar el general Sharon antes de abandonar Gaza, supervisando personalmente, la operación cobarde y criminal. Pero Sharon y EEUU se equivocan una vez más, por que si algo han podido demostrar los palestinos a lo largo de décadas de lucha, es su alto grado de noción de la importancia de la unidad nacional en la acción política y militar, empezando por la huelga general de 1936 y que duró seis meses, contra la ocupación británica de Palestina y contra su política de favorecer la inmigración de judíos de todo el mundo, para facilitar a los sionistas la creación de un estado nacional judío en Palestina, pasando por las guerras de 1948, 1967, la guerra civil en Jordania en 1970, la del Líbano en 1975 hasta la invasión israelí del Líbano en 1982 y las Intifadas de 1987 y la más reciente del año 2000. En todos dichos históricos acontecimientos, donde los palestinos resistieron con una formidable heroicidad, todos los intentos de aniquilación de su integridad física, su identidad nacional y cultural como pueblo diverso, multiétnico y multicultural, los palestinos demostraron, su capacidad de mantener su unidad nacional, derrotando todos los intentos que hubo para fragmentarla. Ni el asesinato del Cheij Yasin, ni la posterior retirada del ejército invasor de la franja de Gaza, conseguirán una guerra civil entre los palestinos, por una sencilla razón, cual es, que la guerra de liberación nacional palestina no habría hecho más que empezar, con una nueva fase y nuevos elementos que conducirán inexorablemente la revolución palestina, hacia el triunfo final.
La calificada por más de un analista político como estúpida acción criminal del ejército israelí, matando a un líder espiritual de 67 años, tetrapléjico, medio sordo, medio ciego y enfermo, que iba a la mezquita con su botella de oxigeno y sus medicamentos, sabiendo mejor que nadie, que el Cheij, no tenía ninguna responsabilidad en el aparato militar del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), no solo aunará aun más a los palestinos, sino que ha abierto bien los ojos a aquellos que apostaron por la posibilidad de reconducir el proceso de paz, con un criminal de guerra como el general Sharon, sostenido en el poder por unos grupúsculos de fanáticos racistas y rabinos ultra ortodoxos. Dicha apuesta ha desvanecido y ha puesto a la próxima cumbre árabe a celebrar en Túnez a finales de marzo, ante un reto que los líderes árabes, otra vez, serán incapaces de afrontar por que no escuchan las voces de sus pueblos, sino el eco de los funcionarios en las embajadas de EEUU en sus respectivos países.
La administración norteamericana que tiene una receta especial, para formar un nuevo Gran Oriente Medio, sigue pensando que es posible imponer el sistema democrático globalizador y globalizante en los países árabes y musulmanes a base de bayonetas, donde Israel dominará política económica y militarmente todo ese espacio geográfico con la ayuda de la sexta flota. Pero no se enteran o no se quieren enterar, que ellos e Israel son los menos legitimados para dicha función, por que son los responsables directos o/e indirectos de la muerte de millones de seres humanos en esta zona del mundo, a lo largo de estos últimos sesenta años.
Seguiré pensando que hasta que no se derrote al sionismo como ideología dominante en occidente, no habrá paz duradera ni en Oriente Medio ni en el mundo. Una ideología que aun sustenta la idea del derecho divino a invadir y ocupar Palestina para crear una nación de mayoría étnica judía, legitimándose el derecho a masacrar a todo un pueblo y a perpetuar su destierro, negándole el derecho a retornar a su milenaria tierra, una ideología que sustenta y practica estas teorías con el beneplácito del sistema capitalista en el mundo occidental, debe ser derrotada moral ética y militarmente si fuera preciso, no por el bien de los palestinos, árabes o musulmanes, sino por el bien de occidente, su civilización y por el bien de toda la humanidad que aspira con todo el derecho del mundo, a vivir en paz y en seguridad en pie de igualdad y con sus derechos humanos garantizados, respetando la legalidad y el derecho internacionales.
Jamal Halawa. Olias del Rey. Toledo.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 26 Marzo 2004.