Bush: demencia o desvergüenza – por Emilio Sales Almazán

El pensar que personajes de esta calaña tengan el “poder”, al menos el político, da verdadero temor. Una persona que juega con el asesinato en masa de un país, si solo contamos Iraq, haciendo gala de un humor asquerosamente cruel, es para que desde este momento se le inhabilitara de por vida (como mínimo) para poder ejercer cualquier cargo de responsabilidad.

Las imágenes de la conferencia de prensa donde ha hecho burla de la búsqueda de armas de destrucción masiva, jaleado por una masa de impresentables, que reían las gracietas de ese monstruo de la manipulación, la mentira y el genocidio, me han hecho tanto daño, que unidas en este momento tan triste de nuestras vidas tras el asesinato de decenas de compatriotas en Madrid no se como hubiera reaccionado de tenerlo enfrente, cara a cara (face to face).

¿Cómo les va a contar a los familiares de los soldados que han muerto durante la invasión de Iraq? ¿Les contará también esos chascarrillos para que rían juntos ante las tumbas de sus jóvenes familiares?.

Y a los miles de iraquíes, niños, mujeres y hombres que han sido asesinados por las bombas “inteligentes”, que han muerto porque este elemento perturbador de la decencia y la inteligencia humana ha decidido tener un motivo para reírse conjuntamente con unos comensales en una cena de hermandad asesina.

Parece que al fin y a la postre tenemos algo que enseñar a nuestros jefes estadounidenses. Han aprendido de nuestro clown gubernamental, el Sr. Trillo, que ya anticipó una tournée con su espectáculo “Un euro por una pregunta” o aquél que imitaba al humorista Chiquito de la Calzada. ¡En manos de quién estamos!

Creo sinceramente que el Sr. Maragall se equivocó en mostrar su apoyo al Sr. Aznar cuando un ciudadano le expresó, en un grito desgarrador, su repulsa por la muerte de su hijo: “Señor Aznar, le hago responsable de la muerte de mi hijo”. El apoyo debían de dárselo a ese ciudadano, a esos ciudadanos que han muerto por la barbarie terrorista. El Señor Aznar y su sequito de seguidores, esos que apoyaron en un vergonzoso Pleno del Congreso de Diputados con un aplauso cerrado, debían pensar que enviaron las tropas españolas en una decisión ilegal, inmoral e indigna, porque el Sr. Bush le gusta divertirse con mentiras sobre supuestas armas de destrucción masiva.

El Señor Aznar ha pagado el precio político, el mandatario norteamericano no sabemos si pagará esa factura. Ahora quedará saber si pagan severamente, junto a otros dirigentes, las mentiras y las muertes que han forjado para satisfacción de los intereses de las multinacionales del petróleo, del armamento, etc…

Emilio Sales Almazán. Talavera.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 27 Marzo 2004.