La decadencia y la democracia – por Maite Padilla

La derrota del gobierno proguerra-contra-el-terrorismo en las elecciones españolas ha pillado por sorpresa al de los EE.UU y también al conglomerado mediático estadounidense. En cuestión de un par de días desgarrados por la tragedia, lo que tenía que ser un mero trámite, en esta era después del “fin del historia” que nos ha tocado vivir, se ha visto transformado en un auténtico “cambio de régimen” por medios democráticos. Ante los planes del nuevo gobierno de retirar a los soldados destacados en Iraq, Inglaterra y Australia se han apresurado a refrendar su apoyo aliado a la causa de Bush. De repente la “coalición” está en peligro, y esto podría verse convertido en una “armada de un solo hombre”, “army of one”, como reza el motto del ejército estadounidense.

Ante el desconcierto y la incredulidad generalizados, todas las cadenas de noticias han convocado a sus expertos para responder a una importante cuestión e informar al buen pueblo de América sobre el significado y las repercusiones de lo que acaba de suceder en España: ¿es el resultado de las elecciones un ejercicio de la fortaleza de la democracia o bien el signo inequívoco del triunfo del terrorismo?

De acuerdo con el habitual en Fox News, Mort Kondracke, es evidente que los terroristas han atacado a un pueblo “débil”, los españoles no han votado “racionalmente”, pues qué duda cabe que “de haber ocurrido esto en Inglaterra o en los EE.UU. la población habría apoyado (presurosa) al presidente”.

El mensaje es claro: señores, un poco de seriedad, cuando la democracia está en juego… cuando se trata de democracia, por favor, no nos vengan con frivolidades democráticas… A no ser (claro está) que seamos nosotros mismos “neocon”, en cuyo caso la democracia no es más que una formalidad sin ningún tipo de contenido político sustantivo. ¡En qué cabeza cabe votar (en serio)… en estos momentos! (¿Es que no pueden esperar hasta que Iraq, Afganistán,… sean ellas mismas “democracias”?) El apoyo de “Zapatego” al candidato John Kerry, además, es señal de una conspiración izquierdosa, “nadie puede creer realmente que Kerry goce de tanto apoyo entre los líderes europeos”, concluye Kondracke.

Por su parte, el neocon Charles Krauthammer lleva su análisis a un plano mucho más profundo, histórico transcendental, diríamos, si no fuera porque no dan crédito a la historia ni parecen tener ninguna intención de extraer de la misma ninguna lección socialmente valiosa. De acuerdo con este experto, las declaraciones sobre el “desastre de la invasión” del recién incorporado a la geopolítica mundial “Zapatego” y del viejo conocido Romano Prodi (presidente de ese nido de progresistas que es la Comisión Europea), no son más que una muestra evidente “de la decadencia de Europa”. Y para que se aprecie bien el alcance de lo que acaba de decir, añade, (porque) “América no es un país decadente”.

Los EE.UU. se sienten incomprendidos, abandonados, ¿puede ser que sean el último bastión de la civilización occidental? Como aclaraba consensuador el periodista del NY Times Thomas Friedman en MSNBC, el problema es que los EE.UU. no han conseguido defender su causa en Europa. Admitámoslo, en el fondo “la coalición era una ilusión”. Los estadounidenses no han sabido dar a conocer que la “guerra contra el terrorismo” es para “la construcción de la democracia en Iraq”.

O sea, que “los americanos son de Marte y los europeos de Venus”, dice David Brooks del NY Times, utilizando una metáfora que popularizó el neocon Robert Kagan hace aproximadamente un año. Si Colin Powell hubiera estado en Europa para explicar a los votantes “las razones para la liberación de Iraq” otro gallo cantaría.

“Está claro”, se anima a añadir un participante anónimo en una web blog que está analizando el “excepcional” artículo de Brooks, “todos los gobiernos europeos están ahora mismo asustados. Necesitan algo que nosotros podemos ofrecer: cooperación en temas de inteligencia”… enviemos pues a Colin Powell, “[it’s] time for Colin to hit the road”… con sus recursos multimedia, hasta con un muestrario.

Pero de acuerdo con Spengler en Asia Times el problema es que “ningún país en el mundo está más dispuesto a desaparecer” que España, “desde mucho antes de los atentados en Madrid”. Con la fertilidad más baja del mundo es pasto del terrorismo islámico, ello simboliza el triunfo del Islam sobre Occidente. “Tan recientemente como en 1975, a la muerte del hombre fuerte Francisco Franco, la fertilidad se mantuvo en 3 hijos por mujer hasta 1976”. “España se ha apartado abrupta y fatalmente de la familia tradicional y está inmersa en el más desenfrenado hedonismo”.

Spengler, que ha escrito sobre estas cuestiones con anterioridad, concluye que los europeos “se han resignado a la extinción”. Es decir, todo parece indicar que Europa está en decadencia.

¿Qué hacer? Obviamente, instruir al pueblo estadounidense de las consecuencias no intencionales del ejercicio del derecho al voto con demasiado celo. Es como si la democracia tuviese que practicarse, sí, pero con moderación. “Dudamos que una América que ya ha resistido al 11 de septiembre hubiera reaccionado como han reaccionado los españoles, pero es el momento de que el presidente Bush empiece a preparar a la población para lo peor” (escriben desde el Wall Street Journal).

¿Es mi imaginación o ya se han “resignado” a que algo va a ocurrir para las elecciones de noviembre? Probablemente es mi imaginación, pero por si acaso, demos instrucciones a los votantes sobre cómo votar en caso de un terrible atentado. Porque la misma democracia está en juego.

Maite Padilla. Desde algún lugar de EE.UU.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 19 Marzo 2004.