Los atentados contra los trenes de cercanías en Madrid se han producido hace unas pocas horas. Médicos desesperados luchan por salvar las vidas de los heridos. La cifra de muertos se incrementa continuadamente. En ese momento el presidente del gobierno, José María Aznar, agarra el teléfono, llama al redactor jefe del diario El Periódico en Barcelona, Antonio Franco, y le deja bien claro: “ha sido la (organización terrorista vasca) ETA”. Acerca de ello no existe la más mínima duda. El dirigente conservador telefonea igualmente a otros grandes diarios.
Gran sorpresa apenas imaginada
Aznar intuye una maligna sorpresa para su Partido Popular (PP) en relacción con las cercanas elecciones generales en caso que se descubra que los atentados acaecidos guardan conexión con la guerra de Irak y la red terrorista Al Quaeda. Así que el gobierno pone en marcha toda la maquinaria posible para convencer a la gente de su versión de los hechos. Trabajadores del ministerio de información telefonean a los corresponsales extranjeros acreditados en Madrid aconsejando de la siguiente manera: “La ETA ha puesto las bombas. No os comáis la cabeza con otras informaciones”.
De poco le sirvió al gobierno Aznar su uso del teléfono: el PP pierde las elecciones del domingo. El gobierno recibe así un escrito de protesta por parte de la Unión de Corresponsales Extranjeros en Madrid, quienes valoran las llamadas como ejercicios de influencia. “No necesitamos ningún consejo acerca de cómo hemos de escribir nuestras noticias” se titula el escrito. “Esperamos que en el futuro no se produzcan más este tipo de llamadas”.
Así mismo también se han producido protestas por parte de medios nacionales. Los redactores de TVE, RNE, y EFE acusan a sus jefes de haber manipulado el proceso informativo sobre los atentados en beneficio del gobierno. Los comités de empleo demandan la dimisión del jefe de informativos de TVE, Alfredo Urdaci, y del redactor jefe de la agencia EFE, Miguel Platón.
Pruebas manipuladas
A Urdaci se le echa en cara haber manipulado indicios sobre la autoría de Al Quaeda. La televisión ignora las declaraciones del dirigente separatista Arnaldo Otegui de que ETA no tiene nada que ver con el atentado. Se emite un reportaje acerca del terror de ETA en lugar de un show musical.
En cuanto al jefe de la agencia pública de noticias EFE, se le acusa de un “directo convenir con el gobierno” al redactar las noticias acerca del atentado. Así se lee: “todas las pruebas apuntan a ETA. No existen indicios fundados acerca de autores islamistas”. El día anterior a las elecciones se les prohibe a los redactores dar informaciones sobre los políticos de la oposición. La agencia EFE rechaza estas acusaciones de manipulación.
No es la primera actuación así del gobierno Aznar
Esta no es la primera vez que el gobierno Aznar y los medios públicos se enfrentan a sospechas de manipulación del proceso informativo. En el hundimiento del petrolero Prestige en noviembre del 2002 el gobierno minimizó las dimensiones de la catástrofe, viéndose más tarde obligado a rectificar. Hace un año, la televisión pública fue condenada judicialmente a cambiar sus directrices tras no informar objetivamente sobre la huelga general.
Las piezas del puzzle unidas muestran una clara imagen
Es como jugar a “una los números con una línea”, sólo que en este caso los números faltan. Todas las pruebas (del atentado) están sobre la mesa, ya sólo queda determinar la relacción directa entre ellas. Incluso en esa la lucha contra el terrorismo no les excasean las pruebas a los investigadores. Quiénes son los autores directos, desgraciadamente, sólo se confirma cuando la catástrofe ya ha ocurrido.
Dos de los tres marroquíes, detenidos el sábado junto a dos hindúes bajo sospecha de participación en los atentados de Madrid, son conocidos por las autoridades desde agosto del 2001. Como figura clave se sitúa Jamal Zougam, regente de un comercio de móviles en Madrid. Se sospecha que el fue quién proporcionó los teléfonos móviles con los que las bombas fueron detonadas.
La casa de Zougam fue inspeccionada el 10 de agosto del 2001, su teléfono pinchado. Muchos fueron los indicios de contacto con células de Al Quaeda encontrados. Parece que Zougam se reunía con su superior Imad Yarkas ocasionalmente, cómo el mismo comentó por teléfono a su compañero terrorista, el también marroquí Mohammed Fizazi. Fizazi, condenado a 30 años en Marruecos, es el dirigente espiritual del grupo islámico Yihad Salafí. Este grupo está relacionado con la red Al Quaeda y es responsable de los atentados en Casablanca en mayo del 2003.
“Ambos son importantes”
También el hermanastro de Zougam, Mohammed Chaoui, igualmente detenido el sábado, era conocido por los investigadores españoles desde el verano del 2001. En una llamada telefónica entre el miembro de Al Quaeda Yarkas y el salafí Benyaich, encarcelado como responsable de los atentados de Casablanca, Yarkas menciona explícitamente a Zougam y Chaoui. En la copia de la conversación se escucha: “ambos son importantes”. Estas e incontables informaciones se ecuentran escritas en las actas del juez Baltasar Garzón que actualmente posee en sus manos el investigador francés Jean-Charles Brisard. Brisard informa a AP, que de las actas se desprende la relación de Zougam con células de Al Quaeda desde hace siete años. Garzón, quién es conocido en Alemania sobre todo a partir de sus actuaciones judiciales contra el otrora dictador chileno Augusto Pinochet, investiga desde los ataques terroristas del 11 de septiembre las conexiones españolas de la red del terrorismo islámico.
Dada la cantidad de pruebas disponibles, se presenta la pregunta sobre porqué las autoridades no actuaron con anterioridad. Una respuesta: debido a sus constantes cambios de móvil y direcciones de E-Mail, los terroristan son capaces de borrar sus huellas. «Saben perfectamente cómo lograr nuevas formas para guardar su anonimato», comenta Magnus Ranstorp, director del Instituto de Investigaciones Terroristas de la Universidad St. Andrews en Escocia. «Son muy espabilados a la hora de huir de los radares y de los servicios de inteligencia».
El torrente de datos situa a los investigadores ante dificultades
La marea de datos relacionados sitúa a los investigadores ante serias dificultades: simplemente se ven desbordados a la hora de valorar con precisión. (…) Incluso en ocasiones se deja en libertad a sospechosos, de manera que los investigadores puedan seguirles hasta pistas de mayor importancia. «Una técnica tan vieja como la propia Biblia», expresa el experto en terrorismo Glenn Schoen.
Queda la impresión que incluso con las diligencias actuales resulta imposible protegerse de nuevos atentados terroristas. Ronald Noble, director de Interpol, comentó el martes en una conferencia sobre seguridad en Filipinas: “Los atentados de Madrid deberían mostrar a todo el Mundo, y no sólo a Europa, que esa clase de ataques pueden ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento. Hemos de prepararnos para ello de la mejor manera posible”.
* Hubert Kahl, periodista del periódico Stern.
Publicado en el periódico Stern en día 17 de Marzo de 2004 – http://www.stern.de/
Traducido del alemán por David López Herréz-Von Kayoyen. Heildelberg, Alemania.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 18 Marzo 2004