En una carta, un lector dice que el nazismo alcanzó el poder en Alemania a través de unas elecciones. Eso es de todo punto falso, como espero que puedan entender con la siguiente exposición. He leído bastante al respecto, pero para los detalles ahora he recurrido simplemente a un libro de historia, de los que se usaban en la secundaria en Alemania cuando yo estudiaba, a principios de los setenta.
Para situar un poco el contexto: Estamos en la República de Weimar, proclamada en 1919, antes de finalizar la primera guerra mundial, y cuando la gente se da verdaderamente cuenta de que los políticos han llevado al país a una guerra suicida. A toda prisa se proclama una constitución, se elige un parlamento y se elige a un presidente de la república. El régimen es presidencialista, y el primer presidente es un socialista, Friedrich Ebert, que en el séptimo año de su mandato murió repentinamente. Y a su muerte se elige como presidente al anciano von Hindenburg, a quien se consideraba uno de los mayores héroes de la primera guerra mundial. Ya se ve lo poco que duró el mal sabor de boca que dejó la derrota alemana, rápidamente los héroes de guerra vuelven a ser héroes de la política.
Mientras, los industriales no dejan de intrigar para derribar el régimen republicano, en donde por primera vez los socialistas y comunistas podían tener una representación parlamentaria proporcional a los votos de los electores, y empezaban a tener mayor peso político. Los industriales y capitalistas estaban divididos en diversos partidos, y no conseguían arrastrar masas de electores, por lo que vieron en los nazis la puerta a sus planes. El partido de los capitalistas e industriales de más peso era el de centro, pero en 1930 obtuvo casi la mitad (55) de los escaños que los nazis (107), y éstos eran superados por los socialdemócratas (133 escaños), que junto con los comunistas (77), representaban poco menos de un tercio de la cámara (577 escaños).
A continuación reproduzco los escaños correspondientes a estas cuatro formaciones en las cuatro últimas elecciones. Incluso mi libro decía que las últimas eran las últimas elecciones libres, pero como veremos, no puede afirmarse fácilmente tal extremo.
fechas de los comicios: – 14.9.1930 31.7.1932 6.11.1932 5.3.1933
Nacionalsocialistas ———– 107 ——— 230 ——–196 ——– 288
Partido Popular de Baviera — 19 ———- 22 ——— 20 ——— 18
Partido de Centro ————— 68 ———— 75 ——– 70 ——– 74
Socialdemócratas ————- 143 ———- 133 ——- 121 —— 120
Comunistas ———————– 77 ———— 89 ——– 100 —— (81)
Total 577 608 584 647
Desde la muerte de Ebert las fuerzas de izquierdas fueron perdiendo terreno, pero como la derecha estaba tan fragmentada, no dejaban de ponerse zancadillas y no se agotaban las legislaturas. En 1930, y viendo los resultados, los partidos de la derecha empiezan a apostar por Hitler, confiando en poder “manejarlo”. Sin embargo, viendo los resultados de noviembre de 1932 empiezan a intrigar, y la noche anterior al 30 de enero de 1933 obligan a Hindenburg a nombrar canciller a Hitler, tras hacer fracasar los diferentes gobiernos que consiguieron constituirse. Recientemente ha aparecido incluso una carta de esa fecha dirigida por los industriales a Hindenburg … pues por documentos de la época fue una reunión nocturna muy tumultuosa cuyo final los participantes no tenían muy claro.
Por lo tanto, el 1 de febrero Hitler ya es canciller y nombra su gobierno a pesar de haber perdido 2 millones de votos en la elección última. El 27 de febrero arde el Reichstag, misteriosamente, y Hitler aprovecha para aplicar el famoso artículo 48 de la constitución que permite suspender libertades públicas y otras medidas por motivos de seguridad nacional: prohíbe el partido comunista, toda la prensa socialista y comunista, y encierra en campos de concentración a varios miles de funcionarios comunistas y socialistas.
A pesar de todo, el 5 de marzo no alcanza más que el 43,9% de los votos, insuficiente para obtener la mayoría parlamentaria que le permitirá dictar la ley denominada de “apoderamiento” [Ermächtigungsgesetz], que le permite suspender leyes y constitución a su libre arbitrio. Hasta el 24 de marzo no consigue los apoyos suficientes (todos los partidos legales menos el socialdemócrata). A partir de entonces empieza el régimen nazi en Alemania.
Como se ve, no fueron las elecciones las que le dieron a Hitler las llaves del poder, sino un cúmulo de circunstancias, y desde luego sin una constitución presidencialista y las intrigas de los industriales y capitalistas, difícilmente una república verdaderamente democrática se lo habría puesto tan fácil.
Marga Vidal. Valencia.
Colaboradora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 7 Marzo 2004.