Hace una semana, asistimos en La Haya a la primera fase de lo que debería ser, el aislamiento político del ultraderechista y criminal de guerra convicto, actual primer ministro israelí, Ariel Sharon, y a su política basada en la aniquilación física y política de la identidad nacional palestina, tratando de hacer inviable, cualquier futura construcción de un estado palestino independiente.
Realmente el comienzo de las deliberaciones en el Tribunal Internacional de Justicia, para emitir su opinión jurídico-consultiva, sobre las consecuencias legales derivadas de la construcción del muro de segregación racial, en territorio palestino ocupado en 1967, usurpando de facto el 58% del territorio palestino de Cisjordania, marca un hito en la historia del conflicto palestino-israelí, ya que, nunca antes se pudo llevar a Israel ante un tribunal, que aunque su sentencia, no vaya a ser vinculante, tendrá efectos a medio y largo plazo, de importante calado. Recordemos una sentencia parecida y no vinculante, sobre la ocupación de la Sudáfrica del apartheid de Namibia, acabó con la retirada de sus tropas de dicho país. Si bien, hay que recordar, que en este caso, se trata de deliberar sobre el muro, no hay duda alguna en que se pondrá en tela de juicio, toda la política racista, agresiva, expansionista, anexionista y de limpieza étnica que ha practicado y practica Israel desde su fundación hasta nuestros días.
Sin embargo, la decisión del gobierno israelí de no acudir al tribunal, mandando un autocar destrozado por la resistencia palestina y a un puñado de ciudadanos que, ondeaban las fotos de sus victimas, muestra una vez más, la cobardía y el cinismo que ha caracterizado la política sionista a lo largo de la historia, basándose en la deformación de la misma primero y, la eliminación de cualquier obstáculo que pudiera significar, una amenaza para la realización de su proyecto en Palestina en segundo lugar, siendo la extorsión, manipulación y la compra de voluntades políticas una de las armas más utilizadas por el movimiento sionista, desde la fecha de su creación en 1897. Alguien se imagina a los palestinos, enviando a una caravana de coches palestinos destrozados por el efecto de los misiles de los apaches israelíes, para asesinar a los lideres de la resistencia, enumerando a los cientos de civiles que murieron porque pasaban en ese momento por ahí, o los miles de niños, mujeres y ancianos que han caído ya en esta Intifada, o las casas dinamitadas, o los campos de cultivo arrasados. En fin, se me hace un nudo en la garganta, cada vez que tenga que enumerar los gigantescos sacrificios que el pueblo palestino tuvo y tiene que seguir haciendo, para conseguir unos derechos fundamentales para el hombre, cuales son: el retorno de los refugiados a su tierra, el derecho a la autodeterminación y a vivir en paz y libertad en su propia y milenaria tierra.
Pero la historia nos ha enseñado, que los pueblos que tienen fe en su lucha, siempre acaban venciendo al tirano y, al pueblo palestino que, llevan 56 años tratando de arrodillarle, no le faltará ni aliento ni ansías de libertad, para seguir en este combate que nos han impuesto, el combate por la paz y la libertad hasta conseguir todos y cada uno de sus derechos legítimos e irrenunciables. Ahora bien, pienso que la batalla por derribar el muro, ha de ser, el comienzo de la batalla de todos los movimientos pacíficos y antiglobalización en el mundo, la batalla de la vanguardia de los movimientos sindicales y obreros de izquierdas y la batalla de todos los demócratas, para vencer y de una vez por todas, al sionismo, el movimiento ideológico racista, denunciado como tal, por más de 3.000 ONG´s en la conferencia de Durban (Sudáfrica) del año 2000 y que es, el creador y sostenedor de Israel. Un movimiento que piensa en el divino derecho de los judíos sobre Palestina, no puede ser jamás, un movimiento laico. Un movimiento que expulsa de su tierra a todo un pueblo, negándole el derecho al retorno, reemplazándole por otro pueblo porque dice querer construir un estado, de mayoría étnica judía, solo puede ser una cosa, un estado racista en toda regla y el movimiento sionista que le sustenta, una ideología fascista a la que hay derrotar, como se derrotaron en su día, las ideologías nazi y fascista en Europa y como se les volverá a derrotar, cada vez que resurjan. Es esencial a mí entender, la derrota moral, política y militar si es preciso, del sionismo como ideología imperante y que marca la agenda política de occidente, desde finales de la segunda guerra mundial, para poder recuperar el equilibrio y la paz mundiales, es más, creo firmemente, en la imposibilidad de conseguir ninguna paz estable en Oriente Medio y en el mundo, sin que se haga efectiva, la derrota final del sionismo.
El poder político y económico ascendente del sionismo en EEUU y Europa, amenaza continuamente la paz y la estabilidad mundiales, porque antepone sus propios intereses y los intereses de Israel, a los de EEUU y Europa. En la última guerra contra Irak, se vio claramente la huella y la voluntad de Israel en esta guerra que, tanto la derecha como la izquierda del sionismo israelí, siempre consideraron imprescindible para sus intereses nacionales, el derrocamiento del régimen baasista, principal aval y sostén de la resistencia palestina. Hasta en el procedimiento, se vio la huella de los sionistas, de forma ilegal y en contra de la ONU y la voluntad de la mayoría de estados en el mundo, como las guerras que Israel protagonizó contra los países árabes, a lo largo de la historia. ¿A que podéis adivinar ahora de donde viene la fuente de información, sobre las famosas armas de destrucción masiva en Irak?
Israel además es el máximo exponente del capitalismo salvaje y cruel que explota, arremete, esclaviza la mano de obra, anexiona a la fuerza y provoca guerras interminables contra todos los pueblos de la zona. Es la viva imagen, del capitalismo colonialista europeo de primeros del siglo XX, es sin duda alguna, un proyecto de franquicia, en forma de estado capitalista occidental, incrustado a la fuerza, en el corazón del mundo árabe, para garantizar el flujo del petróleo a las industrias de occidente, en una extraña alianza-recompensa, para cubrir crímenes del pasado, cometidos contra las comunidades judío-europeas a lo largo de la historia.
Aquí en España, hace tiempo ya, se está levantando otro muro, igual o más peligroso y dañino aún, que el muro físico que se está levantando en Palestina. Es un muro psíquico que, daña las relaciones interculturales, creando fobia contra los inmigrantes, para luego facilitar aún más, su explotación y domesticación al gusto del capitalismo sin escrúpulos, utilizando de forma descarada los medios de comunicación públicos, para fomentar el racismo y la xenofobia. Se está levantando otro muro, para cercar las distintas nacionalidades que forman el estado, criminalizando a todo aquel que, manifieste su discrepancia en la planificación evolutiva del estado plurinacional, siendo los peperos ultra nacionalistas y reaccionarios, el máximo exponente, del nacionalismo neo franquista más trasnochado de la historia moderna de este país. Se está levantando otro muro, para enfrentar a España contra sus vecinos, del pueblo marroquí y el sentir general de la mayoría de los pueblos árabes, aliándose como comparsas en una guerra al más estilo Sharon, ilegitima, ilegal y contra la voluntad de la opinión pública, la decencia y el sentido común general, obedeciendo a intereses, consignas e informaciones del sionismo israelí, a cambio de inimaginables beneficios, que el presidente de la republica de España, el Sr. Aznar, iba a obtener por su apoyo, al gran proyecto sionista para el Gran Oriente Medio, tal como se lo dijo el hermano del presidente Bush, en su visita a España, poco antes del comienzo de la guerra. Lo peor, es que, si el PP vuelve a formar gobierno después del 14 M, España seguirá los pasos de EEUU en las demás guerras pendientes, hasta el expolio final de los pueblos de Oriente Medio y siempre, bajo liderazgo de EEUU e Israel.
Animo desde aquí, a todos los que no pensaban votar el 14 M, a mostrar su verdadero rechazo a la guerra, votando en contra del partido de la guerra, el partido defensor del neo colonialismo, el partido de la crispación y la intoxicación del PP. Animo incluso a los que no suelen votar, por estar en contra del sistema y decirles, que el propio sistema, reutiliza su abstención para hacer ganar a sus creadores neo liberales y gobernar, no se librarán de la responsabilidad moral por facilitarle el gobierno a los ultras del PP, su abstención, es votar siempre al PP, porque los votantes del PP no se abstienen, acuden a las urnas con alto grado de disciplina semi-militar. Animo desde aquí, a votar a la izquierda, cuanto más unida, mejor. A la izquierda que estuvo en contra de la guerra, la de Irak y las guerras que la precedieron, a la izquierda que siempre defendió los intereses de los trabajadores en la calle y en el parlamento. Que no se apaguen las conciencias, que no se apaguen.
Jamal Halawa. Olias del Rey, Toledo.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 5 Marzo 2004.