John Kerry y la Política de los Detalles – por Kieran C Manjarrez

John Kerry se enfrentará a Bush en Noviembre como candidato a la presidencia, la cuestión preocupante es si existe alguna diferencia entre los dos. Según Ralph Nader, el que fue en el pasado candidato presidencial de los Verdes y hoy día candidato sin partido, Bush y Kerry son test tube twins, (gemelos probetas) inseminados por el Dr. Frankenstein corporativo.

Según los Demócratas, las diferencias entre Bush y Kerry son profundas, fundamentales, y críticas. ¿Hay aquí alguna verdad?

Para encontrar una respuesta, es necesario entender que en los EEUU no existe la política ideológica sino solamente una política ministerial o administrativa. Hace siglos, Alexis de Tocqueville escribió en su magnífica obra, La Democracie en Amérique, (todavía el mejor estudio jamás hecho sobre la política-social de los EEUU), que “de las varias escuelas filosóficas que tanto dominan el pensamiento europeo, los americanos no conocen nada y se preocupan de ellas aun menos.”

Según Tocqueville, el norteamericano, cuando este enfrentado contra argumentos refinados, premisas indiscutibles y pruebas lógicas, responderá “bueno, pero eso solo es tu opinión personal.” El americano prefiere sus propias opiniones basadas en su experiencia individual, obtenidas por un sentido práctico, common sense. Como dijo Lincoln, “to do the right as God gives us the light to see the right” (hacer lo que es justo tal como Dios le da a cada uno luz para ver que es lo justo hacer).

Siempre reconociendo lo malo aportado por la ignorancia, Tocqueville sin embargo admiraba el espíritu ingenuo del temperamento americano, porque reconocía la estabilidad que éste aportaba a la vida política mientras Europa quedaba desgarrada por la conflictividad de sus ideologías.

Han habido tiempos en que los angloamericanos –termino Tocqueviliano-, se dividieron ideológicamente, y más notablemente durante la sangrienta Guerra Civil.

Pero dejando estos Grandes Momentos a un lado, los americanos prefieren discutir minutiae -pequeñas cosas- a partir de un consenso fundamental.

Esto no significa que los minutiae no sean importantes, como se dice, “el diablo se esconde en las detalles”. En la historia política de los EEUU, importantes cambios se han logrado a partir de un “detalle”. Por ejemplo, el concepto de que el gobierno federal debía preocuparse por algo conocido como “la sanidad pública”, se llevo a cabo no a base de imponentes diseños de la política-filosófica, sino impulsado por la necesidad de borrar el escándalo de que los hot-dogs se hacían de colas de ratón, vísceras y otras basuras.

Relacionada con esta política administrativa, es la tradición legal angloamericana basada en los precedentes de casos previos. En este sistema, cualquier problema actual se analiza y se resuelve no tanto bajo el dictamen de un “fallo” anterior (eso implicaría demasiado deducción lógica) sino por la observación de los detalles de un caso previo en particular.

Para dar en ejemplo sencillo y académico: “Si un precedente decidió algo sobre cerdos, y el caso actual concierne a vacas, los abogados se quedan argumentando sobre el sentido y manera en que las vacas son (o no son) parecidas a los cerdos y, por consecuencia, si deberían considerarse dentro o fuera del “ámbito” del fallo previo, o como si fueran “constructivamente” equiparadas a los cerdos”. El derecho americano esta basado en la retórica y no en la lógica, o como dijo el juez Oliver Wendell Holmes, “la vida de la ley no es la lógica sino la experiencia.”

Por consiguiente, en la política legislativa tanto como en la política jurídica, la discusión queda enmarañada en la ambigüedad, la equivocación, la metáfora y, en fin, todo un ámbito de sofismas.

Kerry ha dicho que, si fuera elegido, haría mucho más que Bush para impulsar y fortalecer la Seguridad de la Tierra Patria, Homeland Security. Lógicamente, y en vista de que la Homeland Security contiene todas esas medidas policiales que han anulado últimamente tanto los derechos civiles, este pronunciamiento debería señalar que Kerry no solo “es igual” a Bush sino que sería peor.

Pero haciendo “click” sobre “ver detalles” en la página Kerry (www.johnkerry.com) nos informamos que: “El primer escuadrón en la lucha para seguridad del homeland son los bomberos, y que, una vez elegido presidente, Kerry hará todo lo posible para asegurar que los bomberos tengan todo lo necesario para desarrollar su valiente y sacrificada labor.

Esto ilustra como funciona la política administrativa. El consenso logrado y establecido debido a las hazañas del 9-11 y a la política de Bush, apoyada por el Congreso, es que: hay que hacer los esfuerzos más grandes para proteger la homeland. Kerry no cuestiona el consenso. Al contrario, lo abraza y lo apoya con fervor. Pero en inglés el término “homeland” (la tierra domestica) es fuzzy, contiene connotaciones ambiguas. Aunque se traduce como “patria”, ni este termino ni el de “nacional” aportan algún sentido, el cual en inglés es a-político o quizás ante-político La homeland son “estas tierras en que vivimos” y para defender a estas tierras, a sus arboles, a sus hortalizas, a nuestras casas ahí ubicadas, (y a nuestros rascacielos si acaso alguna avión se desvía de su trayectoria), Kerry hará todo lo posible para asegurar que los bomberos estén bien equipados.

En otro plano, Kerry no cuestiona para nada, que la sanidad publica se debe asegurar por medio de la empresa privada, es decir, por la grandes compañías de seguros.

Kerry reconoce, sin embargo, que los seguros privados están más allá del alcance de muchos y que siguen subiendo “diez veces más que el aumento salarial.” Hará todo lo posible, dice, para asegurar que todos tengan seguro médico a su alcance. ¿Cómo lo hará? Pues “ver detalles.”

Según los detalles, Kerry propone “extender” la póliza de seguros que actualmente cubre a 9 millones de empleados federales (incluso a él mismo), “a todos”… es decir a los 300 millones de habitantes. ¿Cabe duda que esto no resultaría una nacionalización efectiva de la sanidad pública? Jamas, pero jamas lo diría Kerry, porque decirlo implicaría “socialismo” y ya esta decidido el consenso de quedarnos en el fascismo lite. De todos modos, cualquier “ismo” que sea, con esta propuesta Kerry se mueve un poco a la izquierda hacia la política social de Bismark.

Al modo de pensar europeo, todo esto ha de parecer como el colmo de la locura, pero esa locura es el gran genio y a la vez el defecto de la política estadounidense.

¿Tiene razón Ralph Nader al ecir que no hay diferencia entre Bush y Kerry? Pues, es algo problemático de contestar, porque el verdadero revolucionario es Bush. Lo que Nader deseaba señalar es que todos los políticos, y los dos partidos, aceptan el mismo consenso general de un estado corporativo -mas o menos- “liberal”. Y en esto, Nader tiene razón. Pero Nader se equivoca en ignorar que -en los detalles- Bush es un extremista que efectivamente a repudiado el consenso corporativo, derechista que sea. Nader también se equivoca en ignorar que por exasperadamente lenta que sea, la política en los EEUU logra un cambio progresivo, con medidas “practicas” y no según esquemas ideológicos.

Al mismo tiempo, hay que reconocer que Kerry no es ningún seudo-social demócrata secreto. En sus términos como senador, Kerry ha hecho poco para impulsar el país en el sentido político. Hace unos pocos años este Kerry experimentaba “dificultades” para votar un aumento en el salario mínimo hasta que el senador Kennedy lo agarro por el cuello amenazándolo con una “expulsión” efectiva del partido. Este Kerry también votó para autorizar la invasión de Irak, explicando después que fue “engañado” por las “no-sabia-que-eran mentiras” de Bush. Este Kerry también ha viajado a Galilea, donde se conmovió profundamente con la experiencia “judeo-cristiana”, y también con los magníficos huertos israelíes ahí ubicados, tanto que el apoyo a Israel le parece indiscutible.

Ni pensamientos de que Kerry retirará las tropas norteamericanas de Irak. Al contrario, ha propuesto aumentarlas en 40.000 efectivos, aunque sí (ver detalles) aboga la “internacionalización” de la ocupación bajo el auspicio de la ONU.

De ninguna manera se podría calificar a Kerry como hombre de principios muy fijos ni como político de la izquierda tibia. De la boca de Kerry no se debe esperar ningún gran pronunciamiento progresista. Pero precisamente porque es “flexible” Kerry se deja “jalar” por la izquierda estadounidense (tal como es), y en “los detalles” si existen discrepancias entre él y Bush. Lo más probable es que, si fuera elegido, Kerry seria algo mejor para el medio ambiente, algo mejor para la sanidad médica, algo mejor para el multi-lateralismo, un poquitín mejor para los derechos civiles, y casi nada mejor para asuntos relacionados con el libre comercio (NAFTA/TLC). Lo triste es que la banda de Bush ha empujado a los EEUU tanto a la derecha (en verdad, hacia una política de pillaje) que la “correctiva Kerry” es escasa. Pero es algo. Para los que desean cambios estructurales en la política social, la reivindicación de derechos constitucionales y el rescate del medio ambiente, la candidatura de Kerry representa una desilusión y dilema.

Kieran C Manjarrez – Bravo. Oaxaca, México.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 5 Marzo 2004.