En el Tribunal Internacional de la Haya se esta juzgando la construcción del muro de la vergüenza levantado por Israel en los territorios ocupados palestinos. En contexto, os presentamos la traducción de un artículo de un periodista palestino, Mahmoud Alrimawi.
Confrontación abierta y asequible – por Mahmoud Alrimawi *
La abstinencia de Tel-Aviv, a comparecer ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, es considerada, como reconocimiento anticipado de la derrota e incapacidad de defender, la medida de expansión que representa la construcción del muro en el fondo de los territorios ocupados. Naturalmente, habrá entre los israelíes quienes quieran equiparar su ausencia del tribunal, a quitarle legitimidad o competencia al mismo, para deliberar sobre el conflicto. Después de la toma de posiciones de diferentes partes internacionales, particularmente la Unión Europea y su parlamento, con sus continuas condenas al muro, los israelíes insisten en su postura en un intento de relegar a la comunidad internacional, para asumir sus responsabilidades, rechazando de antemano, sus resoluciones e indicaciones y rehusando el principio del arbitraje, lo que demuestra por enésima vez, la característica de una política insolente, que está fuera del derecho internacional, que se rebela de forma repulsiva contra la legitimidad internacional, aunque ello, condujera a una derrota moral, como las bandas insensibles a la condena de todas las comunidades, apuestan tan solo, por conseguir ganancias tangibles utilizando como método de acción, el asalto y la insidia, exactamente como actúa Israel.
Lo más probable, es que la corte de La Haya, continuara sus deliberaciones, a pesar de la huida de los israelíes y su negativa a enfrentarse y comparecer ante ella, aumentando así, las fuertes sospechas sobre la conducta israelí, tanto en el plano expansionista, como racista de su política. En cuanto a la parte palestina, apoyada por muchos países árabes, más las diferentes condenas incluida una desde Washington, podría aprovechar esta oportunidad, para juzgar el conjunto de las políticas israelíes, particularmente en su parte expansionista. Por que el muro es otra cara de la invasión colonialista y es su análogo, con todo su contenido de asalto armado sobre grandes superficies de territorios ocupados, siendo esta, la conducta colonialista, práctica habitual desde el fin de la guerra de 1967, hasta nuestros días. Esta política, fue acompañada de las formas más espantosas de castigo colectivo, perjudicando extremadamente, la situación en los territorios ocupados, al alterar ilegalmente su status con políticas evidentes de anexión de asentamientos ilegales (todos lo son), al estado hebreo, a través, del levantamiento del muro sobre tierras ajenas.
Al mismo tiempo que Sharon se jacta de que esta política, coincide con la visión del presidente Bush de dos estados vecinos, en realidad, es que dicha conducta expansionista, priva a los extenuados que viven bajo la ocupación, del primer y fundamental pilar para erigir su estado que es, la tierra de dicho estado, usurpada y expropiada. Así que el juicio legal sobre el muro, (al que habría que llamarlo como el muro de la anexión y la expansión, y no, como el muro de separación o segregación racial) tiene que convertirse en un juicio político, desde la instancia jurídico-internacional más alta, a pesar de la posición cobarde, de algunos países europeos, al afirmar, la inconveniencia de exponer el conflicto, al tribunal de La Haya. Dicho juicio político, señalará necesariamente que en uno de los lugares más vitales de oriente medio, existe desde hace mucho tiempo, un conflicto en forma de invasión y expansión y que los problemas internos de la zona, como la debilidad del nivel democrático, no son los únicos problemas como fanfarronean los neo liberales y los agentes del likud en Washington, puesto que, es difícil centrarse en el deseado cambio hacia la democracia, obviando los peligros tangentes que representa la continuidad de la ocupación, la cual, empieza a tomar de forma flagrante, el carácter de limpieza étnica, además, la existencia de dicho conflicto, es anterior a la aparición del fenómeno del terrorismo, en su ultima y conocida versión, ya que, la ocupación es la forma más avanzada y globalizante del terrorismo, siendo esta, la política oficial y pública de un puñado de extremistas del terror, con el sanguinario Sharon a la cabeza liderándoles.
Así pues, al mismo tiempo que la administración norteamericana, se está preparando para lanzar su campaña de democratización para oriente medio, proponiendo su visión en un marco internacional, es muy importante mostrar las profundas contradicciones de dicha propuesta, que aunque porte eslóganes correctos, licita la resurrección de formulas del antiguo colonialismo, una vez más, con todo lo que conllevan estas formulas, de políticas de limpieza étnica y tendencias racistas, siendo estas, unas odiadas prácticas que el mundo entero ya había condenado y cuyo último episodio, vimos en los Balcanes. A pesar de todo ello, trata la administración republicana de cubrir a los autores de dichas políticas, e incluso, compensarles, ignorando sus infracciones y sus desavenencias al principio genérico de la democracia, y contrariando la construcción de relaciones civilizadas, entre comunidades y estados cívicos.
Entonces la confrontación política y cultural, está abierta y asequible, entre los palestinos y los árabes por un lado, y la alianza norteamericana-israelí por el otro. Es una confrontación que encuentra un amplio eco en el mundo, puesto que, recuerda a los resultados del sondeo de la opinión pública europea, sobre los estados que representan una amenaza para la paz en el mundo y recuerda, que La Haya europea, es la sede del Tribunal Internacional de Justicia, sin que por ello, desistamos de promover iniciativas, para reformar estructuras internas árabes, necesarias para la democratización, y respondiendo a demandas subjetivas y no a dictados desde el exterior. La mejora y actualización de las estructuras internas, formaría un factor de soporte y apoyo para la confrontación con el exterior y es una condición fundamental, para ganar esta batalla que nos impusieron, incluyendo la batalla por el muro y más allá, al mismo tiempo.
Mahmoud Alrimawi es un periodista palestino, el artículo fue publicado el 16 de Febrero en el periódico Al-Khaleej, de los Emiratos Árabes Unidos.
Traducido por Jamal Halawa.
Colaborador, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 25 Febrero 2004.