El último episodio del muro que Israel insiste en levantar: Esconderse detrás de los muros del gueto – por Ahmad Ben Rashed Ben Said

Presentamos un artículo sobre el muro que se esta levantando en Palestina, a cargo de Ahmad Ben Rashed Ben Said, publicado en el periódico londinense Al-Hayat y traducido para nosotros por Jamal Halawa de El Inconformista Digital.

Análisis sobre el muro en Palestina
El último episodio del muro que Israel insiste en levantar: Esconderse detrás de los muros del gueto – por Ahmad Ben Rashed Ben Said

Israel anuncia que la construcción del muro dentro de las tierras de Cisjordania (cerco de seguridad), tiene como objetivo, proteger a sus “ciudadanos” de los ataques “terroristas”. Pero el muro (cuya construcción comenzó el pasado 23 de Junio de 2003) usurpa más tierras y más agua, convirtiendo la vida de las gentes que las habita en algo insoportable. El muro hasta el día de hoy, destruyó 16 pueblos con 200 mil habitantes, destruyó decenas de miles de acueductos de riego, causando daños a unos 200 mil olivos. Según declara el periodista palestino-estadounidense Ray Hanania, Israel arranca cientos de olivos viejos para venderlos a los comerciantes israelíes. Cada olivo de estos, cuya edad se remonta a la época romana, Israel lo vende a 10.000 $. La ciudad de Qalquilia, considerada como la despensa de la comunidad palestina, produciendo el 42% de sus necesidades agrícolas, ha sido completamente cercada, empujando al 10% de su población a la emigración en busca de trabajo.

Otras cifras son las siguientes: La longitud de la línea verde que separa Israel de Cisjordania, es de 350 Kms., pero el muro tendrá una longitud de 600 Kms. y una altura de 8 metros (el muro de Berlín tenía una longitud de 155 Kms. y 6.3 metros de altura). La barrera que hay paralelamente al muro, tiene una profundidad de entre 60 y 100 metros e incluye fosas, alambres, vallas eléctricas, torres de control y puestos para tomar huellas digitales. Cuando la construcción del muro haya finalizado, el 54% de Cisjordania estará en manos de Israel, lo que significa su anexión a la parte de Palestina ocupada en 1948. Alrededor del 80% de los asentamientos judíos estarán en la parte este de Israel. Decenas de tierras de cultivo fueron separadas de forma salvaje y horrenda, quedando sus dueños aislados al otro lado del muro, sin poder encontrar la forma de acceder a sus tierras para cuidar de ellas. Pero esto no es todo el escenario, pues como comentó el diario israelí Haartz el pasado 23 de mazo, Israel prepara la construcción de otro muro en el este de Cisjordania, a lo largo del valle del Jordán, para rodear a los palestinos desde atrás, calculando su longitud en 400 Kms.

La principal característica del muro, como dice el activista israelí del movimiento “Paz Ahora”, el Sr. Yuri Avniry: “Es su inhumanidad, ya que los diseñadores del mismo, ignoraron la existencia de seres humanos no judíos. Tomaron en consideración las colinas, los valles, los asentamientos y las circunvalaciones laterales, pero ignoraron absolutamente las barriadas y los pueblos palestinos, sus habitantes, sus campos, es como si no existieran”. Y añade el Sr. Avniry: “Se levanta el muro entre los niños y sus escuelas, los estudiantes y sus universidades, los pacientes y sus médicos, los padres y sus hijos, las aldeas y sus pozos acuíferos y entre los campesinos y sus campos. Es lo más parecido a una excavadora blindada que arremete en un pueblo, arrollando y destruyendo todo lo que encuentre en su camino sin contemplaciones. El muro raja miles de finas fibras que organizan el tejido de la vida diaria de la comunidad palestina”. Esta vida no significa nada para los diseñadores, por que sencillamente es “inexistente”. Cisjordania como dice Avniry, “está vacía de judíos” por lo que se considera, que está vacía de gentes, aplicándole la leyenda que divulgó el sionismo sobre Palestina, a finales del siglo XIX: “Tierra sin pueblo, para un pueblo sin tierra”.

Este prólogo, parece necesario para hablar de otros fines y objetivos del muro que anidan en la mentalidad israelí. El muro representa el continuo estatus separatista entre los judíos y “los otros”, y la tendencia a auto-encaracolarse y aislarse en guetos (algunos investigadores sostienen que la palabra gueto, procede de un barrio judío en la Italia del siglo XVI). El escritor Abdel-Wahab Almasiri en su libro “Enciclopedia sobre conceptos y terminologías sionistas: Visión critica” se refiere a esta tendencia diciendo: “Quien estudia el sionismo, observa la profunda huella que ha dejado la vida del gueto en la mentalidad y la psicología del judío, convirtiendo a “los otros” en malvados absolutos y al estado sionista, en el centro de la vida y la historia, haciendo de los asentamientos sobre tierras palestinas, la encarnación de aquel gueto, afirmando la forma de pensar dominante y que es producto del mismo, siendo ese pensamiento el que consagró el miedo y la seguridad al mismo tiempo, miedo a “los otros” y la seguridad dentro del aislamiento, puesto que no habrá seguridad ni paz, fuera del marco de la pureza judía”.

Desde la antigüedad, muchos judíos esmeraron su aislamiento partiendo de la creencia en la leyenda de ser “el pueblo elegido”, su superioridad sobre los demás seres humanos y su pureza racial. Después de su dispersión y extensión por Europa, eligieron residir en barriadas especiales para ellos, procurando mantener dicha pureza y practicar sus rituales religiosos, lejos de los ojos de “los otros” y los extraños. Pero el gueto que empezó como una elección voluntaria, se transformó en obligatoria en el año 1555, cuando el Papa Pablo IV ordenó que los judíos residieran en barrios privados para ellos, cerrando este por la noche y abriéndolo por la mañana, quedando dicho sistema del gueto, vigente en Italia, hasta mediados del siglo XIX, pero el calificativo de gueto se mantuvo, extendiéndose y aplicándose a la mayoría de las barriadas judías por Europa.

Vivieron la mayoría de los judíos en Europa durante la Edad Media, aislados tras los muros del gueto, siendo en el siglo XIX, cuando aparecen agrupaciones judías requiriendo a los judíos salir de su aislamiento y participar activamente en la vida política y económica, inspirándose en los movimientos de la ilustración europeos de la época. Entonces apareció el movimiento sionista contradiciendo dicho requerimiento, llamando a los judíos a “volver” a la tierra prometida y a aislarse de nuevo, pero esta vez, en un gran gueto que incluyese a la diáspora judía de todo el mundo. Muchos judíos se ilusionaron con el proyecto de usurpación de Palestina, pensando que evitaría la disolución de los judíos, otorgándoles más pureza y sublimidad. Así pues, la propia idea de Israel, fue completamente un proyecto de gueto y un proyecto de muro, así lo expresó el fundador del sionismo el Sr. Theodor Herzl en su libro “el estado judío” diciendo lo siguiente: “En Palestina formaremos parte del muro europeo contra Asia…Una base adelantada de la cultura contra la barbarie.” El ex ministro de exteriores Ava Eiban, aclara la idea del gueto en su libro “la voz de Israel” asegurando que el objetivo de Israel, no debe ser el de integrarse en el espacio árabe y musulmán, por que la nación judía según la ideología sionista, “debe vaciarse completamente de los árabes.”

Al poco de comenzar la Intifada del Aqsa y como consecuencia del incremento de las operaciones de martirio, que supo trasladar la lucha dentro de la Palestina ocupada en 1948, cayo la ilusión del gueto seguro, se derramó la sangre judía en las calles de la “tierra prometida”, en sus playas, sus estadios y sus mercados que ya no eran oasis donde abundan la leche y la miel. Ahí saltó el concepto del muro en la mentalidad sionista que, nunca dejó de santificar el lenguaje de los muros y las murallas. Martin Van Creifeld (experto estratégico israelí) indicó en marzo del 2002 que, la lucha contra los palestinos es “una lucha perdida desde el primer día y conducirá a nuestra aniquilación.” Para enfrentarse a dicho peligro, sugirió el Sr. Creifeld la construcción de un muro que separe a los palestinos completamente, sin puentes abiertos, sin relaciones económicas y sin visitas turísticas, añadiendo: “Estoy hablando de un muro de piedras, como el de Berlín o más grande aún, de manera que, sea tan alto, que ni los pájaros puedan atravesarlo.”

Son palabras que reflejan el miedo de lo que ha de venir, Creifeld y otros sionistas, saben que cometieron un crimen al usurpar la tierra y aterrorizar a sus ciudadanos durante un siglo, son conscientes que las victimas pueden vengarse si pueden, por eso rechazan la idea de cualquier arreglo que, garantice la permanencia de estas victimas sobre la tierra que ocupan. La solución según la visión sionista es la violencia, asesinatos, expulsiones colectivas, resecar la tierra de cualquier señal de vida, bien sea agua o árboles y construir los muros de hormigón que aíslan a las victimas, sin darles ni un centímetro de tierra.

El muro es una forma de sentirse autor del crimen, con miedo al castigo, creyendo en la inexorabilidad de la lucha y su eternidad. El rabino Meir Kahana, en una entrevista que le hicieron los autores del libro “los ayatolás de Israel”, declaró lo siguiente: “Habrá una guerra interminable, no por que Kahana la quisiera o no, sino por que los árabes, piensan que los judíos son unos ladrones y yo podría entender, este punto de vista de los árabes.” Asegura Kahana, que la solución no estará en integrar a los árabes o comprarles, sino en emigrarles a la fuerza, por que el árabe es orgulloso por naturaleza y no aceptará las soluciones a medias. Añade Kahana:”Cuando algunos judíos dicen a los árabes: Mirad lo que os hemos hecho, encontramos aquí a un desierto y lo convertimos en paraíso, el árabe le contesta desde una lógica concebible: Puede ser cierto lo que me estas diciendo, pero aquello era mi desierto y ahora se ha convertido, en tu paraíso. Entiendo perfectamente a los árabes, es de locos pensar que podemos comprarles. Tenemos un profundo sentimiento de culpabilidad que nos empuja a decir “comprémosles”. Por esta razón afirmo que los árabes deberían marcharse”.

Bajo la disminución de las probabilidades de expulsión, por falta de condiciones adecuadas para ello, Israel siente que debe vivir aislado, rodeándose por un muro salvaje que penetra como una serpiente dentro de la tierra palestina, devorando los cultivos, succionando el agua de la vida y oprimiendo a sus victimas para asfixiarles o forzarles a marcharse. A través del muro, Israel dice a los palestinos: Morid con vuestra ira, no obtendréis ningún bien, vuestra tierra es nuestra aunque halla un muro entre nosotros. Él, nos separa, pero no os otorga el derecho de posesión de vuestros campamentos, vuestras huertas, vuestro sol y vuestro aire. Solo nosotros poseemos la parte oeste y este del muro. El muro tan solo os tapa de nuestras vistas, alejando vuestras caras, para que no las veamos, dándonos un sentimiento de seguridad. Asegura nuestra leyenda de que no existís (Golda Meir lo expresó en una ocasión cuando dijo: No existe el pueblo palestino…como si nosotros viniéramos para expulsarlo de sus casa…Ellos son “los palestinos” inexistentes).

El muro plasma el sentimiento de los israelíes de extrañeza sobre la tierra y la zona en donde viven. No podrían fusionarse por que no forman parte de la geografía, ni de la historia, ni la religión, ni la cultura y ni la lengua, por eso han de replegarse y auto aislarse, ellos están aquí en oriente, pero no forman parte de él. El muro también, nos habla del complejo de superioridad y de sublimidad, puesto que según su punto de vista, les separa de la barbarie, la violencia y la desesperación, proporcionándoles una vida en paz y libertad. Pero, ¿Qué paz? Hay un refrán norteamericano que dice:”Puedes correr, pero no podrás esconderte.” No protegerá Israel la fortaleza del muro ni la espectacularidad de sus defensas, tampoco escapará de las acusaciones de sus victimas. Se pregunta el Sr. Dan Paron (profesor de psiquiatría de la universidad de Ben Gurion): “¿Por qué de pronto hemos decidido volver a la mentalidad del gueto, rodeado de murallas? Es que nuestro único pecado fue, que no observamos que aquí vive otro pueblo, habiendo sido perjudicado, de la manera en que ignoramos su existencia. Y añade: “Puede que ese muro sea la piedra angular de un gran gueto que se levanta aquí, un gueto donde es imposible salir más que hacia una única salida, hacia el oeste, hacia el mar.”

Es absolutamente imposible que, Israel tenga la capacidad de oír la verdad y ver la luz bajo la fobia que lo domina, sintiendo en lo profundo lo horrendo de su crimen. Al insistir en oprimir a los árabes y violar sus derechos, no puede hacer otra cosa más que fortificarse con más muros, fosas, minas, alambres y torres de control. No puede más que escapar hacia donde no hay escape, hacia el gueto sobre la tierra que, plasma los guetos que residen dentro del alma sionista, basado en la denegación y la extirpación. Lo sarcástico del asunto es que el muro se levanta en tiempos donde se desmoronan todos los muros, desvanecen las fronteras y el mundo se convierte en una aldea globalizada como dicen. Aún así, se edifica el muro que no tiene parangón en la historia contemporánea, con la comprensión de los estados “civilizados”, cuando aún no encontramos calificativos para describir su atraso ni su fealdad.

El muro de segregación, no es ninguna innovación entonces, pero puede que sea el último episodio de un relato de murallas y guetos.

Artículo publicado en el periódico Al-Hayat del Reino Unido. Londres, 8 Febrero 2004.
* Ahmad Ben Rashed Ben Said, es profesor de información política de la universidad del Rey Saud.

Traducido por Jamal Halawa.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 14 Febrero 2004.