El agua y las guerras del futuro – por Edmundo Fayanás

El agua significa vida y poder. Si vemos la historia, comprobamos que las grandes civilizaciones del mundo antiguo se desarrollan alrededor de fuentes fluviales, Egipto en torno al Nilo, Mesopotamia con el Tigris y el Eufrates, o la India con el Indo y el Ganges.

El agua es hoy un bien escaso. Naciones Unidas alerta acerca de que en el 2025, unos 2.500 millones de personas no tendrán acceso al agua potable y a los servicios sanitarios. Gran parte de las enfermedades que afecten fundamentalmente a los habitantes de los países del Tercer Mundo, serán producidas por la contaminación de las aguas.

Estamos asistiendo al rápido agotamiento y contaminación de las reservas naturales de agua potable, debido a la falta de eficientes políticas de saneamiento, a los inexistentes tratamientos de residuos industriales, al inapropiado destino de los residuos urbanos y a un uso descontrolado y desmedido del agua.

La expansión económica y el crecimiento demográfico, acompañados de estilos de vida de alto consumo, producción excesiva de residuos y de los modelos de desarrollo industrial vigente, han llevado al empleo cada vez mayor del agua.

La Comisión Mundial del agua valora que el consumo de la misma aumenta el doble que la población. En la actualidad, muchos ríos se secan antes de alcanzar el mar. El exceso de extracción del agua está agotando los acuíferos antes de que se recuperen de forma natural, los humedales disminuyen su tamaño; la contaminación hace que muchas fuentes de agua no sirvan ni para regar cultivos.

Es curioso ver como se distribuye el agua y la población en el mundo. Asia tiene el 60% de la población y sólo tiene el 36% de recursos hídricos. Europa con el 13% de la población dispone del 8% de recursos hídricos. África con el 13% de la población tiene el 11% de agua. América del Norte y Central con el 8% de la población dispone del 15% de agua. América del Sur con el 6% de la población dispone del 26% del agua. Oceanía con el 1% de la población dispone del 4% de agua.

Dos son los grandes problemas del agua, por un lado, el uso público/privado de los recursos hídricos; por el otro, ante la escasez del mismo es posible el enfrentamiento bélico entre naciones y pueblos.

Las grandes empresas del agua ( Betchel, Vivendi…) y las instituciones financieras y comerciales usan su escasez para promover un enfoque de la gestión de los recursos hídricos exclusivamente de mercado ( proporcionándoles enormes beneficios). Se argumenta que al privatizar los servicios del agua, se introducen “criterios de mercado” para las inversiones, que determinan las fuentes de las que se va a extraer agua, los consumidores racionarán su uso y las suministradoras privadas eliminarán las ineficiencias que reducen sus beneficios.

Pero las compañías privadas, por las reglas mismas de sus mercados y por su propio historial no son capaces de gestionar responsablemente el planeta, para qué hablar de sus propios sistemas de contabilidad. El capitalismo como desarrollo natural de la historia es un poderoso MITO. Si aceptamos la privatización de las empresas del agua de propiedad pública, nos marca el camino para el desastre de nuestro medio ambiente. Ejemplos claros de la mitología capitalista con los ENRON, WORLDCOM, PARMALAT…

La mejora de los servicios públicos es preferible a la privatización de los recursos de propiedad pública como el agua, los bosques, la pesca y nuestra atmósfera.

El desarrollo y gestión del agua debería basarse en un enfoque participativo, que involucre a usuarios, planificadores y administradores en todos los niveles y en todas las fases. En la medida que sea posible, los sistemas del agua deben gestionarse en el ámbito local, con criterios y límites que garanticen sistemas equitativos y sostenibles en el ámbito de las cuencas hidrológicas.
Uno de los retos del siglo XXI es evitar los conflictos entre naciones por el agua. Especialmente problemáticas son aquellas zonas o regiones en que un mismo sistema fluvial abastece a varios países. El control de los recursos hídricos es causa ya de conflictos en nuestros días, por lo cual, ya hay diseñadas estrategias militares y acciones bélicas para el control del agua.

¿Qué zonas son problemáticas?

El conflicto judeo-palestino, donde el río Jordán estuvo en el origen de la guerra de 1967. La población de la región aumenta donde el agua se hace escasa, agravando las tensiones. Libano acusa a Israel de tener planes sobre el río Litani. Siria también les acusa de no devolver los altos del Golán, porque estos poseen el 30% de sus reservas hídricas y están planteando aumentar la población judía. El mismo “muro de la vergüenza” está trazado en función de las necesidades del agua. Los israelíes de Cisjordania utilizan cuatro veces más de agua que los palestinos. El agua es uno de los problemas que impiden el acuerdo entre israelíes y palestinos.

Turquía ha sido acusada por Siria e Iraq de restringir el agua al continuar construyendo una serie de presas a lo largo del Tigris y el Eufrates, como la gran presa de Attaturk. Los turcos proyectan la venta de las aguas de su río Manavgat a Israel.

En Iraq, hay proyectos realizados por la empresa norteamericana Bechtel para realizar trasvases para Arabia e Israel, mientras que los iraquíes no la pueden disfrutar.

La cuenca del río Zambeze, ubicado en el sur de África, es uno de los sistemas fluviales más sobreutilizados del mundo. Los países que componen la cuenca compiten usualmente por sus aguas, aunque también muchas veces han sufrido inundaciones y lluvias torrenciales, como la de marzo del 2000, que estuvieron a punto de provocar una guerra con Zimbawe porque abrió la presa de Kariba, aumentando la catástrofe.

Egipto advirtió en 1991, que utilizará la fuerza para proteger su acceso a las aguas del Nilo, que también es compartido por Etiopía y Sudán. Si la población continua creciendo, la competencia por el agua podría convertirse en feroz.

Los enormes ríos del África Occidental han empezado a perder caudal y en consecuencia la economía de los países ribereños han entrado en crisis. Ghana se he tornado totalmente dependiente del suministro eléctrico de la presa de Akosombo, sobre el río Volta. Malí, uno de los países más pobres del mundo depende del río Níger, para su alimentación, transporte y agua; pero está en grave riesgo de una gran catástrofe medioambiental, ante el nivel de contaminación que presenta. En Nigeria. País con más de 127 millones de habitantes, la mitad de la población no tiene acceso al agua potable.

Paraguay, que dispone del acuífero guaraní, la más importante reserva subterránea de agua dulce del mundo, es presionado como otros países latinoamericanos por el Banco Mundial, multinacionales y grandes grupos económicos, para que privaticen sus compañías de agua. El foro social del agua, celebrado en la ciudad de Araraquara( Brasil) planteó la defensa de la soberanía de los pueblos sobre sus recursos naturales, porque las multinacionales ven en ellos un gran negocio, no buscando su utilidad humana ni un uso racional de los mismos.

Mucho deberemos trabajar para extender la nueva cultura del agua y de la paz, para evitar las futuras guerras por un elemento tan vital para la vida del hombre como es el agua. ¿Qué decir de España? El trasvase del Ebro que plantea el PP, está planteado como dice Pedro Arrojo, como un ejemplo de especulación financiera y de constructoras.

Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Profesor de Historia.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Toledo, 29 Enero 2004.