Aunque en otros aspectos estoy de acuerdo con el análisis de Pedro Prieto, me parece un grave error menospreciar la inteligencia del adversario político.
¿Cómo atribuir a Carod-Rovira la insensatez de pensar que sus contactos con ETA iban a permanecer ocultos, y que no tendrían las repercusiones que hemos visto? Máxime cuando sus contactos previos con ETA ya suscitaron, en años anteriores, una reacción proporcionalmente parecida. Lo que ocurre es que quienes son sus socios de gobierno no pueden reconocer hoy que el error lo han cometido ellos al introducir ese caballo de Troya, que tan pronto y tan eficazmente, apenas elevado a conseller en cap de Cataluña, y ante las elecciones generales, ha hecho lo más que podía para dinamitar el PSUC y el PSOE, ya que, en palabras del mismo Rovira, confirmadas por la práctica, el proyecto político de ERC, como el de ETA, encuentra un mucho más favorable caldo de cultivo cuando gobierna el PP.
Cuanto más tarde la ciudadanía en abrir los ojos ante la realidad, más difícil y doloroso será curarnos de los males que nos están agravando tanto estos separatistas sin escrúpulos por un lado como sus aliados objetivos, esos bomberos incendiarios del PP, que provocan y separan los pueblos de España para ofrecerse después como imprescindibles salvadores de la patria, siguiendo, con métodos adaptados a los tiempos, tácticas aprendidas por el fundador de su partido cuando era ministro clave del régimen anterior.
Martin Sagrera Capdevila.
Madrid.
Cartas de los lectores.
Incorporación – Redacción. Toledo, 29 Enero 2004.