Aunque cada vez me desentiendo más de la política nacional, que sobre todo en época electoral me parece muy bastarda, no me resisto a hacer algún comentario sobre los rasgados de vestiduras respecto de la entrevista de Carod con ETA.
Empecemos por Carod y su partido, que dice ser izquierdista republicano, dos cosas que valoraría, si fuesen ciertas. También se declara pacifista, pero eso no es un mérito, porque hoy se declaran pacifistas hasta los que nos meten en una guerra. Al revés, hoy lo revolucionario (y eso no se declara ni Carod ni ERC) sería decir que hay que hacer la guerra, y además sin cuartel, al capital. Y finalmente se declara y declara a su partido independentista, lo que me parece algo anodino.
Porque uno tiene, efectivamente, derecho a declararse independentista, pero vistas las cosas, para cumplir ese sueño de la independencia hay que empezar por ser independiente militarmente, ya que sin ese requisito previo, ser independiente económico del poder que ellos denominan con asco “central” (refiriéndose a ese triste suburbio que es Madrid) no sirve para mucho.
Y lo peor es que ese “centralismo” que odian, no es más que un pingajo de servilismo al gran capital que vive extramuros de esta patria mía, si un tiempo fuerte, etc. etc., aunque aquí haya algunos que se regocijan anunciando a bombo y platillo sus opulentos Botines, así, con mayúsculas. Malamente podrá alcanzar independencia económica del «centralismo español», si el propio centralismo español es a su vez lacayo de intereses económicos ajenos y espúeros.
Y separarse o independizarse de ese capital ya es otra cosa. Y si no, que digan qué es lo que son capaces de hacer cuando las empresas multinacionales se les van a por mano de obra más esclava aún. Lo único que les he visto hacer, son amagos de amenazas veladas de nacionalista estrecho.
Uno no puede ser revolucionario y de izquierdas y luego pretender que en su chiringuito o jurisdicción se quede la riqueza para poder tomar el lugar del visir capitalista, en lugar del visir actual y actuar de la misma forma. Esa es la visión del nacionalismo estrecho. Mucho negocio para mi terruño y yo a tener cuantas saneadas con los demás: es decir, que los demás me compren lo que me interesa (todo lo que pueda, sin límites y cuanto más, mejor) y yo, si puedo, procuraré o no comprar nada o comprar como compra el imperio, imponiendo precios y condiciones leoninas a los demás, tanto en la compra como en la venta. Cuanto mejor se de este esquema, mejor vivirán los míos. Y a los demás, que los zurzan, que yo soy nacionalista primero y si acaso, revolucionario y solidario de ONG, como mucho, después.
Otra cosa ininteligible de este ciudadano, es que se ponga a hablar con ETA, cuando sus preocupaciones políticas son, confesadamente, de ámbito nacional catalán. No porque con ETA no se pueda hablar, como dicen los que se rasgan las vestiduras con tijeras de hipocresía infinita, después de haber negociado ellos con la misma organización y además, múltiples veces. No.
Como dice el periodista Javier Ortiz, con razón, si se habla con el enemigo incluso en guerra, ¿cómo demonios no se va a poder hablar con ETA? No. El problema es que un confeso nacionalista catalán, cuando habla con ETA, que atenta contra personas (en el año 2003 se contaron con los dedos de una mano las víctimas mortales de ETA) generalmente en el País Vasco y por extensión, a veces en España, está poniendo los pies cándidamente fuera del tiesto.
Por ello, lo agarran los buitres del PP y lo destrozan, diciendo que estaba intentando negociar el fin de la violencia exclusivamente en Cataluña. Lo pillaron como a un pardillo. Luego sale un Carod cariacontecido y trata de explicar que él no estaba negociando el fin de la violencia sólo en Cataluña. Como dicen los argentinos, le ha puesto el balón a la derechona para patearlo a la red desde la línea de portería. Porque si estaba negociando el fin de la violencia etarra a exclusivamente para Cataluña, estaba correctamente situado en su función confesada de político de ámbito exclusivamente regional, digamos nacionalista catalán, pero estaba haciendo una negociación jodidamente sesgada e inútil, parcial, torticera y de clan.
Y si estaba negociando para obtener el fin de la violencia, que ETA ejerce en todo el territorio español, estaba siendo muy humano, si, pero se estaba saliendo jodidamente del tiesto nacionalista catalán, en el que él dice querer actuar exclusivamente. ¿En qué quedamos, Sr. Carod-Rovira? Le agarraron por los cataplines.
Y luego, el cinismo agudo del político. Si no tiene problemas de conciencia para hablar con ETA del fin de la violencia (yo no los tendría si algún día me llamasen) ¿por qué coño no se lo dijo a su compañero de aventura electoral y superior político, el Sr. Maragall? Esa simple contradicción ya debería ser motivo para una dimisión irrevocable y voluntaria, por conciencia oscura y torticera. ¿Cómo puede alguien creer a un político con este tipo de dobleces? ¡Coño, dignidad y rectitud hasta el final! Si crees que debes hablar con ETA, no te ocultes y no se lo ocultes a aquellos con quienes gobiernas en Cataluña. Y si tus aliados no están de acuerdo y es una cuestión de principios, no formes alianzas y vete a negociar con ETA, en cuanto te lo pidan. No tendrás barcos, pero tendrás honra.
Luego, está un nefando PSOE, que sabiendo quien era, se alió con ERC. De mensaje vago, anodino y sin lustre, este Zapatero anda siempre a la zaga de las ideas fascistoides del PP. No encuentra su lugar, perdido el norte socialista, perdida la base obrera, perdidos los fundamentos y viviendo con apenas las subvenciones que les da el poder verdadero, para poder aparentar que tiene contraparte democrática. Estos elementos pactan con Dios y con el diablo para decir que gobiernan, para aparentar que están subiendo en “intención de voto” (eso es lo único que parece preocuparles: las “intenciones” ajenas y no las ideas propias)
El silencio del primer día, después de que el ABC sacase la mierda de debajo de la alfombra, cuando no las patéticas declaraciones de “yo no se nada de lo que pasa en Cataluña: que pregunten a Maragall”; el otro portavoz negando a Jesús tres veces. Maragall en silencio espeso, sin saber si quitarle algo de poder a Carod, o quitárselo todo y dejar que el chiringuito se le venga abajo, sin haber colocado todavía los dos mil altos cargos propios, que pensaban desalojar de CiU; el propio Carod, diciendo que había presentado su dimisión al presidente, pero diciendo a continuación y a toda velocidad que no se la había aceptado y amarrándose al cargo. Patético. La sede de Feraz atenazada por los sondeos, por los editoriales que les crujen por todas partes, presionada por los campañeros (los que llevan la campaña) para que hagan algo. Y el lábil Zapatero saliendo al día siguiente diciendo que ahora si, ahora exige a Maragall que acepte el cese de Carod (¿No habíamos quedado que lo que pasa en Cataluña que se lo pregunten a Maragall?).
En fin, triste y lamentable.
Pero lo más triste del espectáculo, es lo que queda detrás de los bastidores. Tengo la convicción de que este simple de Carod, se creía que iba a negociar algo, sin tener poder y sin estar autorizado a nada. Tengo una hipótesis.
Cuando fue allí, sabía ya de sobra que no podía sacar a nadie de la cárcel o amnistiarlo, porque manda menos en esas cosas que la Tomasa en los títeres. Sí pudo hacerlo Vera en su día, pero no este pingajo, con humos de negociador de primera instancia. Y sin embargo fue. Sabía que no iba a sacar nada en claro y fue. Queda para él explicar algún día, de forma más convincente que lo que ha explicado hasta ahora, por qué lo hizo.
Un político de este nivel no tiene excusas para cometer ese error. Sabe que ETA debe estar absolutamente penetrada por espías del CNI. Y si no es estúpido, debería saber que cualquier contacto suyo con ETA, al día siguiente estaría en un informe por triplicado en la mesa del director del CNI. Si pensaba que sólo se iba a enterar el presidente de ERC, es que es un pueril. Y si sabía que se iba a enterar el CNI, es que era un suicida.
Efectivamente. Al día siguiente lo debía saber el CNI. Al otro día lo debía saber la cúpula del PP, porque lo sabía todo el gobierno. Y si lo sabían, ¿por qué no se lo soltaron a ABC hasta ayer?. Muy sencillo: porque da mucho gustirrinín disponer de esta guillotina tan bien afilada y de un patíbulo adecuado. La venganza que se sirve en plato frío y estos tenían ganas de venganza y sed de poder.
Esperaron, estos cuervos a la mejor conjunción posible de los astros electorales. Y pusieron la cabecita inocente de la María Antonieta-Zapatero en el agujero, prepararon cuidadosamente una conferencia internacional sobre terrorismo en España, invitaron al príncipe de moda a hablar y sacaron a los angustiados familiares de las víctimas a hacer declaraciones dramáticas sobre la inutilidad del terrorismo y los dolores que causa a inocentes.
En una España y en un momento en que ETA había asesinado a un puñado escaso de personas en 2003, aunque el gobierno hubiese enviado a varios miles de soldados a invadir tierras ajenas y eso hubiese costado cerca de cien vidas, que también se cargan a la cuenta de los “terroristas” iraquíes y no a la de los que los enviaron allí a invadir tierras ajenas contra los principios de la Constitución, que tanto dicen respetar y del sentido común, que no saben lo que es.
Uno va para viejo y no cree que estas cosas sean inocentes. Y entonces soltaron la bomba en ABC, muy sincronizada con la conferencia internacional sobre el terrorismo. En total, portada y veinte minutos de Urdaci sobre el tema. Luego algunos se quejan de que estos elementos tengan salarios multimillonarios. Un primo mío suele decir que María Antonieta decía “hasta ahora vamos bien” mientras subía al cadalso y eso es exactamente lo que estaba haciendo el inocente Zapatero ayer. Hoy su cabeza definitivamente cortada por las aves de rapiña, gimotea en el cesto, inconexos síes y noes, para solaz y disfrute de los ejecutores, que probablemente han usado y abusado de los informes de los servicios secretos para sus fines electorales.
Misión cumplida. Tenemos PP para otros cuatro años y tenemos simulacro de democracia. El que no quiera PP, que vote al PSOE. Y para los irreductibles, existe hasta la posibilidad de poner el voto en los orinales de las izquierdas fragmentadas, sin acceso a los medios, o en los nacionalismos, que uno ya no sabe si son así de incautos o es que hacen cursillos para conseguirlo.
Pedro Prieto. Madrid.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Madrid, 28 Enero 2004.