Estamos en guerra… y no lo sabemos – por Edmundo Fayanás

Dos bloques pelean esgrimiendo como armas, sus divisas. Su campo de batalla y el alineamiento de los ejércitos es aún difuso y oscuro. Estamos asistiendo con sorpresa como el dólar pierde valor, mientras que el euro se revaloriza cada vez más.

¿Qué está pasando?

La guerra de Irak, tiene su origen en el dominio del petróleo pero también en el dólar. El osado Sadam Hussein decide cobrar la venta del petróleo en euros y no en dólares, eh ahí el problema. El venezolano Hugo Chávez decide que el petróleo se pague en euros o en dólares, se le hace un golpe de estado. Rumsfeld califica de forma despectiva de vieja a Europa. La actuación de Polonia y España en la guerra y en la Constitución europea haciendo de caballo de Troya de Estados Unidos, con el objetivo de boicotear a Europa. Todo va teniendo sentido.

El enemigo principal de Estados Unidos no es Bin Laden ni el terrorismo, sino el euro. Su mayor fragilidad es el dólar, que profundiza la recesión norteamericana, aumenta el déficit y fortalece a la divisa europea.

Estados Unidos puede perder a manos del euro su dominio de las finanzas mundiales. Richard Perle, fundamentalista como Dick Cheney, y Rumsfeld, cerebros todos ellos del “Proyecto para un nuevo siglo americano”, recomendaban aumentar el presupuesto militar para poder librar y ganar múltiples guerras simultáneas. Este es el camino emprendido por la Administración Bush. Por una rara ironía de la historia, esa estrategia podría sucumbir ante la debilidad de su moneda, doblegada por el euro. Esto los norteamericanos lo saben, esa es la guerra declarada al proyecto de Europa y de su moneda.

La guerra dólar-euro amenaza con romper el mercado y las finanzas mundiales. Su resultado decidirá el destino del desarrollo de los centros de poder y quién estará en la periferia. Se trata, de la última etapa del imperialismo, “el de la integración mundial del capital financiero”.

Lester Thurow, asesor de Bill Clinton, en 1996, decía “Estados Unidos ganó la guerra fría pero en este presente de cambios en torbellino, padece más que disfruta, su condición de única potencia militar… No son las armas la respuesta en el mundo multipolar, sino la habilidad para colocar capitales, ganar mercados y dominar con otro estilo, en guerras que no dejarán muertos sino grandes espacios económicos que pasaran de mano en mano”.

La situación económica norteamericana es muy preocupante, sus cifras nos señalan una economía al rojo vivo. Veamos. En el 2002, el déficit por cuenta corriente ha sido de 503.400 millones de dólares, el 5% de su PIB. El déficit del presupuesto fiscal fue de 304.000 millones y representa el 3% de su PIB, preveyéndose que éste aumente en el 2003, al 5%. Su deuda externa es de 2,8 billones de dólares. Cualquier otro país con este cuadro estaría en bancarrota.

Su situación interna no es mejor, sus ciudadanos deben 6 billones de dólares y el 10% de la cartera de créditos bancarios no se cobraran, lo que pone en duda la solvencia del sistema bancario norteamericano.

Para salir de la crisis plantean emitir dólares sin límite. Para Ben Berarke, uno de los gobernadores de la Reserva Federal dice “El gobierno de los Estados Unidos tiene una tecnología llamada maquinita… que permite producir tantos dólares como desee esencialmente a ningún coste”. El propio presidente Alan Grespan lo confirma “la Reserva Federal estimulará la economía y para hacerlo no existe ningún límite a lo que podríamos inyectar ( dinero) al sistema”.

El valor de la moneda está en función de la economía del país, no puede tocarse “la maquinita” sin alterar su valor. Pero en el caso del dólar no sucede porque es la moneda mundial con la que se realiza el comercio. El dólar adquiere pues un valor fiduciario. Su garantía es la confianza en la solidez económica estadounidense. Pero como vamos comprobando, ese valor está desapareciendo.

El dominio del petróleo es el lugar donde se pelea la actual batalla. En estos momentos, Rusia e Irán quieren fijar el crudo en euros. El jefe del Departamento de Análisis del mercado de petróleo de la OPEP Javad Yurjani dice “en tanto el comercio bilateral entre Medio Oriente y la Unión Europea se incremente podría ser realizable cotizar el petróleo en euros considerando que Europa es el principal socio económico de tal región”. Advierte que “el petroeuro podría potenciar mayores lazos entre estos bloques por el incremento de su intercambio comercial y ayudando a atraer las muchas necesitadas inversiones europeas en Oriente Medio”.

Si el petróleo se vendiera en euros, Estados Unidos pagaría un 20% más. El problema es también geopolítico, porque teniendo el 6% de la población mundial, necesita más del 25% de la producción petrolera del planeta, teniendo que importar el 45% de su consumo. Las dos terceras partes provienen del Medio Oriente y por supuesto le interesa que se pague en dólares porque así le resulta más económico.

Irán pasó recientemente el 35% de sus reservas en dólares a euros. Según el Financial Times, los saudíes ya han retirado más de 100.000 millones de dólares de los 800.000 que tienen en los Estados Unidos. Esto es a lo que realmente tienen miedo. El bocado que el euro podría devorar gracias a un dólar débil incluye los 9 billones de dólares en activos dolarizados de extranjeros en Norteamérica. Esta situación está provocando la desconfianza externa y es el origen de que cientos de millones de dólares estén emigrando al euro.

La moneda de la Unión Europea conserva una mayor seguridad gracias a los criterios de Maastricht, que son unos muy rígidos y rigurosos, que custodian al euro para eludir un destino similar al dólar. Europa está intentando sumar a su área monetaria de influencia a Rusia y China, con lo cual posibilitaría que el euro se convirtiese en moneda refugio e ir desplazando al dólar. Todo esto, la Administración Bush lo sabe, siendo conscientes de las debilidades que tienen, por eso su estrategia de lucha contra el terrorismo consiste en atemorizar, provocar miedo en la gente y así que estén distraídos, cuando la verdadera batalla es la económica, pues al dólar le ha salido un competidor muy fuerte, el euro. La Administración Bush está jugando fuerte para evitar que Europa se convierta en un referente tanto en economía, como política o modelo social.
De ahí, que resulta difícil explicar la actitud de Aznar, haciendo de traidor en Europa, por encargo de la administración Bush. A uno le puede gustar más o menos algunos aspectos de cómo va Europa, pero lo que nunca se puede hacer es traicionarla.

Eso es lo que han sentido los gobiernos europeos con la actitud de Aznar. Y esto va a tener un coste, que lo sufriremos todos, desde la desaparición casi total de las ayudas europeas, a poner todos los obstáculos posibles a las redes de comunicación con Francia, aspectos estos fundamentales para el desarrollo del país.

Este Aznar, que va repartiendo títulos de patriotismo a aquellos que tienen su visión y de antipatriotas a los que no coincidimos con él. ¿Como podríamos calificar la actitud de Aznar? La moneda de España es el EURO, cualquier ciudadano la debe defender pues es signo de independencia, entre otras cosas, con más razón un presidente de Gobierno. Aznar en contra de la opinión pública española, sin debate parlamentario, nos embarcó en la guerra de Irak, traicionando a Europa y volviendo la espalda a su moneda, es decir, la nuestra. ¿A qué saben como Aznar calificaría ésta actitud si lo hubiera hecho otra persona?

Nunca este hombre, llegará a entender el desastre que su política personalista ha provocado en este país. Todos debemos luchar por nuestra moneda, no para que sea hegemónica, pero si para que Europa haga de contrapoder, para extender la democracia, la tolerancia, la multiculturalidad, el multilateralismo, etc.

Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Profesor de Historia.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 19 Enero 2004.