Irán, miseria y muerte – por Emilio Sales Almazán

Contemplo, en un libro sobre lugares “de ensueño” de nuestro planeta, la ciudad iraní de Bam. Una impresionante fotografía da una imagen de la antigua urbe desde la fortaleza, extendida junto a un hermoso palmeral.

Ese oasis que servía y sirve de salvación tras el periplo por esas rutas que antes transitaban caravanas cargadas de ricas mercancías provenientes de la India y que atravesaban Persia. Cercana a las fronteras de Afganistán y Pakistán, en esos vergeles se olvidaban por unos días las penurias del camino, donde las temperaturas son extremas y existen montañas con cimas de más de 4.000 metros de altitud.

En esta zona la tierra ha temblado y la muerte asola pueblos y aldeas, desde Kerman a Bam. Se habla de 40.000 muertos.

Pero desde el primer instante se ha estado hablando de un desastre de la naturaleza, y aquí discrepo y me uno a la opinión de un periodista, Javier Ortíz, que en un interesante artículo argumenta esta cuestión de manera nítida.

El terremoto es una acción de la naturaleza, claro está, pero sus consecuencias y el desastre causado es simplemente una acción humana, ya que las edificaciones construidas no tienen nada que ver con la naturaleza, son, simple y llanamente, intervenciones de la mano del hombre.

Veamos pues. Como bien se refleja en varias informaciones, unas horas antes en la ciudad de Los Angeles se había producido un temblor de tierra de mayor intensidad. Allí, en la ciudad californiana, apenas tuvo gravedad en cuanto a mortandad de población. Dolorosa es la muerte de dos personas, pero en Irán las cifras se multiplican por mas de veinte mil. ¿Cuál es la diferencia?. Muy sencilla. Hay lugares en el rico y opulento “primer mundo” donde se han tomado medidas en la edificación de las viviendas, se ha actuado en el plan urbanístico para minimizar en lo posible las consecuencias de seísmos, temblores de tierra o terremotos, los sinónimos son varios. Estas actuaciones son costosas económicamente hablando. Irán y otros países como él, mejor dicho, ciertas zonas de esos países, son pobres. No interesa invertir en esos territorios, no viven las clases dominantes o poderosas. Debemos de pensar que en los países de ese “primer mundo” hay partes de miseria y pobreza, son lo más parecido al “tercer mundo”, y en este coexisten la mayoría paupérrima con espacios propios de aquel mundo acaudalado y próspero. En muchos casos, dirigentes y gobernantes títeres colocados por el poder económico, viven de forma opulenta, llevan a sus hijos a las mejores universidades y colegios de occidente, mientras la población muere en la miseria y el abandono.

Resumiendo. Al tiempo que en el vecino Iraq los países invasores despliegan su arsenal militar para conseguir esquilmar la riqueza petrolífera de su suelo, en el vecino Irán la muerte visita con su siniestra sombra. Sin embargo se sigue hablando del terrorismo internacional para justificar la ocupación. Irán también está amenazada por el trío de las Azores y sus acólitos. La miseria, la pobreza, el hambre, causa muchos más muertos que ese supuesto terrorismo. Pero son muertos de menor categoría, o de ninguna.

Emilio Sales Almazán. Talavera.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 2 Enero 2004.