La agonia de la paz – por Jamal Halawa

La verdad es que llevo tiempo reflexionando sobre lo que he de escribir, son tantos los acontecimientos que suceden y con una virulenta velocidad, lo que hace que el orden de prioridades se entremezcle, y la confusión a la hora de tratar de formar un texto legible y entendible, una difícil tarea de codificación, para eludir utilizar vocablos altisonantes que califiquen con fidelidad, la actual política de la extrema derecha neo-liberal y sus aliados del lobby judío-sionista, tanto en EEUU como en Europa, así como, a los politiqueros que la sustentan. Es tan profundo el cabreo que llevo dentro, que me planteo a menudo si debo escribir o dejarlo unos días más. Pero entonces, suceden más cosas que no te da tiempo respirar, aumentando indefinidamente, la fiebre de los argumentos que tenía pensado plasmar en palabras y eternizando la postergación del mensaje.

Cuando a finales de los ochenta se veía venir el colapso del bloque soviético, y la maquinaria de espionaje y propaganda de EEUU, ya estaba preparando como siguiente enemigo y peligro para su paz, a árabes y musulmanes, con sus movimientos de liberación nacional y regímenes insumisos, a la cabeza, no imaginaba la magnitud de la conspiración a nivel planetario que se estaba preparando y que solo estamos presenciando, sus principios. Sabíamos desde la creación del movimiento sionista, allá por el año 1897, de la existencia de una conspiración colonial para dominar los recursos naturales de Oriente Próximo. Dicho movimiento creado por grupos de poder judío-europeos, decide la creación de un estado-nación de mayoría étnicamente judía en Palestina, que a su vez, era una de las provincias del imperio otomano. Entonces los judíos palestinos representaban el 6% del total de la población, por lo que, la misma idea del sionismo de crear una nación de mayoría judía, implicaba necesariamente una estudiada y sistemática estrategia de limpieza étnica, acompañada de unas masivas campañas de reclutamiento de inmigrantes judíos de todo el mundo, utilizando el chantaje religioso-emocional, como aliciente, y beneficiándose del sentimiento anti-judío que a lo largo de la historia, hizo de los judíos europeos, objetivo de severas persecuciones, matanzas y éxodos y cuyo ultimo episodio, en aquellas fechas, fue la matanza de judíos rusos en la Rusia zarista de 1882. De hecho, hay quien afirma que aquella matanza fue, el desencadenante para la toma de decisión, por parte de importantes banqueros e intelectuales judíos en Europa (con el periodista suizo Herzl a la cabeza del proyecto), para crear un estado-nación para todos los judíos del mundo.

Este breve repaso histórico, se hace necesario para poder entender la continuación de la política sionista en la actualidad, que no se ha movido ni un ápice desde aquellas fechas, y nos ilumina el análisis del porqué los continuos fracasos en los procesos de paz en Oriente Próximo, donde el derecho de los refugiados palestinos a retornar a sus hogares en la Palestina ocupada por Israel y su indemnización, según recoge la resolución 194 del consejo de seguridad de la ONU en 1948, convierte el sueño sionista de crear una nación de mayoría judía, en una pesadilla de la que se hace responsable a la: “Propia existencia del pueblo palestino, a su rechazo a renunciar a tal derecho y a su incapacidad de comprender el pragmatismo en la política.”

En la actualidad somos unos 4.5 millones de palestinos aproximadamente que seguimos esperando volver a nuestros hogares, esto es más del 50% del total de los palestinos ¿Qué se supone que debemos hacer? ¿Renunciar a nuestra identidad y nuestro derecho al retorno para que el proyecto sionista sea realizable? El problema de los palestinos que aún viven en la Palestina histórica, cercados en unos gigantescos campos de concentración jamás vistos a lo largo de toda la historia de la humanidad, ¿Qué pasará con ellos, si los que estamos fuera renunciáramos a nuestro derecho al retorno? Alguien cree de verdad, que los proxenetas de la historia los sionistas, dejaran que sigan allí en los campos de concentración de Cisjordania y Gaza. El problema del sionismo, es el problema de todos los proyectos racistas y fascistas de la historia, niega el derecho a la existencia, al que es diferente a él. Con el muro de la infamia que están construyendo con la complicidad de EEUU y Europa, estos hijos del olvido, pierden cualquier referente moral o ético para recriminar a nadie, los excesos que se cometieron contra su pueblo, por que sería un insulto para las propias victimas judías.

Cuando concluya la construcción del muro, Cisjordania quedará dividida en tres cantones separados entre si, por asentamientos judíos y se habrá usurpado un 46% más de Cisjordania. Si a ello añadimos, que Cisjordania y Gaza, ya representaban el 22% de la Palestina histórica, y que los palestinos ya aceptaron construir allí su estado, según los acuerdos de Oslo, una vez terminado el muro, a los palestinos solamente les quedará el 12% de la Palestina histórica para construir un estado inviable, entre alambres y muros y a merced del ejercito de delincuentes y asesinos sedientos de sangre, del estado de Israel.

La dimensión del drama del pueblo palestino, toma horizontes de incalculables alcances, tanto en el plano árabe- musulmán, como en el plano mundial. La injusta e ilegal guerra contra Irak por parte del incalificable trío de las Azores, que pasaran a la historia como el trío de la vergüenza, el trío de los asesinos o el trío de la infamia global, dicha guerra, no ha hecho más que aumentar y profundizar en el drama del pueblo palestino, y la desesperanza respecto a cualquier futurible proceso de paz, dando manos libres al gran maestro del trío de la Azores, el delincuente Ariel Sharon, para seguir construyendo el muro, reprimir al pueblo palestino y asesinar a diario, a niños, ancianos, mujeres y de vez en cuando, algún líder de la resistencia de la Intifada, sin contar la sistemática destrucción de bloques de casas civiles, campos de cultivo, árboles frutales, medidas de represión colectiva contra la población civil etc.

Cuando advertíamos que Palestina era el laboratorio, de lo que iban a hacer en Irak, pocos nos creían, ahora es difícil distinguir las imágenes que nos vienen de Palestina, a las que vienen de Irak, ocupación, asesinatos, humillaciones, torturas y represión con toda regla y a todas luces, en contra del derecho internacional, carta de derechos humanos de Ginebra y todas las leyes humanitarias conocidas hasta la fecha.

Veo con pesimismo lo que aún ha de venir, veo agonizar la paz que tanto ha costado a la humanidad construir y veo repetir la historia una y otra vez, ensañándose con los pueblos débiles, ajenos a las crisis cíclicas del capitalismo y su necesidad de ir a la guerra, para regenerar sus economías, pero sobre todo, ahora más que nunca echo de menos, un fuerte movimiento de la clase trabajadora de los países capitalistas, concienciada, sólida, tenaz y solidaria para aunarse a la lucha por la paz que, algún día entre todos, hemos de reconstruir.

Jamal Halawa. Olias del Rey. Toledo.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 24 Diciembre 2003