Un hombre con semblante cansado y sucio, muy semejante a los vagabundos de nuestras ciudades occidentales, fue apresado ayer al sur de Tikrit. Lejos queda el Saddam Hussein que hizo y deshizo un Iraq a su semejanza.
El ex presidente de la República de Iraq vivía en un zulo
Rojo Anochecer fue el nombre de la operación destinada a la captura de Saddam Hussein. La 4ª División de Infantería del ejercito norteamericano empezaba a delimitar la zona a las 10 de la mañana al sur de Tikrit, horas más tarde, los más de 600 soldados destinados a la operación dieron con el “zulo” en la localidad de Ad Daur.
A las 20.00 horas (18:00 en España), Saddam Hussein ya se encontraba en manos del ejercito norteamericano. Un hombre de edad avanzada, con una gran barba canosa y sucia, salía a la superficie de su “zulo” sin mostrar la menor resistencia. Según fuentes del ejercito norteamericano en la choza adyacente al “zulo”, donde fueron detenidos dos iraquíes más, fue encontrado un maletín con 750 mil dólares y dos fusiles AK47 ( Kalasnikov).
Golpe mediático y efectos psicológicos
Saddam Hussein fue llevado a una base norteamericana –en paradero secreto y por lo tanto indeterminado- donde fue sometido a un examen medico y a un primer interrogatorio. Paul Bremer –gobernador civil de Iraq- desde Bagdad daba la noticia en una rueda de prensa “lo tenemos” gritaba. Al poco la prensa podía ver las primeras imágenes del ex presidente por la pantalla, un hombre de 66 años con una gran barba y semblante cansado, al que le estaban mirando los dientes.
Rápidamente los presidentes de las potencias aliadas, se autofelicitaban por la captura del ex dictador.
George W. Bush “Ha terminado una era oscura y dolorosa para los iraquíes. Esto representa el final de Saddam y de todos aquellos que mataron y abusaron de la población en su nombre».
«Esto confirma una vez más que no habrá vuelta atrás para el régimen de Saddam. Para la mayoría de los iraquíes este arresto demuestra que han desaparecido las torturas y la policía secreta».
Rematando con «todavía nos enfrentamos con terroristas que prefieren seguir matando a inocentes que aceptar que haya libertad en el corazón de Oriente Próximo. Estos hombres son una amenaza directa para la población americana y serán derrotados».
En España también José María Aznar se explayaba: «Él es el causante de todo el sufrimiento y la pobreza del pueblo iraquí y ha llegado el momento de que pague por sus crímenes».
Continuando con: «es una muy buena noticia para los que deseamos un mundo en paz, libre de dictadores y lleno de democracias que respeten los derechos humanos».
En primavera George W. Bush se enfrentará a elecciones presidenciales, la captura de Saddam Hussein puede resultar un activo importante para hacer balance positivo frente al inmenso pasivo que acarrea por las muertes de soldados norteamericanos en Iraq en manos de la Resistencia. José María Aznar no se presentara a las elecciones generales en primavera, pero si su substituto y candidato Mariano Rajoy, que deberá hacer frente a un duro examen que no parece falto de sorpresas.
Saddam Hussein, ese hombre de la barba… no colabora
Pese a las primeras informaciones del ejercito norteamericano que venían a decir que Saddam Hussein estaba colaborando ofreciendo información, las cosas no parecen ser así. Según la revista Time uno de lo medios que ya ha podido acceder a las cintas del primer interrogatorio ”Saddam no parece colaborar, y se muestra muy retórico con los norteamericanos”.
Ante la pregunta por las armas de destrucción masiva Saddam habría respuesto que “eso fue algo que se inventó Estados Unidos para tener una razón de lanzar una guerra contra nosotros”, al preguntarle como se sentía por su detención habría dicho que “ es algo triste porque mi pueblo está sometido”.
Como anécdota se dice que Saddam Hussein, el que fue interrogado en un lugar secreto, cuando los oficiales norteamericanos le ofrecieron un vaso de agua, este les dijo que «si tomo agua tendré que ir al baño, y ¿cómo puedo hacer eso mientras mi pueblo está sometido?».
Todo parece indicar que al igual que los demás ex miembros del régimen iraquí, Saddam no colaborara.
La Resistencia sigue con sus operaciones
Las bajas del ejercito norteamericano aumentan día a día, las de civiles iraquíes también. Más de 40 grupos podrían formar esa Resistencia, la que este fin de semana ha perdido un referente importante, pero quizá no una pieza clave.
La Resistencia iraquí es múltiple y diferente, la articulan todo tipo de grupos, muchos de los cuales estaban enfrenados entre si durante el régimen de Hussein. Les une algo muy sencillo: las ansias de expulsión del que consideran enemigo e invasor, el ejercito de EE.UU y de sus aliados.
Como bien decía Ilya Topper en su crónica desde Iraq*, muchos iraquíes no odian a los americanos tanto por lo que hacen si no por lo que dejan de hacer. En Iraq desde la caída del Estado no funciona nada, no hay luz, gas, ni agua, se pasa hambre, los hospitales se llenan cada día de heridos y las morgues de cadáveres*. No es de extrañar que por estos motivos la repulsa hacia los extranjeros sea algo compartido por la mayor parte de la población iraquí, así se entendería mejor también porque una importante parte de iraquíes apoyan a la Resistencia.
El ejercito norteamericano se ha limitado desde su llegada a dos únicas tareas: el control de los pozos, oleoductos y refinerías de petróleo y su propia seguridad. La creación de un nuevo ejercito iraquí no esta funcionando, los bajos sueldos y el importante peligro -los convierte de hecho en colaboradores para la Resistencia- han hecho desertar a más de 400 soldados esta pasada semana.
Saddam Hussein, manteniendo la complejidad de esta Resistencia, y lejos de saberse si era la persona que estaba detrás con sus generales coordinando las operaciones y atentados en contra de los ejércitos de la coalición, era pieza fundamental de un brazo político y armado hoy, muy importante en la Resistencia: el partido Baaz.
Saddam Hussein, el hombre que hizó y deshizo Iraq a su semejanza, fuera de juego
Fue a través de este partido político socialista, llamado Baaz, –que por cierto paso a cuchillo durante la revolución a los reyes impuestos por los británicos después de la descolonización- como Saddam se hizo con el poder, primero como vicepresidente en 1974, y luego como presidente después de un golpe de Estado. A partir de entonces el rais ejercerá un poder absoluto.
Saddam Hussein desde entonces involucro al país en diversas guerras sangrantes, como la de Iraq-Iran ( 1980 – 1988), la invasión de Kuwait y la Guerra del Golfo ( 1991), y la actual guerra -realizada después de un embargo de Naciones Unidas que mato al pueblo durante doce años-.
Fue artífice de un gran nacionalismo que unió a las buenas o las malas al pueblo iraquí, tan diverso y rico, culturalmente hablando. La República de Iraq era laica, en sus mejores tiempos los iraquiés gozaban de una buena calidad vida, y el país era uno de lo más desarrollados -economicamente hablando- de entre los que hay en la región. Las necesidades más básicas estaban cubiertas, la educación en general obtuvo grados muy importantes. El petróleo se nacionalizó y la riqueza resultante, a diferencia de los reinos de taifas que existen en la región, se invertía en el país. Es conocida también su extravagancia y su magnimicidad, Saddam construyo más de 20 palacios -algunos de ellos destruidos durante los bombardeos-, reconstruyó Babilonia y realzo la visión imperial iraquí de los tiempos sumerios y asirios, hasta el punto de inscribir a gran escala su huella dactilar en un Arco del Triunfo en Bagdad.
Saddam, fue alimentado desde occidente por todas las potencias que hoy lo demonizan. Entre otras razones, para frenar el fundamentalismo islámico proveniente de Irán y estabilizar así el precio del petroleo, mantener a ralla al pueblo kurdo en el norte de Iraq –que tantos problemas ocasionaba y ocasiona a la Turquía de la OTAN-, y tener un fiel amigo frente a los soviéticos durante la guerra fria. Se le vendieron las mejores armas, con él se cerraron los mejores tratos, incluso con España las relaciones antes de la guerra del Golfo eran “excelentes” **. Saddam Hussein gobernó Iraq con mano de hierro, reprimió con dureza los alzamientos armados y tomo represalias contra las minorías regionales ajenas al poder del Estado.
Ahora a Saddam Hussein posiblemente le espera un juicio, al estilo del que le están haciendo en la Haya al otro presidente vencido y depuesto, no menos genocida, Slobodan Milosevic. Pero para Saddam “el hombre que hizó y deshizo Iraq a su semejanza” la estancia en ese zulo y en esas condiciones por varios meses, después de perder el poder y ver como invaden su país, ya ha sido posiblemente suficiente pena y humillación moral. Esta ocupación para los iraquíes pro Saddam o en contra de Saddam, también.
* Crónica desde Iraq: La postguerra, Ilya Topper. Importante también, Otro día de muerte sangrienta en Iraq, Robert Fisk, corresponsal en Iraq de el periódico Independent.
** En 1974 Saddam Hussein visitó la España franquista, dos perlas fotográficas guardaron para la posteridad este importante encuentro, en la primera puede verse a Saddam estrechando cordialmente la mano a Francisco Franco en el Palacio de el Pardo, en esta segunda podemos contemplar como en el Palacio de la Zarzuela, Saddam esta conversando con el por entonces Principe de España, Juan Carlos I.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona. 14 Diciembre 2003.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.