En los prolegómenos de la final de la Copa Davis que se celebra durante este fin de semana en Australia se ha producido un hecho curioso al inicio de los actos de protocolo. De repente una trompeta rasga el aire del continente austral.
Perplejos los deportistas se miran, dudo que todos supieran lo que estaba sonando. Era el Himno de Riego, el himno de la República, de esa parte de nuestra historia donde España se encaminaba hacia la modernidad y que fue cercenada por el levantamiento fascista de Franco y sus colaboradores internacionales.
No voy a negar que un atisbo de felicidad asomó en mi rostro al escuchar el himno, pero como no soy muy dado a himnos y como prefiero el contenido al continente pase a analizar el suceso de manera más objetiva.
¿Qué había pasado?. En las noticias hablaban de un intento de plante, casi de una conspiración. Creo, sinceramente, que es un simple acto de incultura.
Veamos. La Copa Davis, y sobre todo en Australia, es casi una razón de Estado. Como tal y teniendo en cuenta la “amistad” entre los gobiernos de ambos países, incrementada en la colaboración en Irak, donde les unen lazos en la invasión, asesinatos e intereses económicos, me hace dudar que se haya intentado “manchar” tan lucrativas relaciones. No podemos poner en duda a nuestro presidente cuando afirma que España está en esa misión en igualdad a las demás potencias, resumiendo, que no somos unos invitados o unos mindunguis.
Por todo ello creo más acertado afirmar que la globalización de la ignorancia, alimentada por los lideres mundiales, los Estados Unidos de Norteamérica, hace que los países, y sobre todo los del bloque anglófilo, den muestras del poco conocimiento que tienen de sus súbditos. Quizás lo único que les interesa es saber si son buenos administrados, si cumplen las ordenes de Papá Imperio, y si están dispuestos a mandar soldaditos para invadir zonas de interés estratégico y económico. ¿Qué se puede pensar de un país, EUA, donde una gran parte de sus universitarios piensa que la leche la proporciona la Coca-Cola?. Las vacas, en el país del tío Sam, tienen forma de botella.
Esa es la cultura y el camino que nos lleva la actual política neoliberal. Aparentemente hay cada día más comunicación, pero aprendemos muchas cosas que sólo interesan para estar por casa. Falta espíritu de conocer por otros caminos fuera del control del Gran Hermano. Espíritu crítico, inconformismo, rebeldía. Fuera la resignación.
Tranquilos no hay ningún complot internacional por causa del himno, ni han querido descentrar a nuestras raquetas. Es simplemente analfabetismo globalizado.
Emilio Sales Almazán. Talavera.
Colaborador, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 30 Noviembre 2003.