El Inconformista Digital ha querido acercarse a las bambalinas de una película que ha sido calificada como “la mejor película del año” por la crítica y el público en toda España.
Una película que ha recibido ya varios premios, Concha de Plata a la mejor interpretación masculina y femenina en el Festival de San Sebastián, Premio Ondas a la Mejor Película. Para ello nos hemos puesto en contacto con Alicia Luna, coguionista de “Te doy mis ojos”, para que nos hable de cómo se fraguó la película y también para profundizar en el trabajo de una guionista de cine.
Entrevista a Alicia Luna, coguionista de “Te doy mis ojos”
Alicia Luna es una mujer que se sienta cada día a mirar la vida, que nos observa para aprender y para enseñar, para enseñarnos de alguna forma cómo somos y cómo nos ve, parándose en los detalles cotidianos a los que nunca hemos dado importancia. Su mirada sostiene además la pregunta que nos lanza desde la solidez de sus historias: ¿qué nos induce a ser cómo somos?
Busca la inspiración, acercándose a la realidad para escribir guiones y crear historias sobre una sociedad que suele estar demasiado estresada para parar a mirarse. No le gustan los clichés, ni que sus personajes sean vanos y superficiales, en cada personaje confecciona un prisma de nuestra propia existencia y de la relatividad de nuestros comportamientos, un espejo donde nunca te mirarías para presumir.
Alicia Luna es un óleo de mujer con fondo social, que disecciona la vida y sus alrededores en un ejercicio de responsabilidad y denuncia.
Mar Molina (MM): Estamos acostumbrados a ver una película perfectamente terminada, pero creo que tenemos poca o ninguna idea sobre los cimientos de esa creación que materializa la directora o el director. ¿Explícanos cómo se elabora el guión para una película?
Alicia Luna (AL): Depende de cada película, cada una tiene su propia manera de trabajarse. También depende mucho de con el director que trabajes. Yo siempre trabajo con el director, a mí me gusta trabajar con él. Una vez tienes estas claves el tema de la película y el director con el que trabajas, entonces buscas la manera de trabajar. Depende mucho de la persona y del tema de la película. En general, lo primero que se suele hacer es documentarse y después, antes de empezar a escribir, se hace una sinopsis de unos ocho o doce folios. Y partiendo de esa sinopsis empieza a trabajarse una escaleta. Una escaleta es como la película por puntos, a partir de esta escaleta uno ya puede empezar a ver cómo son los personajes, dónde fallan, dónde hay lagunas y hay que hacer un trabajo muy de investigación. Cuando digo investigación, no digo ir a una biblioteca o a buscar gente, sino es interior, porque empiezas a pensar cómo es el personaje, qué le mueve, cómo ha sido su vida hasta llegar a este punto, qué quiere, que le impide conseguir lo que quiere. Todo esto. A partir de ahí ya se empieza a trabajar lo que es el guión, escenas ya con diálogos y con acciones. Esta es la manera de trabajar un guión.
MM: A la hora de elaborar un guión, ¿ficción o realidad? o ¿todo es ficción?
AL: Es un poco lo que tú vas eligiendo en la vida. A mi, curiosamente, me gusta mucho el cine apegado a la realidad. No se por qué, son cosas que en la vida te van llevando a eso. A mí el cine-ficción me gusta mucho, pero a la hora de trabajar, siempre, aunque haga una película que es ficción, todo es cine de ficción, intento apegarla a la realidad. Es como que la agarro de los pies y los pongo en la tierra. Siempre vas buscando diálogos de la calle, hecho reales que a veces son grandes o pequeños. Siempre me gusta llevarla a la calle, pegar la película a la gente. No sé, son cosas que muchas veces una no elige, te vienen dadas así.
MM: ¿Qué es más complicado: la historia, los personajes, los diálogos o simplemente es cuestión de creatividad y oficio?
AL: Bueno primero tiene que haber mucho oficio, porque cuando tienes poco oficio crees que lo que estas haciendo es una maravilla y lo que estas haciendo es una porquería. El oficio te ayuda mucho, mucho, mucho. El oficio lo empiezas a coger cuando has hecho ya una película y está realizada, porque ahí te das cuenta de todos tus errores, de todos. Antes de eso crees que lo sabes todo, pero no. El oficio te ayuda, pero ¿lo más complicado? Yo supongo que cada guionista tiene que abordar un problema, una dificultad. Para mí lo más difícil: los diálogos. Porque cuando llegas al dialogo has creado ya la historia y has creado los personajes, entonces ellos mismos te ayudan a dialogar y si tienes oficio sabes de que manera no debes dialogar. Para mi lo más difícil son los personajes, porque tienen que ser buenos y malos. Como ya te he dicho, me gusta hacer cine apegado a la realidad y en la realidad todos somos buenos y malos todo el tiempo. Crear personajes que sean complejos, que no sean planos, que el fondo lo tengan muy lejos para que uno pueda mirar a través de cada personaje y encontrarse. Eso está muy bien, es muy bonito y es muy difícil, pero a mí me gusta. Me gusta que el espectador luego se sienta semejante en algunas cosas con la historia que le estás contando y se siente semejante si tiene algunos puntos de coincidencia con los personajes. Uno no tiene que coincidir nunca con el malo de la película, aunque muchas veces coinciden con el malo si has conseguido un personaje que es como un prisma. Eso es bonito porque aprendes haciéndolo y aprendes viéndolo. Aprendes cosas de ti que como espectador, a veces te estas riendo de cosas y piensas…, ¡si yo también lo hago! Y aprendes a reírte de ti misma. Ahora estudio psicología pensando en mejorar mi capacidad de crear personajes y de construirlos. Los personajes me fascinan, porque una persona coja no es solamente una persona que camina a traspiés con una pierna que le estorba. Tiene que tener un olor, tiene que tener una manera de vivir y de ver la vida. Por ser coja de la pierna izquierda o de la derecha le hace desarrollar más una parte de su cuerpo. Parece una tontería, pero hay que aprender que esto es así. Si imaginas que los cojos están amargados lo que haces son clichés. Si aprendes realmente cómo es la personalidad de la gente, de qué depende, entonces te fijas más y profundizas más. Dices ese es cojo de la pierna derecha. Vale. ¿Cómo se mueve?, si se mueve de esta manera tiene tendencia a, voy a decir una simplez, no es lo mismo vivir con la parte izquierda o derecha del cuerpo, no es lo mismo, podría ser más creativo o más lógico. Esto es importante un cojo no es sólo una persona que cojea por la calle, puede ser una persona muy feliz, puede serlo. El oficio te va enseñando a huir de los clichés y se convierte en un trabajo más complicado, más bonito y más angustioso. Recuerdo que cuando no tenía nada de oficio, me parecía bastante sencillo hacerlo todo. Parecía que lo que hacía estaba muy bien hecho y ahora, sin embargo, cada vez que me tengo que meter en un tema, el terreno que recorro, desde que decido meterme en ese tema hasta que lo hago, es muy angustioso. Me da terror. Porque sé que cuando me meta va a ser ya un año entero o más, oyendo, viendo, mirando, sintiendo según esa historia, buscando y probablemente ya no salgas en toda tu vida. O sea que aprendes una cosa, conoces a la gente y te quedas ahí para siempre angustiada. Como en el tema de las mujeres. Y me da terror, supongo que es por responsabilidad. Me implico mucho. Yo cuando entro en un tema ya es para siempre.
MM: ¿La vida está llena de películas?
AL: Sí. Y cada día. El día a día está lleno de películas. Si tienes la capacidad de verlo como películas, entonces lo es, sino no te das cuenta. A diario tú te vas, es un ejercicio muy de guionista, estás en la calle, te metes en un café, te pones a escuchar las conversaciones de los demás o cómo se mueven o cómo trabajan y es una película. No tienes nada más que mirar a un camarero cómo atiende la barra y es un personaje. Hay camareros que lo hacen con muchísima alegría y van como canturreando; y hay otros que son automáticos parece que le das al botón y antes de decir ¡un café! ya te lo traen, no te miran a los ojos nunca, son robots. Y luego te pones a escuchar las conversaciones de barra, son tremendas, a veces no tienes que inventarte los diálogos.
MM: ¿Cómo empezó a fraguarse el guión de “Te doy mis ojos”?
AL: Icíar Bollaín fue la instigadora de esto. Habíamos hecho “Amores que matan” que era un cortometraje-documental, falso documental, en el que planteamos una hipótesis: ¿qué pasaría si reeducásemos a los maltratadores? Y después de terminarlo Icíar quiso hacer “Te doy mis ojos”. Quiso hacer una película investigando por qué una mujer aguanta. Ella me propuso continuar el tema desde el punto de vista de las mujeres. Yo al principio era un poco reacia, como que no me apetecía después de haber hecho el corto. Pero me metí, justo conocí a la presidenta de la Asociación “María de Padilla” y a la coordinadora del Servicio de Ayuda a la mujer de esta asociación y empezamos a trabajar. Empezamos a asistir a las terapias y la película empezó a volar.
MM: ¿Qué ha sido lo más fácil y lo más difícil a la hora de afrontar este trabajo?
AL: ¡Fácil!, no sé si ha habido algo. Lo difícil era asimilar lo que oíamos y veíamos en Toledo. Las mujeres de la terapia removían mucho y en nuestra vida cotidiana, a las dos, nos afectaba mucho. A mí en mis relaciones de pareja me afectó mucho. Luego también aprendimos, quizás eso fue lo bonito, lo que aprendes. Cuando trabajas en este tema vas aprendiendo. Hay veces que piensas esto lo hago yo, tengo que corregirme. Lo más fácil y lo más difícil va unido. Todo parte de ahí, de las terapias, de escuchar a las propias mujeres, sus vidas, sus problemas, verlas actuar, verlas moverse, verlas hablar, ver el daño que tienen, cómo sobreviven, cómo ese dolor les maneja, porque a ellas les está manejando ese dolor. Esto es lo más duro. Para mí fue lo más difícil y luego tener que plasmar esto en el guión, elegir una historia, construir de muchas historias una. No es que se haya elegido una mujer, de todas las historias se formó una y muchas cosas quedaron fuera. Muchas cosas que nos engancharon mucho y en las que investigamos y trabajamos. Eso se tuvo que quedar fuera para hacer la película cuanto más sencilla mejor. Eso también fue difícil, elegir.
MM: Por tu trayectoria, has hecho cosas de lo más variado en el cine ¿dónde te has sentido, hasta ahora, más cómoda?
AL: Me gusta mucho el cine realista, que sea cómico y dramático a la vez, me encanta. De alguna manera siempre hay ganas, siempre hay chistes, esto ayuda porque hay distensión.
MM: ¿Es una tarea fácil que una película conecte con el público? ¿De qué depende?
AL: Hay muchas respuestas para esta pregunta. Es un trabajo muy mágico ese. ¿Por qué hay películas que conectan? Un poco de magia hay, pero también hay trabajo. Una película conecta con el público si has trabajado muy bien los personajes y son un prisma, entonces se implica el espectador. Siempre que un espectador pueda sentirse enganchado, que el personaje le engancha a él, en ese momento consigues que conecte. Eso lo da el trabajo. Te puede salir también por casualidad, pero sobre todo lo da el trabajo. Además hay otro cine, que es el cine de entretenimiento que también engancha a la gente de otra manera. Y es porque la gente va a divertirse. Se divierte y están enganchados. Pero yo creo que lo que engancha al espectador siempre es algún aspecto de un personaje, o porque te sientes identificado o porque te gustaría ser igual de heroico que él. Eso es lo que engancha de una película a un espectador.
MM: “Te doy mis ojos” está compitiendo en las salas con 83 copias, mientras otras tienen entre 200 y 300 y aun así en la primera semana era la séptima en recaudación y en la tercera semana la décima ¿Las distribuidoras grandes se comen a las pequeñas?
AL: Sí. Yo creo que sí. Hay distribuidoras pequeñas que salen con un gran número de copias. Eso es un logaritmo que tienen que cumplir bien los distribuidores, es su trabajo. Hay películas que te las comes enseguida; si la estrenas con ciento y pico copias es porque confías mucho en ella y, a lo mejor, no tienes ni idea de que al espectador no le gusta esa película y al final te comes las copias. En ese sentido las multinacionales se comen a las pequeñas, porque salen siempre no sólo con muchas copias, sino con mucha publicidad, que es diferente. Las distribuidoras pequeñas no tienen tantos medios para tanta publicidad. Cuando una película sale con muchas copias tiene que llevar necesariamente mucha publicidad, porque así, de alguna manera, has envenenado al público, entonces tiene necesidad de ver esa película. Si no has envenenado con la publicidad, entonces no van, no puedes mantener una copia en una sala que no se llene. En el caso de “Te doy mis ojos”, los distribuidores han decidido mantenerla con pocas copias para aguantarla más tiempo. Y parece que está yendo muy bien, que funciona. Funciona porque a la gente le gusta la película, hay gente que me ha comentado que algunos espectadores se enfadan mucho porque van a verla y está completo. A veces no sabes hasta que punto es bueno o no, este equilibrio matemático tan espeluznante de la distribución. Nunca sabes si aciertas. A lo mejor si hubiese salido con más copias la hubiesen quemado. Tenemos que pensar que España es un país muy complejo, España no es sólo Madrid, Barcelona, Sevilla y Bilbao, hay otras capitales de provincias, la gente está acostumbrada al cine americano… De esta película han podido oír hablar bien, pero van al cine y no les gusta mucho, porque es cine cotidiano y buscan cine de entretenimiento. Es muy complejo.
MM: “Te doy mis ojos” ha recibido ya varios galardones, el último el Premio Ondas a la mejor película, ¿Para qué sirven los premios?
AL: Sirven para apoyar. De alguna manera están publicitando la película de nuevo con los premios. Sirven para dos cosas, por un lado para el equipo es como una palmadita en la espalda y a la película le ayuda publicitariamente. Los premios cuanto más importantes sean, más publicidad te dejan y más confianza coge el público. El Premio Ondas es muy importante, los premios de San Sebastián son importantísimos a nivel internacional, ayudan a vender la película en el extranjero. A que las distribuidoras de otros países confíen, a que el público de otros países haya oído hablar de ella. Y el Premio Ondas es a título nacional muy importante. Ahora vienen los Goya, a ver si la gente de la profesión que está diciendo que está muy bien la vota. Luego aquí al final terminan votando a un amigo sin importarle la calidad de la película del amigo.
MM: La vida es un aprendizaje constante, ¿que has aprendido tú con “Te doy mis ojos”?
AL: He aprendido a convivir mejor con mi pareja, a corregirme en algunos arrebatos, a hablar con él, a pedirle que él también se corrija. A ser menos exigente, a intentar tener un día a día más agradable, a ayudar a mi familia para que la vida cotidiana sea más dulce, menos agresiva, a ser menos competitiva. He aprendido muchas cosas a nivel personal. Estoy muy contenta de haber trabajado en esta película.
MM: ¿Si matamos al guionista acabamos con el cine?
AL: Sí, porque la película no se puede rodar sin guión. Lo que sale sin guión, más que una película de arte y ensayo, es una película rara. Dependiendo de la genialidad del director, puede estar más o menos bien, pero siempre sería para un tipo de público muy especializado, muy intelectual. Y el cine no es solamente eso, el cine es un arte caro y se tiene que conseguir recuperar al menos el 80% de lo invertido. Para recuperar eso se convierte en un arte industrial. Tienes que pensar en llegar a la gente y conectar con ella, entonces se hace necesario un guión, si no hay guionistas, ¿quién escribe las películas? y si no se escriben ¿cómo se ruedan?, ¿de cualquier manera? ¿En qué salas se ponen? ¿Los dueños de las salas van a poder aguantar y vivir y tener un equipo de gente trabajando en una sala de cine para que vayan tres listos de cada barrio a ver una película sin guión? Se puede hacer cine sin guión, pero para ponerlo en salas de arte y ensayo de estas rarísimas. Como experimento está muy bien, como arte cinematográfico no. El cine es otra cosa, no es solamente eso, es mucho más grande. A mi no me gusta el cine gore, pero no le voy a impedir a nadie que lo haga. A la gente que le gusta mucho el cine de arte y ensayo, me parece muy bien que lo haga, pero que no exijan que todo sea así. Al guionista habría que cuidarlo más. En este país existe mucho la tendencia de los productores a decir que no hay guionistas y hay bastantes más guionistas que productores, muchísimos más. El problema está en los productores. Yo lo que creo sinceramente es que los productores que hay no valen, porque son gestores que buscan el dinero y no siempre lo encuentran. La mayoría de las veces quieren hacer la película que ellos tienen en la cabeza, ni siquiera son capaces de ver la historia que hay escrita en un guión. Es muy complicado conectar con un productor que entienda, yo también le pido que se involucre en la historia, que me dé su visión, que sea un lector más al construir un guión. Saber qué es lo que quiere, discutir con él y conseguir llevarle a mi terreno, si puedo. Si no puedo, no por cabezonería de él, si no porque me estoy equivocando, darme cuenta. Yo creo que la película se hace en equipo.
MM: ¿Por eso eres más veces coguionista que guionista absoluta de la película?
AL: Sí, es que no me gusta ser guionista sola, por ahora, no puedo decir de esta agua no beberé. Yo empecé escribiendo sola y los guiones iban al armario. A veces me premiaban o me becaban, pero ¿de qué me servía eso? Era una palmadita en la espalda de ¡mira, parece que no lo haces mal! Nunca se convirtieron en películas. Solamente se convirtieron en películas las veces que yo con mi aprendizaje de guionista me he sumado a un equipo o me he puesto a ayudar a un director a convertir su historia en película. Entonces sí, qué más me da si la historia es tuya o no, si de cualquier manera, uno está siempre contando la misma historia y tú puedes contar tu propia historia en algunas secuencias o en algunos personajes dentro de la historia que quiere contar el director. Me siento mucho más a gusto ahora, con esta sensación, yo soy el guionista y lo que hago es ayudar al director a contar su historia. No tengo que contar la mía, tampoco soy tan importante. Creo que hay un problema en los guionistas, a veces de ego; de que no les cambien una coma, ni les quiten un diálogo. Tú eres sólo el guionista, eres autor, pero el director también es autor. A veces yo he discutido con colegas que no entienden que yo siempre quiera trabajar con el director. En definitiva, el director va a realizar tu guión, yo quiero estar segura de que lo que va a hacer no va a traicionar el guión que yo he hecho con él. Si yo escribo sola y dejo que él dirija, nunca estaré segura hasta que vea la película. Luego ven la película y ¿se enfadan?, como muchos guionistas; y dicen ¡no firmo! o ¡vaya porquería de película que ha hecho con mi guión! ¡Chico!, no haber abandonado el trabajo. Insisto, es un trabajo de todos, igual que yo no reconozco a un productor que solamente busque la financiación y ya está. Yo quiero que el productor esté también en las lecturas de guión, que vaya dando su opinión. Trabajar sola es una angustia que te mueres, es una sola cabeza tomando decisiones; tienes el 80% de posibilidades de equivocarte, mientras que si hay dos cabezas se está convirtiendo la historia en una película. Lo que no va a ver uno, lo ve el otro. Son maneras de trabajar.
MM: ¿El trabajo de los guionistas es valorado suficientemente en el gremio?
AL: En España, no. Como el guión es lo primero que se hace, el productor confía poco, no quiere invertir mucho en esto. El guionista es el primero que tiene que escribir, parece que esto no necesita tanto dinero. Está mal pagado. Lo que pasa es que si tú dices cuánto se cobra, dirán ¡ah que barbaridad! ¡Espérate! ¿Cuánto tiempo invierto yo en escribir un guión? Yo estoy un año y a veces más. Tengo que ver que cobra un trabajador medio, tampoco un trabajador medio, uno especializado, porque yo me he especializado durante muchos años en este trabajo. Con Estados Unidos no lo vamos a comparar porque los presupuestos allí son tremendos, pero cobran como diez veces más que un guionista español. Y comparado con Europa, no estoy muy al tanto, pero cobramos menos que los franceses y los ingleses. Además hay que tener en cuenta que el presupuesto de una película es enorme. Te encuentras con cosas y contratos, bueno yo he firmado un contrato, he escrito una historia, un guión; hay una cláusula que a mi me tiene removida. Yo quiero llegar a que se firme una cláusula que diga que”si en tres años este productor no ha rodado esta película, los derechos de ese guión vuelvan a ti”. Los productores se niegan a devolverte los derechos; “no, no entonces me tienes que devolver el dinero que te pagaron, me lo tienes que volver a comprar”. Vamos a ver si usted empieza a rodar la película y cada semana paga a cada uno de sus técnicos, si deja de rodarla porque no puede terminarla, ¿le pide al fotógrafo que le devuelva el dinero? Entonces a mi porqué me pide que le devuelva yo el dinero, si es que usted me había contratado para que hiciera este trabajo. No lo hace no puede hacerlo, lo que yo no tengo que hacer es pagarle a usted el trabajo que me ha costado hacerlo. No lo entiendo. Hay aquí un debate y yo no me bajo de la silla. Es un trabajo invertido, un tiempo invertido, no entiendo que tenga que cómprale a un señor mi trabajo. Si el me contrata para escribir y yo no soy capaz de terminarlo, no termino de cobrar mi guión, porque se paga por partes. En la parte en la que me quedo, él ya no me paga el resto. No entiendo que le tenga que devolver a nadie dinero del trabajo que he hecho. Escribir cuesta mucho trabajo, años de preparación y luego tu responsabilidad y tu implicación en el trabajo.
MM: ¿En qué estás trabajando ahora?
AL: Tengo que empezar un guión que voy a escribir con Laura Mañá, la directora catalana, sobre sexo en la tercera edad. Es una comedia de muchos personajes, es coral y el motivo por el que lo hago, aparte de estar basada en un hecho real, es porque me apetece mucho. Creo que los viejos deben aprender a quererse a sí mismos y empezar a solucionar sus problemas; sus problemas sociales, económicos. Todos ellos emplean su ocio en estar en el ambulatorio. Tenemos también que reeducarlos, volver a aprender algo que se ha perdido en la cadena de las generaciones, volver a aprender a utilizar nuestro ocio y recuperarlo para tener calidad de vida cuando lleguemos a los sesenta, que la perdemos muchas veces, a dejar en libertad a los viejos, a no pensar que son unos inconscientes. Es un esfuerzo de todos. El tema del sexo es porque está basado en un hecho real y porque el sexo nos ayuda a querernos a cada uno. Es algo que es sorprendente que uno piensa que los viejos no pueden y ¡claro que pueden!, tal vez de una manera mucho más sensual, menos apasionada (de cantidad de palpitaciones), pero igual de apasionada. Es un tema del que quise hacer un documental, pero no fui capaz de sacarlo adelante. Hice la sinopsis, a Laura Mañá le gustó y hay productores a los que también les ha gustado mucho, que querían hacer una película de viejos. Bueno pues para delante, a ver cómo sale.
MM: ¿Qué le pides a la vida? ¿Qué te pide la vida a ti?
AL: Yo le pido a la vida calma. Calma, que todos tuviéramos un poco más de calma. Y con más alegría, porque la calma nos da alegría. Que fuera menos frenética, pero no se lo pido sólo para mí, sino para los que viven a mi alrededor… mi familia, mis vecinos, mis amigos. Menos frenesí. Vamos a calmarnos todos un poco, que bajo el estrés uno hace cosas que no debe y no entiende porqué las hace. La vida me pide a mí responsabilidad, supongo. No sé porqué me lo parece, creo que porque lo he dicho tantas veces de cara al exterior y para los demás lo de que el cine es una cosa que requiere mucha responsabilidad. Una película es muy peligrosa, a veces cuentan cosas que uno no controla, que ahora me he creído. Me pide ser responsable con mi trabajo.
MM: ¿La pregunta que no te he hecho y que siempre has querido contestar?
AL: No tengo ni idea. No sé qué pregunta no me han hecho.
MM: La pregunta de los espejos: ¿Qué mirada te devuelve el espejo de tu vida?
AL: Es una pregunta muy difícil, de psicoterapeuta. ¿Cómo me veo a mi misma? Me veo como una madre. No me veo excepcional. Me veo como una madre que trabaja. Estoy siempre entre las dos orillas la de madre y la de no dejar de trabajar. Me gustaría tener más tiempo para trabajar, pero no le quiero quitar tiempo a mi hijo.
Breve sinopsis de su trabajo:
– Guiones:
1987 Acaba de pasar el que vendrá, documental en vídeo sobre César Vallejo. Producción I.C.I. Guión y dirección
1992 Eunate (guión becado por el Ministerio de Cultura)
1993 Una casa en Madrid (serie de TVE), capítulos I, IV, VII, XIII.
1996 Chasco, cortometraje dirigido por J. A. Quirós. Coguionista
1997 Todos los hombres sois iguales (serie de Telecinco), capítulo 37
1998 Al salir de clase (serie de Telecinco), capítulo 86
1999 Pídele cuentas al rey, largometraje dirigido por J. A. Quirós. Guión: J. A. Quirós, Alicia Luna y Clara Pérez Escrivá
-Premio del Público, Seminci, Valladolid, 1999
-Cinco premios en el Festival de Cine de Peñíscola, entre ellos el Premio al Mejor Guión Cinematográfico
-Premio del Público, Festival de Óperas Primas de Tudela
2000 Amores que matan, cortometraje dirigido por Iciar Bollain. Guión: Iciar Bollain y Alicia Luna. Una producción de La Iguana para Canal+. Seminci, Valladolid
Mención Especial del Jurado, Festival Cinema Donne, Turín, Italia, 2001
2002 TE DOY MIS OJOS, largometraje de Iciar Bollain. Guión: Iciar Bollain y Alicia Luna. Producciones La Iguana y Alta Producción
– Publicaciones:
1996 Cines Renoir: 10 años de películas, Cines Renoir-Alta Films
1999 Matad al guionista y acabaréis con el cine, Ediciones Nuer
Premios que ha recibido, hasta la fecha, “Te doy mis ojos”:
Festival Internacional de San Sebastián (2003):
– Concha de Plata a la mejor actriz: Laia Marull
– Concha de Plata al mejor actor: Luis Tosar.
– Premio del CEC (Círculo de Escritores cinematográficos) a la mejor película del Festival.
– Mención Especial SIGNIS (Asociación Católica Mundial para la Comunicación).
Premio Ondas 2003 a la mejor película.
Premio Ondas a la mejor interprete a Candela Peña por sus actuaciones en “Te doy mis ojos”, Torremolinos 73” y “Descongélate”.
Mar Molina. Toledo. 24 Noviembre 2003.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Reportajes – El Inconformista Digital.-